?Sale rentable pagar por prestar dinero?
La 'japonizaci¨®n' de la econom¨ªa europea ha multiplicado los tipos de inter¨¦s negativos, lo que ha propiciado que la cantidad de deuda con rentabilidad inferior a cero ascienda a 15 billones de euros en todo el mundo. Para Banco Santander, completar la Uni¨®n Bancaria Europea resulta fundamental para reforzar el sector financiero del continente
Desde junio de 2014, el tipo de inter¨¦s de la facilidad de dep¨®sito se encuentra en negativo. Esta cifra determina el inter¨¦s que las entidades de cr¨¦dito reciben por sus excedentes de liquidez en forma de dep¨®sitos a un d¨ªa en el Banco Central Europeo. Hoy el BCE cobra a los Bancos por estos dep¨®sitos, mientras que en 2008 las entidades financieras lograban una rentabilidad del 3%.
Una de las consecuencias m¨¢s llamativas de la eurojaponizaci¨®n econ¨®mica son los tipos de inter¨¦s negativos, lo que t¨¦cnicamente significa que se paga por prestar dinero. Parece el mundo al rev¨¦s. Pero no. El mundo sigue en su sitio y el incremento de la deuda con tipos negativos crece como la espuma. Hace unos meses, se evaluaba globalmente en 15 billones de euros.
El pasado agosto, Alemania lanz¨® su primera emisi¨®n de deuda a 30 a?os a cup¨®n cero. Se convert¨ªa as¨ª en el primer pa¨ªs de la historia en emitir t¨ªtulos a un plazo tan largo sin rentabilidad alguna. Treinta a?os sin intereses.
Muchos se preguntar¨¢n qui¨¦n puede querer comprar deuda con rentabilidad negativa o, en el mejor de los casos, cero. Existen algunas razones b¨¢sicas. Una, la posibilidad de que la rentabilidad baje m¨¢s a¨²n y, en consecuencia, suba el precio de los t¨ªtulos de deuda. El rendimiento, en ese caso, se obtiene al venderlos en el mercado secundario sin esperar al vencimiento. Otra raz¨®n, por ejemplo, radica en que muchos fondos de inversi¨®n y planes de pensiones invierten en determinados t¨ªtulos de deuda seg¨²n sus folletos de informaci¨®n al p¨²blico, sin atender al margen de la rentabilidad que ofrezcan.
Menos morosidad
En su cara amable, este escenario redunda en un descenso de la morosidad bancaria y en una menor necesidad de efectuar provisiones a tal efecto. A menores tipos de inter¨¦s, la teor¨ªa vaticina menos agobios por parte del endeudado para pagar el pr¨¦stamo. Eso es lo que ocurre ininterrumpidamente en la banca espa?ola desde hace seis a?os. En 2013, la tasa de morosidad alcanz¨® un m¨¢ximo hist¨®rico del 13,6%. El volumen de cr¨¦ditos de dudoso cobro se situ¨® entonces en 197.000 millones de euros. Seg¨²n las ¨²ltimas cifras del Banco de Espa?a, correspondientes a septiembre pasado, la morosidad es hoy del 5,1% y los pr¨¦stamos dudosos ascienden a 61.500 millones de euros.
Seg¨²n ?ngel Berges y Jes¨²s Morales, profesores de AFI-Escuela de Finanzas, ¡°no cabe duda de que durante los primeros a?os tras la crisis fue muy favorable para los bancos esa pol¨ªtica de tipos cero¡±. Entre los factores de negocio claramente beneficiados mencionan ¡°la realizaci¨®n de importantes plusval¨ªas en carteras de renta fija, el crecimiento de comisiones derivada del desplazamiento del ahorro hacia fondos de inversi¨®n y la reducci¨®n de la morosidad por unos menores costes financieros¡±. Pero en la actual situaci¨®n, comentan estos especialistas, ¡°han desaparecido todos esos factores favorables y, sin embargo, persiste el efecto adverso de la presi¨®n que sobre los m¨¢rgenes ejerce un tipo bajo cero, que penaliza a las reservas y que no es susceptible de ser trasladado a los clientes de pasivo, para quienes el nivel cero es una barrera psicol¨®gica infranqueable a la baja¡±.
Los bancos que m¨¢s ahorro captan de sus depositantes son los m¨¢s perjudicados por los tipos de inter¨¦s negativos. Sufren las consecuencias al no trasladar esa circunstancia a sus depositantes particulares. S¨ª es un hecho, sin embargo, que la banca repercute el coste de los intereses negativos a empresas y clientes institucionales. Por esta situaci¨®n, las cuentas corrientes remuneradas son hoy una aut¨¦ntica rareza. Tan solo Openbank, filial de Banco Santander, y otras tres entidades ofrecen cuentas con una rentabilidad superior al 1%.
Quienes tengan memoria recordar¨¢n la guerra de las supercuentas de principios de los 90, lanzada por Banco Santander. Fue una operaci¨®n estrat¨¦gica que signific¨® la entrada de la banca en una nueva era. En dos meses, la entidad c¨¢ntabra elev¨® sus dep¨®sitos en m¨¢s de 900 millones de euros (150.000 millones de pesetas). La rentabilidad de estos alcanzaba el 12, el 13 y hasta el 16% en algunos casos, con regalos incluidos de cuberter¨ªas, vajillas y toallas.
Un escenario que plantea retos
El negocio bancario ha sufrido desde entonces una completa metamorfosis. A la larga, los tipos de inter¨¦s negativos deterioran la rentabilidad bancaria y, por consiguiente, la capacidad de proporcionar financiaci¨®n. Esto es especialmente importante en Espa?a, donde el sector bancario ha tenido hist¨®ricamente un protagonismo de primer orden en la financiaci¨®n empresarial, muy por encima de los mercados de valores o del capital riesgo.
Ante este escenario econ¨®mico, al que se a?ade escaso crecimiento, baja inflaci¨®n, envejecimiento de la poblaci¨®n y estancamiento de la productividad, todos los actores del sistema financiero reclaman un necesario reforzamiento. La banca, en definitiva, tiene que paliar los tipos negativos y los menores ingresos del negocio tradicional con recortes de gastos, subida de comisiones y, muy posiblemente, fusiones transfronterizas.
Para que ello sea posible, completar la Uni¨®n Bancaria Europea es esencial, seg¨²n Banco Santander. La presidenta de la entidad y el consejero delegado coinciden en afirmar que las entidades europeas se encuentran muy en desventaja en rentabilidad, coste de capital y valoraci¨®n en bolsa frente a la banca de EEUU.
Seg¨²n esta l¨ªnea de pensamiento, unas entidades financieras rentables y solventes son esenciales para que la econom¨ªa real se financie de forma satisfactoria y se logre un crecimiento estable. Las fusiones paneuropeas de bancos podr¨ªan ser una v¨ªa para mejorar esa rentabilidad y fortaleza. Pero esa posibilidad est¨¢ subordinada a que culmine con ¨¦xito la Uni¨®n Bancaria.
?Regulaci¨®n o camisa de fuerza?
Existe cierta sensaci¨®n en el sector financiero de que la obsesi¨®n de las autoridades por una banca cada vez m¨¢s saneada y m¨¢s fuerte ha generado una regulaci¨®n que estrecha sus paredes y perjudica al sector de cara al inversor. Estos condicionantes que envuelven a la banca lanzan un mensaje subliminal que ha ido calando en la opini¨®n p¨²blica: la compra de acciones de bancos tiene cierta vitola de actividad de riesgo. Y los inversores se han retra¨ªdo.
Los n¨²meros son concluyentes. A finales de 2007, se contaban 14 bancos europeos en la lista de los 30 con mayor capitalizaci¨®n burs¨¢til del mundo. En 2015, el n¨²mero se redujo a siete. En 2019 yo solo figuran tres: HSBC, Banco Santander y BNP Paribas. En su compromiso con los accionistas e inversores, la entidad espa?ola mantiene entre el 40 y el 50% el porcentaje del beneficio atribuido ordinario que se dedica al pago de dividendos. Banco Santander ser¨¢, hasta 2021, la ¨²nica entidad espa?ola integrada en el grupo de Importancia Sist¨¦mica Mundial (EISM), lo que la obliga a disponer de un colch¨®n de capital del 1% de su exposici¨®n total al riesgo, superior al resto de bancos. El c¨¢lculo de estos colchones, seg¨²n el Banco de Espa?a, se basa en una metodolog¨ªa desarrollada en l¨ªnea con los criterios m¨ªnimos establecidos por el Banco Central Europeo en el ¨¢mbito del Mecanismo ?nico de Supervisi¨®n y cada a?o se revisan las entidades de importancia sist¨¦mica.