El sue?o de Nissan se rompi¨® en la segunda generaci¨®n
El cierre de la planta de Barcelona acaba con sagas como la de Agust¨ªn y Mario, padre e hijo, que suman 63 a?os en la factor¨ªa
Lleg¨® al barrio de la Barceloneta con tres a?os, en 1943, desde un pueblo de la provincia de Almer¨ªa. Su padre, recuerda Agust¨ªn Garc¨ªa, ten¨ªa all¨ª un cami¨®n que le permit¨ªa hacer negocios, pero el bando franquista se lo requis¨® durante la guerra. ¡°Y claro, no se lo devolvieron¡±, explica este hombre de 79 a?os a?os. Sin muchas opciones, fue a Barcelona para trabajar en la f¨¢brica de La Hispano Suiza. As¨ª empez¨® una de tantas intensas relaciones entre una familia trabajadora y la industria de la automoci¨®n en Catalu?a: primero con Hispano Suiza, despu¨¦s con la entrada de Agust¨ªn en Motor Ib¨¦rica, y m¨¢s tarde con el relevo de su hijo Mario, que tras 28 a?os en Nissan Motor Ib¨¦rica de la Zona Franca, es uno de los m¨¢s de 3.200 trabajadores afectados por el cierre de las instalaciones anunciado el pasado jueves.
¡°Mi padre luch¨® mucho y yo llevo 28 a?os. Estamos muy decepcionados¡±, comenta Mario. Entre los dos, acumulan 63 a?os en Nissan y sus antecesoras. Hace d¨ªas que Mario apoya la huelga indefinida contra el cierre que tem¨ªan y no quer¨ªan aceptar. ¡°No pens¨¢bamos que pasar¨ªa esto, pero es verdad que esta empresa ha sido siempre una monta?a rusa¡±, a?ade.
El padre, Agust¨ªn, empez¨® en 1960 en lo que entonces se llamaba Motor Ib¨¦rica S. A., cuando ten¨ªa 20 a?os. ¡°Antes trabajaba en talleres peque?os, y la verdad es que me explotaban mucho. Aqu¨ª me pagaban el doble, era un muy buen trabajo¡±, explica. Ahora recuerda esta ¨¦poca como ¡°el mejor momento de toda la historia de Motor Ib¨¦rica¡±. ¡°Todo se decid¨ªa aqu¨ª, y el presidente, el se?or Ubach, era una bell¨ªsima persona¡±, dice, aunque otros trabajadores recuerdan la gesti¨®n de esa ¨¦poca como ¡°paternalista y clasista¡±. Era la ¨¦poca dorada de los camiones Ebro y el acuerdo con la empresa canadiense Massey Ferguson. De aquellos tiempos, Agust¨ªn guarda la costumbre de referirse a la empresa en primera persona del plural, como si fuese suya, pese a ser un trabajador m¨¢s en la secci¨®n de maquinaria. ¡°La empresa compr¨® unos terrenos en el Vall¨¨s e hizo instalaciones deportivas, y los trabajadores ¨¦ramos socios¡±, explica.
Hasta 1976 no lleg¨® el primer gran conflicto, que se convirti¨® en una de las huelgas m¨¢s importantes de la transici¨®n a la democracia. Empez¨® con una reclamaci¨®n salarial y se alarg¨® durante 96 d¨ªas en los que hubo carreras delante de la polic¨ªa, detenciones, despidos y hasta un memorable encierro de 28 d¨ªas de las mujeres de los trabajadores en una iglesia del barrio de Sant Andreu.
¡°La empresa cedi¨® al cabo del primer mes, pero en una asamblea en la que participaron estudiantes y grupos pol¨ªticos se decidi¨® continuar. En agosto, cuando ya nadie ten¨ªa un duro, volvimos a trabajar¡±, recuerda Agust¨ªn. ¡°Estoy orgulloso de la huelga, pero hay que decirlo: en aquella ¨¦poca los trabajadores cont¨¢bamos m¨¢s bien poco, importaba m¨¢s el cambio pol¨ªtico, y nosotros de esa huelga salimos escaldados¡±, apunta. Despu¨¦s de la protesta, 56 personas se quedaron sin trabajo, se?alados por la direcci¨®n. ¡°Por no hablar de los que fueron denunciados por los esquiroles y fueron detenidos, esos lo pasaron mal¡±.
La era Nissan
Agust¨ªn, militante de UGT como su padre, fue elegido miembro del comit¨¦ de empresa en 1980, a?o en que Nissan entr¨® como mayor accionista. Empez¨® entonces la era Nissan Motor Ib¨¦rica, cuyo final empezar¨¢ esta semana despu¨¦s de 40 a?os.
Las dos primeras d¨¦cadas estuvieron marcadas por los exitosos modelos Patrol y Vanette, y por el traslado de la producci¨®n, a causa de la reurbanizaci¨®n propiciada por los Juegos Ol¨ªmpicos, de la avenida Ic¨¤ria a la planta que en 1967 se abri¨® en la Zona Franca. Agust¨ªn se prejubil¨® en 1995 y coincidi¨® tres a?os en la f¨¢brica con su hijo. ¡°De los 300 que hicieron la solicitud, ¨¦l sac¨® la segunda plaza en el examen¡±, explica con orgullo el padre.
¡°Entr¨¦ con los modelos Terrano y Serena¡±, detalla Mario, que a sus 46 a?os teme por su futuro: ¡°Cuando entr¨¦, pensaba que tendr¨ªa un trabajo de por vida, como mi padre¡±.
Recuerda el a?o 1999 como el inicio de la decadencia, cuando Nissan se ali¨® con Renault. Empezaron las duplicidades de producto y la retirada de modelos: ¡°Siempre ve¨ªamos que se llevaban mejores proyectos las f¨¢bricas de Inglaterra y Francia¡±. En 2009 vino el primer mazazo: 2.000 despidos para hacer m¨¢s competitiva la f¨¢brica. La ¨²ltima d¨¦cada ha estado marcada por un adelgazamiento continuo de la instalaci¨®n hasta que se ha quedado en un 20% de su capacidad de producci¨®n.
Con el cierre, que se producir¨¢ en torno al mes de diciembre, Mario quiere pasar la cuenta despu¨¦s de dos generaciones ligados a la f¨¢brica: ¡°El Gobierno se tiene que poner duro y, si Nissan se va, que pague todo lo que tenga que pagar¡±.
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