Majader¨ªas sobre la condicionalidad

La pol¨¦mica sobre la condicionalidad del plan de recuperaci¨®n europeo ha sido feraz en majader¨ªas. La peor consiste en que obliga a Espa?a a mantener ¨ªntegramente las reformas laboral y de pensiones del Gobierno Rajoy.

Falso de toda falsedad. Otra cosa es que convenga mantenerlas, en todo o en parte. O garantizar el futuro de las pensiones cambiando el austeritario factor de sostenibilidad por una aportaci¨®n impositiva. O acentuar la...

La pol¨¦mica sobre la condicionalidad del plan de recuperaci¨®n europeo ha sido feraz en majader¨ªas. La peor consiste en que obliga a Espa?a a mantener ¨ªntegramente las reformas laboral y de pensiones del Gobierno Rajoy.

Falso de toda falsedad. Otra cosa es que convenga mantenerlas, en todo o en parte. O garantizar el futuro de las pensiones cambiando el austeritario factor de sostenibilidad por una aportaci¨®n impositiva. O acentuar la lucha contra la temporalidad laboral. Por eso la Comisi¨®n suele proponer prudencia en sus informes. En febrero aconsejaba ¡°que solo se adopten nuevas medidas tras una cuidadosa evaluaci¨®n de su potencial impacto y manteniendo los logros de las pasadas reformas¡±.

Con ser significativos esos consejos ¡ªhar¨¢ bien Espa?a en tenerlos en cuenta¡ª eso no implica que sean imperativos. Porque, contra lo que predican voces interesadas, las conclusiones del reciente Consejo Europeo no se refieren a ellos como uno de los ¡°criterios¡± o requisitos imprescindibles para obtener los apoyos financieros. Sino a las ¡°country-specific recommendations¡± anuales del Consejo en el marco del procedimiento del Semestre Europeo: recomendaciones que naturalmente perge?a la Comisi¨®n.

Las de 2019 llamaban a ¡°preservar la sostenibilidad del sistema de pensiones¡±, ¡°favorecer la transici¨®n hacia los contratos indefinidos¡± y resolver ¡°las deficiencias¡± de ¡°los reg¨ªmenes auton¨®micos de renta m¨ªnima¡±. Las de 2020, en plena pandemia, aplaud¨ªan las acciones tomadas en Espa?a para ¡°respetar el empleo mediante medidas encaminadas a preservar los puestos de trabajo¡± y ¡°reforzar la protecci¨®n por desempleo¡±.

O sea, ni rastro de indicaciones compulsivas sobre mantener o modificar paquetes normativos previos. Esa condicionalidad ¡ªconsejos colaterales aparte¡ª es hoy por hoy una simple falacia.

Otra majader¨ªa que, sorpresa, no mereci¨® r¨¦plica, se halla en las declaraciones que el primer ministro holand¨¦s, Mark Rutte, pronunci¨® al recibir a su hom¨®logo espa?ol, Pedro S¨¢nchez, el d¨ªa 13. Espet¨® que ¡°la v¨ªa para mejorar la competitividad es la reforma de las pensiones y del mercado laboral¡± como hizo su pa¨ªs. Algo posible, si bien ejecutable con opuestas orientaciones.

Pero inaceptable en el sustrato de soberbia que supone colocarse como ejemplo imperativo, justo cuando quien lo hace intenta condicionar las ayudas a su modelo.

En punto a reformas es Espa?a quien puede dar lecciones (aunque escasas) a algunos halcones, si nos atenemos al cumplimiento de las recommendations del Consejo entre 2011 y 2019. Como ha compilado Jos¨¦ Mois¨¦s Mart¨ªn, en ese periodo Espa?a las cumpli¨® de forma ¡°sustancial¡± o ¡°total¡± en un 36%; por el 26% de Holanda y el 9% de Austria.

Por cierto que una de las instrucciones del Consejo en 2019 a Rutte es de las que enrojecen la moral del m¨¢s pintado: reformar ¡°la normativa fiscal del pa¨ªs¡±, ¡°utilizada por empresas que participan en pr¨¢cticas de planificaci¨®n fiscal agresiva¡±.

Igual alguien protesta un d¨ªa contra las ayudas a su Gobierno por violar ese mandato de acabar con su repugnante evasi¨®n fiscal.