El verdadero problema de la vivienda
La okupaci¨®n de viviendas es un dram¨¢tico reflejo de las condiciones en que se encuentran cientos de miles de familias
Durante las ¨²ltimas semanas la okupaci¨®n de viviendas ha propiciado un tenso debate sobre el derecho de propiedad. De momento se ha traducido en un refuerzo de la actuaci¨®n de los fiscales en defensa de las v¨ªctimas y en contra las acciones ilegales. La okupaci¨®n de viviendas, acentuada por la pandemia de la covid-19, es un dram¨¢tico reflejo de las condiciones explosivas en que se encuentran cientos de miles de familias que carecen de vivienda o medios para mantenerla.
El problema de...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Durante las ¨²ltimas semanas la okupaci¨®n de viviendas ha propiciado un tenso debate sobre el derecho de propiedad. De momento se ha traducido en un refuerzo de la actuaci¨®n de los fiscales en defensa de las v¨ªctimas y en contra las acciones ilegales. La okupaci¨®n de viviendas, acentuada por la pandemia de la covid-19, es un dram¨¢tico reflejo de las condiciones explosivas en que se encuentran cientos de miles de familias que carecen de vivienda o medios para mantenerla.
El problema de la okupaci¨®n no se puede abordar sin ir a la ra¨ªz de fondo: la abrumadora falta de viviendas sociales. Las reformas legales han suavizado las normas sobre los desahucios pero no ha solucionado la escasez de pisos. La mayor¨ªa de las 370.000 familias que perdieron su casa durante la ¨²ltima d¨¦cada sobreviven como pueden. Unas con viviendas sociales de los Ayuntamientos, otras con las cedidas por los bancos y otras en la desesperaci¨®n no han encontrado otra alternativa que la okupaci¨®n para proteger a sus hijos. No es cuesti¨®n de justificar ni criminalizar este fen¨®meno, sino analizar sus ra¨ªces. Las mafias s¨®lo existen si hay una desesperante realidad social.
Un reciente estudio del Parlamento Europeo, Policies to Ensure Access to Affordable Housing (Pol¨ªticas para garantizar el acceso a viviendas asequibles), proporciona un valioso diagn¨®stico y recomendaciones sobre el problema. Revela el penoso d¨¦ficit que padece Espa?a. Por una parte, las viviendas sociales representan menos del 4% del total, frente a m¨¢s del 35% en Holanda, m¨¢s del 20% en Dinamarca y Austria y m¨¢s del 15% en Francia y el Reino Unido. Nuestro pa¨ªs tambi¨¦n es de los que menos gasto p¨²blico destina a la vivienda (0,2% del PIB), frente al Reino Unido (1,4%) o Francia (1,3%).
El estudio lamenta la reducci¨®n del gasto p¨²blico en vivienda en Europa que ha pasado de 48.200 millones a 27.500 millones de euros entre 2009 y 2015. Y alerta sobre la creciente ¡°financiarizaci¨®n¡± de la vivienda, que define como ¡°la transformaci¨®n de la vivienda en un activo financiero o mercanc¨ªa para una inversi¨®n y la obtenci¨®n de beneficios seguros, en lugar de un bien social o derecho humano¡±. La financiarizaci¨®n ha sido muy intensa en Espa?a con la indecente venta de los pisos de los desahuciados a fondos especulativos al 5% de su valor en lugar de adjudicarlas a los propietarios despose¨ªdos dispuestos a pagar m¨¢s.
El estudio propone utilizar los fondos de Next Generation EU de 750.000 millones de euros para fomentar la vivienda social y las cooperativas y responder as¨ª a la covid-19. Considera que ¡°la inversi¨®n en vivienda social puede percibirse simult¨¢neamente como una carga para el presupuesto p¨²blico y como una forma de impulsar la demanda¡±. Hay respuestas p¨²blicas encomiables. El Ayuntamiento de Barcelona desarrolla un plan para proporcionar 14.039 viviendas sociales hasta 2025. El ministro de Transportes y Agenda Urbana, Jos¨¦ Luis ?balos, ha anunciado la construcci¨®n de 20.876 viviendas sociales. Este es el camino seguro para acabar con las okupaciones.