Cenas solidarias contra el desperdicio de alimentos
Banco Santander destina el excedente de sus comedores para empleados a los colectivos m¨¢s desfavorecidos. En poco m¨¢s de un a?o, la iniciativa #cenasparatodos ha permitido repartir miles de raciones mensuales entre aquellas personas que m¨¢s lo necesitan
Todos los d¨ªas, alrededor de 600.000 personas en Espa?a se van a la cama sin cenar. La cifra resulta especialmente sangrante si se tiene en cuenta que, cada a?o, los espa?oles arrojamos a la basura 179 kilos de comida por habitante. O lo que es lo mismo, 7,7 millones de toneladas de comida en buen estado acaban en los contenedores en direcci¨®n al vertedero. Esta situaci¨®n no es exclusiva de Espa?a, sino que es un problema que ata?e al resto de pa¨ªses occidentales.
En la Uni¨®n Europea (UE), el volumen de alimento que se desperdicia asciende a 90 millones de toneladas. La lista la encabeza Reino Unido (14,4 millones de toneladas), seguido de Alemania (10,3 millones), Holanda (9,4) y Francia (9). Espa?a ocupa la s¨¦ptima posici¨®n de este preocupante ranking. No obstante, somos el pa¨ªs que m¨¢s alimentos dona de toda Europa: 153 millones de kilos. Es en este contexto donde se enmarca el proyecto #cenasparatodos, una iniciativa de Banco Santander cuya finalidad es destinar a los colectivos m¨¢s desfavorecidos el excedente de comida que se genera en los comedores para empleados de sus seis sedes en Madrid.
"Queremos ser parte de la soluci¨®n al desperdicio de alimentos, y eso pasa por un compromiso con el consumo responsable frente al derroche".
Fue el consejero delegado de Santander Espa?a, Rami Aboukhai, quien impuls¨® esta idea, que comenz¨® a aplicarse en julio de 2018 como una experiencia piloto en las instalaciones de la calle Luca de Tena. La implicaci¨®n y el apoyo personal de Aboukhai fue constante desde el primer minuto. El proyecto llev¨® meses de trabajo previo, ya que lo primero que se hizo fue ver si el plan pod¨ªa llevarse a cabo. Una vez constatada su viabilidad, el banco invirti¨® en maquinaria y en equipos para la conservaci¨®n de alimentos, como abatidores de temperatura y selladoras, para adaptarse a la normativa.
Tras analizar los costes asociados y las diferentes opciones log¨ªsticas, el banco lleg¨® a un acuerdo con la empresa Hope Food (HoFo) para donar los excedentes de los comedores de su sede al comedor social de Santa Pontificia y Real Hermandad del Refugio, tambi¨¦n en la capital. El compromiso del personal de cocina para la preparaci¨®n de las donaciones tras el turno de comida fue absoluto. Y los resultados, extraordinarios: la iniciativa se tradujo en cerca de 3.000 cenas al mes. Tras el ¨¦xito, los responsables de la entidad han extendido el proyecto al resto de edificios, incluida la sede corporativa del Grupo Santander (Ciudad Financiera), ubicada en la localidad de Boadilla del Monte. Solo aqu¨ª, se sirven de lunes a jueves una media de 5.150 comidas diarias. Adem¨¢s, otras empresas ya han contactado con el banco para aplicar esta misma f¨®rmula en sus comedores.
Por el consumo responsable
?El objetivo de #cenasparatodos es doble, explican fuentes de Santander Espa?a. Por un lado, contribuir al bienestar de las comunidades donde est¨¢ presente el banco. Por otra parte, ayudar a combatir los excedentes de alimentos, empezando por la implicaci¨®n de sus propios empleados. ¡°Queremos ser parte de la soluci¨®n al desperdicio de alimentos. Y eso pasa por comprometernos con el consumo responsable y por posicionarnos contra el derroche de comida¡±, insisten desde la entidad.
Los responsables de #cenasparatodos aseguran que la iniciativa requiere de un an¨¢lisis detallado del proyecto y de su viabilidad y, sobre todo, de un fuerte compromiso para llevarlo a cabo. ¡°Estamos convencidos de que, poco a poco, m¨¢s empresas se sumar¨¢n a esta propuesta¡±, se?alan. Un deseo que confirma Joseba Iza, uno de los cuatro socios que hace tres a?os pusieron en marcha Hope Food, colaboradora indispensable de Banco Santander para llevar a cabo esta aventura solidaria. ¡°Nosotros cobramos por el servicio de log¨ªstica a las empresas que deciden donar sus excedentes alimentarios. Trabajamos como si fu¨¦ramos un negocio: tenemos una serie de gastos e ingresos, y no dependemos de ninguna ayuda externa para poder llevar a cabo las operaciones a diario¡±, explica Iza.
La entidad traza con esta iniciativa su estrategia para cumplir con uno de los grandes ODS de la ONU.
Este joven emprendedor reconoce que muchas compa?¨ªas se acercan hasta Hope Food con temores y dudas: ?qu¨¦ pasa si alguien se contamina con la comida, si los alimentos llegan en malas condiciones...? ¡°A todos nuestros clientes les disipamos esas incertidumbres. Nuestro est¨¢ndar es el de las comidas de catering, y tenemos suscrito un seguro de responsabilidad civil con todas las partes implicadas en el proceso de distribuci¨®n¡±, cuenta. En el ¨²ltimo a?o, Hope Food ha comenzado a ofrecer sus servicios en Barcelona con la misma filosof¨ªa en mente: revalorizar el excedente alimentario.
Precisamente la reducci¨®n a la mitad del desperdicio de alimentos de aqu¨ª al a?o 2030 es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, y Banco Santander ha trazado sus propias estrategias para ayudar a que esto se logre. Lo cierto es que las mayores bolsas de personas que padecen hambre y malnutrici¨®n pertenecen a pa¨ªses pobres, pero tambi¨¦n las hay en los pa¨ªses supuestamente avanzados. ¡°Y este tipo de proyectos constituyen una buena forma de actuar para eliminarlas¡±, a?aden desde la entidad financiera. Un gesto que contribuye al progreso de las personas y a construir entre todos una sociedad m¨¢s justa.
Un protocolo de transporte estricto
Cuando, a las 16.00 horas, cierran los seis comedores de Banco Santander en Madrid, comienza la cuenta atr¨¢s. Entre las 16.30 y las 17.30 horas, Hope Food procede a recoger toda la comida, y antes de las 19.00 horas los alimentos ya est¨¢n en los comedores sociales, que abren sus puertas una hora m¨¢s tarde. El protocolo para distribuir la comida es estricto. "La recogemos entre 0 y 4 grados, totalmente envasada al vac¨ªo, y la trasladamos en furgonetas refrigeradas", relata Joseba Iza.
Los profesionales de Hope Food hacen una especie de auditor¨ªa a los alimentos: miden la temperatura en recogida y en entrega para comprobar que se ha cumplido con toda la cadena de fr¨ªo. La comida, adem¨¢s, se debe consumir en el mismo d¨ªa. Pr¨¢cticamente todos los alimentos cocinados pueden donarse, sobre todo los guisos de legumbres y verduras, arroces y platos de pasta. Pero hay algunas excepciones. Los que contienen mahonesas, por ejemplo, est¨¢n vetados. Todo tiene un protocolo. "Es cierto que hay comida irrecuperable y que se acaba por perder, pero apenas supone un 3% de lo que se tiraba antes", cuenta Iza.
Su experiencia con el Banco Santander es m¨¢s que satisfactoria. "Result¨® un reto, porque tan importante es la labor de recogida de la comida como la de la entrega (a qui¨¦n llevas las cenas, c¨®mo se van a repartir, c¨®mo se van a preparar...), y nosotros nos debemos a las dos partes. Pero el proyecto ha funcionado muy bien, estamos felices", concluye.