Adaptaci¨®n, coronavirus y otros cisnes negros
El Banco Mundial trabaja junto a los Gobiernos de Am¨¦rica Latina y el Caribe para responder de manera r¨¢pida y flexible a la pandemia del Covid-19 y minimizar su impacto econ¨®mico
Vivimos tiempos inciertos, que nos ponen a prueba como individuos y como sociedades. Pero me animar¨ªa a decir que la incertidumbre ser¨¢ el agua en la que deberemos nadar por un buen periodo de tiempo. Y que la capacidad que tengamos para adaptarnos a este nuevo entorno de cambios bruscos, crisis sorpresivas y otras disrupciones va a ser determinante.
Hoy hablamos de la pandemia del COVID-19 (Coronavirus), ma?ana hablaremos de otra cosa, igualmente imprevista, y que pudiera ser incluso m¨¢s angustiante y en muchos casos m¨¢s dolorosa. Lo que Am¨¦rica Latina debe ejercitar es el m¨²sculo de l...
Vivimos tiempos inciertos, que nos ponen a prueba como individuos y como sociedades. Pero me animar¨ªa a decir que la incertidumbre ser¨¢ el agua en la que deberemos nadar por un buen periodo de tiempo. Y que la capacidad que tengamos para adaptarnos a este nuevo entorno de cambios bruscos, crisis sorpresivas y otras disrupciones va a ser determinante.
Hoy hablamos de la pandemia del COVID-19 (Coronavirus), ma?ana hablaremos de otra cosa, igualmente imprevista, y que pudiera ser incluso m¨¢s angustiante y en muchos casos m¨¢s dolorosa. Lo que Am¨¦rica Latina debe ejercitar es el m¨²sculo de la adaptaci¨®n. Esta no es una receta de prevenci¨®n m¨¦dica, est¨¢ claro, sino un diagn¨®stico de los tiempos que corren y en el que coinciden muchos expertos.
Latinoam¨¦rica es una de las regiones m¨¢s riesgosas del planeta. El informe del Banco Mundial, ¡°Sobre Incertidumbre y cisnes negros: ?C¨®mo lidiar con el riesgo en Am¨¦rica Latina y el Caribe¡±, de 2018, hace un an¨¢lisis pormenorizado. Terremotos, tormentas, huracanes y otros desastres naturales ocurren con alguna frecuencia en nuestros pa¨ªses. La exposici¨®n a crisis externas y grandes variaciones en los precios internacionales de las materias primas son a su vez factores de incertidumbre econ¨®mica.
Hablamos de cisnes negros cuando un hecho que por su naturaleza es impredecible asoma en el horizonte y todo lo que hasta ese momento cre¨ªamos estable ¨Cy acaso permanente¨C de pronto ya no lo es. En el pasado eran eventos raros, espor¨¢dicos. Ya no tanto. La aceleraci¨®n corre para todos los ¨®rdenes de la vida. Tambi¨¦n para disrupciones que, como esta, nos obligan a revisar nuestras certezas y, sobre todo, mejorar nuestra preparaci¨®n y capacidad de respuesta. El COVID-19 es un ejemplo de esto.
En tiempos como este es cuando muchas veces sale a la luz lo mejor de nosotros. Lo observamos en la explosi¨®n de solidaridad en las calles de nuestros pa¨ªses, entre perfectos desconocidos de pronto unidos por lazos invisibles. Lo vemos en las canciones cargadas de emoci¨®n que resuenan desde los balcones de toda Italia, y en los aplausos en Espa?a a los m¨¦dicos y enfermeras que le ponen el cuerpo a la crisis. Son gestos que inspiran y refuerzan la certeza de que pronto superaremos esta situaci¨®n.
Pero en lo inmediato los frentes son muchos y se deben atacar de manera coordinada. Los sistemas de salud de los pa¨ªses de la regi¨®n deben contar con la capacidad para contener el brote del virus y deben poder monitorear la situaci¨®n general de la poblaci¨®n para intervenir en tiempo y forma. Necesitan para eso equipamiento de laboratorio, sistemas de seguimiento y personal entrenado de primera respuesta; una infraestructura hospitalaria acorde, con suficientes salas de cuidados intensivos y espacios de cuarentena; insumos b¨¢sicos como guantes, mascarillas y ventiladores port¨¢tiles.
Las necesidades son muchas y de todo tipo. No solo materiales sino tambi¨¦n operativas y estrat¨¦gicas. Adem¨¢s, cada pa¨ªs tiene necesidades espec¨ªficas que esta crisis ha dejado al descubierto. Por eso estamos trabajando con ellos en el dise?o de programas que respondan de manera tambi¨¦n espec¨ªfica a las demandas que el coronavirus plantea en cada caso.
El Banco Mundial aprob¨® un fondo de emergencia de US$14.000 millones para apuntalar la respuesta global de manera inmediata, asegur¨¢ndonos de que los pa¨ªses m¨¢s pobres y vulnerables tengan un mayor acceso a esos recursos. Mucha gente est¨¢ atravesando una situaci¨®n dif¨ªcil, f¨ªsica y emocionalmente, y es muy importante que actuemos lo m¨¢s r¨¢pidamente posible para llevarles alivio. Con ellos est¨¢ nuestro mayor compromiso.
Y en Am¨¦rica Latina y el Caribe, el Banco est¨¢ trabajando muy activamente junto a los Gobiernos para ayudarlos a responder de manera r¨¢pida y flexible a la pandemia y minimizar hasta donde sea posible su impacto econ¨®mico, que, si bien es a¨²n dif¨ªcil de medir, se anticipa muy significativo.
Una clara prioridad de la hora es prevenir la expansi¨®n del COVID-19. Es decir, reducir el riesgo que la pandemia representa para la regi¨®n y el mundo. Es vital poner ah¨ª todos los esfuerzos ahora que sabemos a qu¨¦ tipo de amenaza nos enfrentamos.
Desde una perspectiva m¨¢s amplia, sin embargo, debemos tomar nota de que el control de riesgos frente a un cisne negro es un ejercicio casi imposible. No podemos anticiparlos ni alterar su naturaleza. En el mejor de los casos podemos atenuar sus efectos con una combinaci¨®n adecuada de pol¨ªticas preventivas. Se trata entonces de reducir las vulnerabilidades y reforzar nuestra capacidad de respuesta.
Esto implica tanto contar con instituciones fuertes y cre¨ªbles, que sean capaces de manejar las crisis con solvencia operativa y transparencia, como hacer las inversiones necesarias en infraestructura, capacitaci¨®n y equipamiento. Tambi¨¦n, disponer de fondos para emergencias, flexibilidad en la reasignaci¨®n de partidas presupuestarias y pol¨ªticas macroecon¨®micas s¨®lidas, que puedan adaptar su respuesta y absorber un shock inesperado.
En resumidas cuentas, la fortaleza institucional, la planificaci¨®n y el desarrollo del capital humano son la mejor defensa ante un golpe dif¨ªcil de anticipar. Lamentablemente, estas son deudas que todav¨ªa no saldamos.
Un virus como el actual quiz¨¢ no entra en esa categor¨ªa de riesgos m¨¢s o menos predecibles, cuyos efectos se pueden mitigar con algunas buenas pr¨¢cticas. Pero, reconozc¨¢moslo, tampoco es un evento del todo inimaginable. Est¨¢ en el orden de las cosas probables, para las que necesitamos contar con el ant¨ªdoto de instituciones s¨®lidas.
Humberto L¨®pez es vicepresidente en funciones del Banco Mundial para Am¨¦rica Latina y el Caribe.