¡®?ngeles de la guarda¡¯ con la agenda saturada
Decenas de compa?¨ªas recurren a un reducido grupo de profesionales para seguir activas en un entorno de inmensa incertidumbre
En la torre de PwC, al final del Paseo de la Castellana de Madrid, la nueva normalidad es un raro silencio y una sensaci¨®n de soledad. El hidroalcohol antes de subir en el ascensor, un habit¨¢culo semivac¨ªo donde antes casi no cab¨ªas, pasillos con escasos empleados, conversaciones cortas, mascarillas y se?ales delimitando las distancias. Y de salida, ese sentimiento de soledad y silencio. Todo esto ocurre fuera, dentro la actividad surge profunda, sobre todo en un sector que hab¨ªa mante...
En la torre de PwC, al final del Paseo de la Castellana de Madrid, la nueva normalidad es un raro silencio y una sensaci¨®n de soledad. El hidroalcohol antes de subir en el ascensor, un habit¨¢culo semivac¨ªo donde antes casi no cab¨ªas, pasillos con escasos empleados, conversaciones cortas, mascarillas y se?ales delimitando las distancias. Y de salida, ese sentimiento de soledad y silencio. Todo esto ocurre fuera, dentro la actividad surge profunda, sobre todo en un sector que hab¨ªa mantenido un timbre bajo y discreto desde la crisis de 2008: las reestructuraciones.
¡°No deja de sonarme el tel¨¦fono, todos los d¨ªas hay un cazatalentos que quiere hablar conmigo¡±, admite, con modestia, Enrique Bujidos, responsable de reestructuraciones de PwC Espa?a. Hay pocos profesionales y la demanda, por desgracia, asoma alta. Lleva d¨¦cadas en esta ¨¢rea, ha trabajado en Am¨¦rica Latina y en hallar soluciones a puzles de m¨¢s de 10.000 piezas como OHL, DIA, Duro Felguera, Dentix o El Ganso. No hay que sentarse en los pupitres de Harvard para saber que la pandemia ha dejado tocada la caja de millones de empresas espa?olas. ¡°Toda la ayuda de las l¨ªneas ICO, que est¨¢n siendo ¨²tiles, han funcionado como una anestesia. Lo que nos preocupa, sobre todo, son las peque?as y medianas empresas, porque son las m¨¢s d¨¦biles, y hasta octubre no sabremos el da?o real que se ha producido¡±, describe Bujidos.
?Cu¨¢nto ERTE se transformar¨¢ en ERE al final de la ¡°temporada¡± tur¨ªstica? ?Qu¨¦ ser¨¢ de las tiendas minoristas? ?Regresar¨¢ la demanda? Pues la situaci¨®n es clara. Coinciden la docena de expertos, no m¨¢s, que manejan este delicado sector. ¡°Las empresas se ver¨¢n obligadas a refinanciar sus deudas para que sus flujos de caja se adec¨²en a los pagos de deuda¡±, apunta ?ngel Mart¨ªn, responsable global de Financial Restructuring de KPMG. ¡°Y el futuro traer¨¢ un repunte de las operaciones de fusiones y adquisiciones, una vez que el miedo a un rebrote disminuya¡±, a?ade este experto que ha participado en reestructuraciones y estructuraciones de deuda por un valor superior a los 140.000 millones de euros, entre otros en Martinsa Fadesa (donde es administrador concursal, siendo el mayor concurso en Espa?a), Metrovacesa, Reyal Urbis, FCC, Eroski, Colonial, Pescanova o Abengoa.
Adem¨¢s los fondos de inversi¨®n con su enorme capacidad de liquidez y de asumir riesgo podr¨ªan ser una soluci¨®n para levantar empresas en situaci¨®n delicada. ¡°Desde un punto de vista p¨²blico, el mantenimiento de las medidas de soporte a la financiaci¨®n y su ampliaci¨®n a operaciones de inversi¨®n (m¨¢s all¨¢ del circulante, como hasta ahora) es cr¨ªtico para evitar situaciones de contracci¨®n de la oferta de cr¨¦dito similares a las vividas en la crisis de 2008¡±, alerta Pablo Guijarro, socio del ¨¢rea de Corporate Finance de AFI.
Porque la digitalizaci¨®n ¡ªconvertido, por muchos, en el b¨¢lsamo de Fierabr¨¢s de los problemas econ¨®micos espa?oles¡ª no acudir¨¢ al rescate del drama. Edward Altman, creador de ese Armaged¨®n de la econometr¨ªa que es la f¨®rmula Z-score, la cual mide la posibilidad de que quiebre una empresa, espera un n¨²mero r¨¦cord en Estados Unidos de ¡°mega-bancarrotas¡± (pasivos superiores a los 1.000 millones de d¨®lares) que podr¨ªa superar las 49 que se vivieron en 2009. El profesor em¨¦rito de la Escuela de Negocios Stern de Nueva York puede equivocarse o acertar. Lo resolver¨¢ el tiempo.
?C¨®mo ser¨¢ el futuro? ¡°Los primeros d¨ªas hab¨ªa ansia y necesidad por consumir en bares, ropa. Pasado este espejismo volver¨¢ el miedo a gastar y se impondr¨¢ un declive: restaurantes de ticket medio-bajo, pisos peque?os y baratos frente a promociones de lujo, hoteles de cuatro y cinco estrellas a precios de tres para tener ocupaci¨®n¡±, predice Daniel Galv¨¢n, director de GBS Finance.
Pero hay respuestas. Sobre todo para las pymes. Una vez m¨¢s el capital riesgo, los fondos de deuda ¡ªson una fuente de financiaci¨®n alternativa a los bancos (direct lending, pr¨¦stamos puente, deuda subordinada, mezzanine), aunque resulten m¨¢s caros y su periodo de pr¨¦stamo oscile entre uno y siete a?os¡ª y las ¡°cl¨¢sicas¡± quitas, esperas o capitalizaciones de deuda. Y ah¨ª se ver¨¢ la ¡°involucraci¨®n¡± de las entidades. ?Querr¨¢n volver a tener una cartera de participaciones en empresas convirtiendo deuda en capital? No parece que sea su estrategia.
De lo que nadie duda es del valor que tienen los 140.000 millones de euros de las l¨ªneas ICO. ¡°Han sido fundamentales para evitar el cierre de bastantes compa?¨ªas incapaces de aguantar tres o cuatro meses de paralizaci¨®n total de la actividad¡±, lanza Alex Soler-Lluro, socio responsable de Reestructuraciones en el ¨¢rea de Strategy and Transactions de EY. El problema es que ¡°muchas operaciones se han cerrado con poca visibilidad del plan de negocio de las firmas debido a la incertidumbre en la que vivimos¡±. Riesgos que hay que correr. Tampoco deber¨ªan usarse estas l¨ªneas ¡ªmatiza Borja Arteaga, socio de PJT Partners¡ª para ¡°reestructurar o unificar pr¨¦stamos ya existentes¡±. Pero sobrevivimos en tiempos excepcionales. El turismo, el transporte, el comercio, la restauraci¨®n y la industria del autom¨®vil es obvio que ser¨¢n los que sufrir¨¢n m¨¢s. ¡°Y en el corto plazo la prioridad es preservar al m¨¢ximo nuestra estructura productiva¡±, aconseja Sen¨¦n Touza, socio de Financial Advisory de Deloitte, quien ha participado en las reestructuraciones de Pescanova, Barreras, Isolux o Vitaldent. ¡°Si mitigamos el impacto en las empresas y preservamos el tejido de pymes y aut¨®nomos se salvaguardar¨¢ el empleo y se acelerar¨¢ la recuperaci¨®n¡±.
Ley concursal
Hay que proteger la fragilidad. El a?o pasado llegaron a concurso de acreedores 4.464 empresas. Acorde con el Instituto Nacional de Estad¨ªsticas (INE). Este ejercicio la cifra es una inc¨®gnita ¡ªtristemente¡ª al alza. El 1 de septiembre entra en vigor el nuevo texto refundido de la ley concursal en medio de una suspensi¨®n hasta el 1 de enero de 2021 de la obligaci¨®n de los administradores de las compa?¨ªas de solicitar el concurso, y a la espera de la transposici¨®n en Espa?a de la Directiva europea de reestructuraciones. Un encaje complejo resultado de jornadas ¨²nicas. Hace falta el blindaje.
¡°Lo peor est¨¢ por llegar. Lo m¨¢s duro lo veremos entre oto?o y finales de 2021, si la demanda no se recupera y si los ERTE terminan [como sostienen tambi¨¦n otros profesionales] en despidos. A¨²n no hemos visto la verdadera dimensi¨®n de la crisis¡±, analiza ?ngel P¨¦rez, socio responsable de la pr¨¢ctica financiera del bufete Ur¨ªa Men¨¦ndez, despacho que ha velado armas en Abengoa, Celsa o Eroski. Y sabe de batallas y parapetos. ¡°Las moratorias han resultado muy ¨²tiles para disminuir la presi¨®n de caja. Por ejemplo en el sector tur¨ªstico¡±, avanza el letrado. Pero tambi¨¦n a?ade que ¡°cuando se adapte el ordenamiento espa?ol a la directiva de reestructuraciones, para lograr una verdadera viabilidad de las compa?¨ªas ser¨¢ esencial poder extender los efectos de los acuerdos de refinanciaci¨®n a los acreedores de derecho p¨²blico y a los acreedores comerciales¡±, que ahora mismo quedan al margen de estas reestructuraciones preconcursales, que tan importantes han resultado para evitar que las empresas pasen por el concurso. Ser¨¢ necesaria toda la artiller¨ªa.
Digitalizaci¨®n
Resulta imposible hablar con ning¨²n experto en reestructuraci¨®n sin que surja el t¨¦rmino ¡°digitalizaci¨®n¡±. La historia es clara: viajamos muy retrasados en comparaci¨®n a otras econom¨ªas. ¡°Algunos vendedores minoristas est¨¢n repensando sus estrategias a medio y largo plazo, sustituyendo sus redes de locales f¨ªsicos por la apertura de espacios que se convertir¨¢n en centros de experiencias para sus clientes, cuyo objetivo ir¨¢ m¨¢s all¨¢ de la simple transacci¨®n¡±, observa Alberto Zamora, director general de Accenture Strategy. Y, al fondo, se refuerzan todos los canales digitales. Esta es la estrategia binaria. De unos y ceros. Unas matem¨¢ticas que han faltado ¡ªreflexiona el analista¡ª incluso en las grandes empresas, que tienen un d¨¦ficit en ¡°tecnolog¨ªas punteras¡±.