Los datos sobre la okupaci¨®n en Madrid que desmienten la alarma de Almeida y de Vox

Tres pasos. Se colaron en el portal. Reventaron la puerta. Y okuparon el piso. Sucedi¨® hace poco m¨¢s de un a?o en un edificio de la calle de Atocha, en pleno centro. Los vecinos cuentan que han pasado un a?o dur¨ªsimo. El piso en cuesti¨®n es propiedad de un banco. Un bajo de apenas 30 metros cuadrados con una min¨²scula habitaci¨®n. Ah¨ª dentro convivieron hasta 15 j¨®venes. Hicieron de la casa un mercadillo de droga ambulante incluso durante el confinamiento. El final de esta historia lleg¨® el pasado 8 de julio. La empresa Desokupa, una especie de cobradores del frac en versi¨®n inmobiliaria, se present¨® en el rellano de la puerta con tres empleados enormes tras ser solicitados por los vecinos. All¨ª aparecieron tres armarios empotrados, con tatuajes y de mirada desafiante. Atemorizaron a los okupas en menos 10 de minutos. Se marcharon de all¨ª ante la mirada at¨®nita del vecindario y de millones de espa?oles. La haza?a se retransmiti¨® en directo en El Programa de Ana Rosa. Las historias de okupas multiplican las audiencias. Por all¨ª, claro, aparecieron despu¨¦s m¨¢s televisiones y m¨¢s conexiones en directo. El v¨ªdeo del desalojo se comparti¨® cientos de veces en redes sociales. Hoy el piso est¨¢ tapiado y a la venta. El banco pide 157.000 euros por ¨¦l. ¡°No creo que lo vendan nunca¡±, cuenta ahora una vecina. ?Es la okupaci¨®n uno de los principales problemas de Madrid?

Para el Ayuntamiento, s¨ª. ¡°Todos sabemos, aunque algunos se empe?an en no reconocerlo, que el problema de la okupaci¨®n afecta cada d¨ªa a m¨¢s madrile?os¡±, dijo el concejal de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, el pasado jueves. ¡°Los okupas ya no solo se centran en la okupaci¨®n de viviendas, sino incluso en naves industriales y solares¡±. Para Vox, que ha visto en esto un aut¨¦ntico caladero de votos, tambi¨¦n. ¡°El Gobierno alienta los ataques a la propiedad privada¡±, dijo Santiago Abascal el pasado lunes. ¡°Los madrile?os ya saben que Carmena aplaude a los okupas", dijo el portavoz en el Ayuntamiento, Javier Ortega Smith, hace justo un a?o. ¡°Nosotros estamos con los vecinos a los que han robado su propiedad. Y si a alguno no le gusta que se meta en la casa de Iglesias, que es muy amplia¡±.

¡°A casi nadie le ocupan su vivienda habitual, siempre suelen ocupar viviendas de bancos¡±, indica un portavoz de la Consejer¨ªa de Vivienda

La okupaci¨®n, sin duda, est¨¢ en las sobremesas, en los anuncios de radio, de televisi¨®n y, sobre todo, en los grupos de WhatsApp familiares. Madrid ha entrado al debate. Acaba de cerrar un contrato de vigilancia por 1,4 millones de euros para prevenir la okupaci¨®n en solares municipales hasta 2022. El concejal, durante el anuncio, fue tajante: ¡°El fen¨®meno de la okupaci¨®n se est¨¢ acentuando en Madrid¡±. La realidad es bien distinta. Las denuncias por viviendas okupadas han disminuido en Madrid un 9,5% en el ¨²ltimo a?o, seg¨²n las cifras del Ministerio de Interior.

El Ayuntamiento, no obstante, tambi¨¦n va a crear en las pr¨®ximas semanas una oficina para asesorar al ciudadano que haya sido v¨ªctima de una okupaci¨®n. ¡°Tolerancia cero contra los okupas¡±, dice el alcalde, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Almeida, que habl¨® de la okupaci¨®n este mi¨¦rcoles en el debate sobre el estado de la ciudad. ¡°Combatiremos siempre la okupaci¨®n¡±, insiste habitualmente la vicealcaldesa, Bego?a Villac¨ªs. Ante la ausencia de datos p¨²blicos, el concejal de Desarrollo Urbano precis¨® que 657 viviendas hab¨ªan sido okupadas este a?o seg¨²n sus propios c¨¢lculos, sin entrar en detalles. Se desconoce cu¨¢ntas de estas casas son de vivienda habitual, de segunda vivienda o propiedad de un banco, como la vivienda okupada de la calle de Atocha. ¡°657 son los datos que manejamos porque la Delegaci¨®n de Gobierno no publica las cifras desde hace dos a?os. El delegado del Gobierno se tiene que tomar en serio el problema de la okupaci¨®n¡±, explic¨® el concejal.

Es cierto. Los ¨²ltimos datos oficiales sobre viviendas okupadas en la regi¨®n son de 2017. Un portavoz de la Delegaci¨®n de Gobierno aclara que fue en 2016 cuando se cre¨® una unidad policial para atajar a las mafias dedicadas a la okupaci¨®n de los pisos. Este fen¨®meno, seg¨²n indica el portavoz, era un problema por aquel entonces. ¡°El problema desapareci¨® en 2018 y por eso se dejaron de publicar los datos¡±. La polic¨ªa dej¨® de hacer un balance porque se concluy¨® aquella misi¨®n. Esa unidad ya no existe y no est¨¢ previsto que vuelva. ¡°Una cosa es la realidad y otra cosa es lo que se percibe. El problema de esto es la repetici¨®n de las im¨¢genes¡±, subraya. Por eso, asegura, se ha extendido el miedo a que los okupas entren en las casas de los ciudadanos. Aquellos datos indicaban que en 2016 se okuparon 3.807 viviendas en la regi¨®n y en 2017, los ¨²ltimos disponibles, 3.918.

?Y en 2020? En la Comunidad de Madrid existen ahora mismo 4.000 viviendas okupadas, seg¨²n los datos facilitados a este peri¨®dico por la Consejer¨ªa de Vivienda. Es decir, pr¨¢cticamente las mismas que hace cuatro a?os. ¡°A casi nadie le okupan su vivienda habitual, siempre suelen okupar viviendas de bancos¡±, indica un portavoz de la Consejer¨ªa. ¡°Nosotros declaramos la guerra a la okupaci¨®n. Queremos que exista una ley para que se eche a los okupas en menos de 48 horas¡±, subraya.

Pese a los continuos bulos que circulan al respecto, la polic¨ªa puede actuar en cualquier momento si los okupadores ilegales han entrado en la vivienda habitual (aunque hayan pasado m¨¢s de 48 horas desde la okupaci¨®n) y desalojar a los okupadores ilegales: se considerar¨ªa un delito flagrante.

¡°Muchos medios venden que uno baja a comprar el pan y a la vuelta le han okupado la casa¡±, cuenta Javier Gil, portavoz del sindicato de inquilinos de Madrid. ¡°Okupar la vivienda habitual ser¨ªa un allanamiento de morada y no una okupaci¨®n¡±, subraya. ¡°Lo que sucede es que se mezclan conceptos. Ahora se le llama okupaci¨®n a todo, incluso al narcotr¨¢fico. Desde el sindicato vemos que est¨¢ habiendo una campa?a de criminalizaci¨®n. Ha habido grandes medios que hasta a la situaci¨®n de impago del alquiler le han llamado okupaci¨®n¡±.

Enrique L¨®pez, consejero de Justicia de la Comunidad y secretario de Justicia e Interior del PP, admiti¨® a este peri¨®dico que las okupaciones de los pisos de particulares son una minor¨ªa. El pasado domingo propuso endurecer el delito de usurpaci¨®n para asegurar la expulsi¨®n en todos los casos, incluidos los que son propiedad de los bancos y est¨¢n vac¨ªos, donde s¨ª es cierto que la demora en la expulsi¨®n puede durar varios a?os. La Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, anunci¨® al respecto una inminente instrucci¨®n a los fiscales el pasado lunes. Se conocer¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas.

La okupaci¨®n de solares

?Y qu¨¦ ocurre con los solares? El concejal madrile?o de Desarrollo Urbano tambi¨¦n puso el foco en la okupaci¨®n de fincas municipales como otro de los principales problemas de Madrid. Seg¨²n sus datos, 14 de ellos est¨¢n okupados ahora mismo. El objetivo es desalojarlos todos. El Solar Maravillas de la calle Antonio Grilo, ubicado a cinco minutos a pie de la Gran V¨ªa, tiene los d¨ªas contados. Tiene 465 metros cuadrados y fue okupado hace diez a?os. La Comunidad anunci¨® que quiere construir ah¨ª un centro de salud. Las personas que forman parte de este colectivo estar¨ªan dispuestas a abrir un di¨¢logo con las instituciones, seg¨²n indican en un comunicado publicado en el portal Change.org. ¡°Les instamos a buscar una soluci¨®n o, al menos, la permanencia del proyecto hasta que realmente exista una adjudicaci¨®n para la construcci¨®n del centro de Salud y comiencen las obras¡±, indican. Han logrado el apoyo de 15.000 firmas.

El solar, visible desde una puerta de metal, cuenta con una gran arboleda, un huerto, grafitis y decenas de sillas para las sesiones de cine de verano. Sergio Sarabia, de 27 a?os, acude con frecuencia. Hace justo un a?o alquil¨® un piso al lado del solar. Dice que es un sitio muy tranquilo. ¡°Hacen sesiones de cine con documentales de autor muy interesantes. Pero en estos ¨²ltimos d¨ªas s¨ª que es que no paran de cantar la canci¨®n del no nos mover¨¢n¡±.