Cuidado: empleos tambaleantes
En tiempos de expansi¨®n se absorben los reveses sectoriales; en recesi¨®n, las desgracias no vienen solas
El aumento de los costes salariales por raz¨®n del alza del salario m¨ªnimo interprofesional (SMI) tiende a retraer la demanda de trabajadores, a destruir empleos o condenarlos a la econom¨ªa sumergida. Claro que tambi¨¦n puede activar a parados, si hay oferta. En vacas gordas, el incremento de los salarios m¨¢s bajos suele aumentar el bienestar, reducir la desigualdad y fomentar el consumo (los sueldos bajos no permiten ahorrar), y por tanto la demanda y el PIB. Pero...
El aumento de los costes salariales por raz¨®n del alza del salario m¨ªnimo interprofesional (SMI) tiende a retraer la demanda de trabajadores, a destruir empleos o condenarlos a la econom¨ªa sumergida. Claro que tambi¨¦n puede activar a parados, si hay oferta. En vacas gordas, el incremento de los salarios m¨¢s bajos suele aumentar el bienestar, reducir la desigualdad y fomentar el consumo (los sueldos bajos no permiten ahorrar), y por tanto la demanda y el PIB. Pero a vacas flacas, todo son pulgas.
El ¨²ltimo debate espa?ol sobre este asunto se produjo en oto?o de 2018. El primer Gobierno S¨¢nchez fraguaba el mayor aumento del SMI de la historia: de un 22,3%, a 900 euros mensuales; en 2020 ha subido otro 5,5%, a 950 euros. La entonces (solo) ministra de Econom¨ªa, Nadia Calvi?o, lo defendi¨® apelando a que ¡°la creaci¨®n de empleo no se resinti¨®, sino que aceler¨®¡± cuando el SMI experiment¨® alzas importantes, entre 2004 y 2005, y entre 2017 y 2018. El Banco de Espa?a alert¨® del riesgo de ¡°una p¨¦rdida de empleo de alrededor de 125.000 trabajadores¡±, sobre todo por la brusquedad del aumento (Un an¨¢lisis del impacto de la subida del salario m¨ªnimo... Documentos ocasionales, 1902). La Airef pronostic¨® la destrucci¨®n de 80.000 puestos.
Medio a?o despu¨¦s, los resultados no eran concluyentes. Desde el Ministerio de Trabajo se critic¨® a los cr¨ªticos por ¡°profetas del desastre¡±. Dirimir el litigio intelectual requer¨ªa tiempo, hasta los datos detallados de verano de 2020... pero lleg¨® la recesi¨®n pand¨¦mica y trastoc¨® toda comparaci¨®n homog¨¦nea.
La diferencia entre el buen trazo global de los periodos que cit¨® Calvi?o ¡ªo como el de Alemania al instaurarse el SMI¡ª y hoy es que durante la expansi¨®n se absorben los reveses sectoriales; en recesi¨®n, las desgracias no vienen solas. Este es el peligro actual. No de cat¨¢strofe, porque nadie propone subidas como entonces, pero muy insidioso para ciertos colectivos: lo contrario de lo deseado. Del total de dos millones de trabajadores en teor¨ªa beneficiados, muchos podr¨ªan ver tambalearse su empleo.
Sobre todo las mujeres (acogidas al SMI el doble que los varones), los j¨®venes (m¨¢s de la quinta parte) y en mayor medida en el campo que en la industria (Andaluc¨ªa, el triple que Euskadi), seg¨²n la Muestra Continua de Vidas Laborales. Esos colectivos se solapan con los que m¨¢s han sucumbido ya a la recesi¨®n pand¨¦mica, como indica el ?ndice ManpowerGroup: de febrero a este octubre los menores de 35 a?os han perdido la afiliaci¨®n 10 veces m¨¢s que los mayores.
Y muchas pymes hosteleras y tur¨ªsticas y tiendas de barrio rozan el desastre. No vale arg¨¹ir, como hace Trabajo, que el menor salario de esos sectores suele superar al SMI: muchos ¡ªlas kellys y otros¡ª, acogidos a ETT o intermediarios de servicios, apenas llegan al m¨ªnimo. As¨ª, todo coste adicional, a lo mejor irrelevante en catalejo macro, podr¨ªa ser catastr¨®fico con lupa micro. ?Cuidado!