Un club sin gorrones para el clima

El pasado 2 de diciembre Europa invit¨® a EE UU a trabajar en una agenda para un cambio global. El plan presentado por las instituciones europeas se ocupa de cuatro asuntos con crecientes desaf¨ªos: la salud (la lucha contra las pandemias), el medio ambiente (contra el cambio clim¨¢tico), el comercio y la tecnolog¨ªa (resolver desacuerdos comerciales y definir est¨¢ndares globales), y la gobernanza pol¨ªtica (cooperaci¨®n humanitaria y equidad de la recuperaci¨®n, prevenir conflictos e impulsar la democracia). Son objetivos ambiciosos y bien detallados en la propuesta europea, que sin embargo no menciona los mecanismos que permitir¨ªan lograrlos. Unos incentivos que tienen que ser m¨¢s poderosos que el mero altruismo o que la preocupaci¨®n compartida por el ascenso econ¨®mico y geopol¨ªtico de China.

En cambio clim¨¢tico es especialmente importante encontrar mecanismos efectivos de gobernanza multilateral, por la naturaleza del problema (el clima es de alcance global) y porque no escasean precisamente los acuerdos internacionales que toquen el medioambiente. Por ejemplo, la Convenci¨®n Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico va por su sesi¨®n anual (COP) 25. De dos de ellas salieron compromisos de reducci¨®n de emisiones de gases de efecto invernadero: en 1997 el Protocolo de Kyoto, de ca¨ªda del 5% de las emisiones de los pa¨ªses industrializados sobre el nivel de 1990; y en 2015 el Acuerdo de Par¨ªs, para mantener por debajo de dos grados el aumento de las temperaturas sobre niveles preindustriales. Sin embargo, las emisiones mundiales ni siquiera se han estabilizado (s¨®lo cayeron en 2009 con la recesi¨®n global, como lo har¨¢n en 2020), y los actuales compromisos nacionales de emisiones bajo el Acuerdo de Par¨ªs no frenar¨¢n el aumento de las temperaturas.

Como ha mostrado con su trabajo el Premio Nobel de Econom¨ªa y Premio Fronteras del Conocimiento Fundaci¨®n BBVA, W. Nordhaus, el ¨¦xito de los mecanismos de gobernanza multilateral del medio ambiente exigir¨ªa que su dise?o lidie con los gorrones (free-riders), que no tienen incentivos para ejecutar costosas pol¨ªticas de reducci¨®n de emisiones que ya hacen otros, disfrutando adem¨¢s de los beneficios. La soluci¨®n que plantea es establecer un club clim¨¢tico, con un objetivo com¨²n y ambicioso de reducci¨®n de emisiones y con costes para los que no cumplan, tambi¨¦n y sobre todo si no son miembros del club. Estas penalizaciones se pueden implementar con mecanismos de ajuste en frontera del contenido de carbono de las importaciones, o directamente con una tarifa medioambiental general. El objetivo es lograr que salga a cuenta pertenecer al club, dejar de ser un gorr¨®n clim¨¢tico, y reforzar as¨ª el objetivo de reducci¨®n de emisiones. Europa y EE UU, pero tambi¨¦n China e India, tienen mucho que acordar si se trata de reducir de verdad las emisiones mundiales.

J. Juli¨¢n Cubero, de BBVA Research