Por detr¨¢s de la curva
La econom¨ªa ha virado dr¨¢sticamente y, sin embargo, seguimos en l¨ªnea recta sin ver el desv¨ªo
Con respecto a la epidemia del coronavirus hay dos grandes y complicadas aproximaciones que los decisores de pol¨ªtica econ¨®mica tienen que hacer: estimar la incidencia potencial y, conforme a ella, delimitar las medidas preventivas. En casos como el de Espa?a parece que la visi¨®n del mercado no coincide con la de las autoridades. Tampoco en otros pa¨ªses europeos o de la OCDE. Para las Bolsas y cada vez m¨¢s analistas, los Gobiernos van ¡°por detr¨¢s de la curva¡±, lo que significa que la econom¨ªa ya ha virado dr¨¢sticamente y, sin...
Con respecto a la epidemia del coronavirus hay dos grandes y complicadas aproximaciones que los decisores de pol¨ªtica econ¨®mica tienen que hacer: estimar la incidencia potencial y, conforme a ella, delimitar las medidas preventivas. En casos como el de Espa?a parece que la visi¨®n del mercado no coincide con la de las autoridades. Tampoco en otros pa¨ªses europeos o de la OCDE. Para las Bolsas y cada vez m¨¢s analistas, los Gobiernos van ¡°por detr¨¢s de la curva¡±, lo que significa que la econom¨ªa ya ha virado dr¨¢sticamente y, sin embargo, seguimos en l¨ªnea recta sin ver el desv¨ªo. Si se sigue por ese camino, lo que quedar¨¢ es la gesti¨®n del caos.
El problema es global y la pol¨ªtica de comunicaci¨®n deja qu¨¦ desear en Estados Unidos y Europa. En algunos casos, los jefes de Estado o primeros ministros se ponen a la cabeza. En otros, no aparecen o, simplemente, se?alan brevemente que ¡°est¨¢ todo controlado¡± o que ¡°no hay motivos para la preocupaci¨®n¡±. En Espa?a, no puede recaer todo el peso informativo y preventivo en el coordinador de emergencias sanitarias.
Europa, para variar, no tiene una respuesta com¨²n que solo llegar¨¢, como siempre, con una situaci¨®n m¨¢s grave. No hay claridad. El entramado de normas comunitarias no permite avanzar y coordinar r¨¢pido. No es de extra?ar que el Gobierno brit¨¢nico diga ahora que va a aprovechar el Brexit para fijar sus propias reglas claras para los ciudadanos en temas clave de ¨ªndole p¨²blica, como la salud. Tal vez oportunismo, tal vez cr¨ªtica oportuna.
Hay eventos con su propia carga de shock y su propio contenido informativo. La situaci¨®n en Italia, la rebaja de tipos de inter¨¦s de la Reserva Federal (Fed) o las perturbaciones colaterales que, aprovechando la confusi¨®n, provocan, como este lunes, un hundimiento entre el 20% y el 30% del precio del mercado del crudo. El primer trimestre de 2020 va camino de marcar un r¨¦cord a la baja en crecimiento mundial que ya anticipan las Bolsas con un crack enlazado diariamente como una traca de fallas valencianas.
Los mercados ¡ªy, lo que es m¨¢s importante, la actividad econ¨®mica¡ª solo van a reaccionar cuando las autoridades se pongan por delante de la curva y anticipen los acontecimientos con contundencia y coordinaci¨®n internacional. La reacci¨®n de los bancos centrales est¨¢ siendo m¨¢s un mensaje de alarma (que puede tener su propio valor) que una soluci¨®n. Si en Europa se sigue el mismo camino y se bajan tipos, tendr¨ªan lugar m¨¢s distorsiones que beneficios. Cosa distinta es si son precisas medidas de liquidez transitorias.
La respuesta debe ser fundamentalmente fiscal. Debe primar el gasto p¨²blico, con recursos para luchar contra la enfermedad y su prevenci¨®n. Con alivios transitorios de los criterios de cumplimiento de d¨¦ficit y deuda porque la situaci¨®n es urgente. Si, por ejemplo, existe una m¨ªnima certeza de que Espa?a puede seguir pasos similares a los ya acometidos por Italia, hace d¨ªas que estamos perdiendo el tiempo, quiz¨¢s por temor a la reacci¨®n de los ciudadanos y, por supuesto, porque el coste ser¨ªa muy elevado. Pero, sinceramente, ser¨ªa menor que esperar al caos.