Un peso argentino, un caramelo ¡®Mini¡¯
La inflaci¨®n en el pa¨ªs sudamericano fue del 3,3% en mayo y la erosi¨®n de la moneda hace que se sustituya por caramelos en los vueltos
El grupo alimentario Arcor, el mayor de Argentina, envuelve sus caramelos Mini con una frase: ¡°Ideales para el vuelto¡±. Ya es muy frecuente que en lugar de monedas casi sin valor ni circulaci¨®n, el consumidor reciba el vuelto de su pago en billetes y caramelos. Un peso, la divisa del pa¨ªs, vale al cambio real menos de un centavo de d¨®lar o la mitad de un c¨¦ntimo de euro. Apenas nada. Con una inflaci¨®n que subi¨® el 3,3% en mayo y acumula un 21,5% desde enero, el peso sigue devalu¨¢ndose.
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El grupo alimentario Arcor, el mayor de Argentina, envuelve sus caramelos Mini con una frase: ¡°Ideales para el vuelto¡±. Ya es muy frecuente que en lugar de monedas casi sin valor ni circulaci¨®n, el consumidor reciba el vuelto de su pago en billetes y caramelos. Un peso, la divisa del pa¨ªs, vale al cambio real menos de un centavo de d¨®lar o la mitad de un c¨¦ntimo de euro. Apenas nada. Con una inflaci¨®n que subi¨® el 3,3% en mayo y acumula un 21,5% desde enero, el peso sigue devalu¨¢ndose.
El Ministerio de Econom¨ªa y el Banco Central realizan todos los esfuerzos posibles para ¡°planchar¡± el d¨®lar, es decir, contener su subida frente al peso. El plan consiste en evitar nuevas devaluaciones bruscas de la moneda argentina al menos hasta noviembre, cuando est¨¢n previstas las elecciones generales. A partir de ah¨ª se abre un escenario ignoto: habr¨¢ que negociar por fin en serio la deuda con el Fondo Monetario Internacional, habr¨¢ que aplicar alg¨²n tipo de ajuste presupuestario y, muy probablemente, habr¨¢ que permitir que el peso se deslice hacia la en¨¦sima devaluaci¨®n de acuerdo con la inflaci¨®n acumulada.
Entretanto, el gobierno del presidente Alberto Fern¨¢ndez y de la vicepresidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner (cada vez m¨¢s la segunda, cada vez menos el primero) quiere evitar desastres que perjudiquen sus perspectivas electorales.
La inflaci¨®n es una constante en la econom¨ªa argentina desde hace d¨¦cadas. El alza continua de los precios corroe la moneda y la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, pero tambi¨¦n evita, gracias a que lic¨²a las deudas en pesos, que el Estado caiga en la bancarrota. La falta de cr¨¦dito internacional, pese a la discutida reestructuraci¨®n de la deuda pactada con los acreedores privados, obliga al Banco Central a imprimir pesos de forma incesante para financiar el d¨¦ficit presupuestario en el contexto de la pandemia. Y el empe?o en mantener bajo control la cotizaci¨®n del peso frente al d¨®lar ha contribuido a elevar hasta los 341.000 millones de d¨®lares la deuda de las administraciones p¨²blicas. Ambos factores fomentan la inflaci¨®n.
El alza de los precios es una realidad inocultable. El Gobierno, sin embargo, se niega a reconocerla creando billetes de valor m¨¢s alto. La unidad de pago m¨¢s alta sigue siendo el billete de mil pesos, que, al cambio real (el que se obtiene en el mercado negro, al margen del circuito bancario) equivale a unos 6,3 d¨®lares o 5,2 euros. Eso da una idea de la cantidad de papel que se ve obligado a manejar el consumidor argentino si quiere hacer pagos en efectivo.
La inflaci¨®n de mayo resultar¨ªa alarmante en casi cualquier otro pa¨ªs del mundo. Para Argentina, tras una serie de subidas fort¨ªsimas (4,8% en marzo, 4,1% en abril), el alza del 3,3% el mes pasado constituye casi una buena noticia, matizada por el hecho de que la inflaci¨®n subyacente permanece fija en torno al 3,5%. En lo que va de a?o, los precios han aumentado el 21,5%. En los ¨²ltimos doce meses, el 48,8%. La previsi¨®n establecida en el presupuesto para 2021, del 29%, carece ya de sentido.
El Gobierno deposita ahora sus esperanzas antiinflacionarias en los mecanismos de control de precios, basados en acuerdos con las grandes empresas (especialmente las alimentarias) y en las inspecciones a centros de venta para detectar encarecimientos ¡°injustificados¡±. Los controles de cambio (el llamado ¡°cepo¡±) son un instrumento adicional. La receta monetaria cl¨¢sica, la de subir los tipos de inter¨¦s, se descarta por completo, al menos hasta pasadas las elecciones, porque tendr¨ªa un efecto recesivo en una econom¨ªa ya en situaci¨®n cr¨ªtica.
De momento, un peso vale un caramelo Mini. Al ritmo actual, dentro de un a?o valdr¨¢ medio caramelo.
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