La pandemia y las condiciones de vida de los hogares
La poblaci¨®n con grandes problemas para llegar a fin de mes creci¨® casi un 30% en 2020
La nueva Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) ofrece algunas pistas para entender y cuantificar el impacto de la covid-19 sobre los hogares en el primer a?o de la pandemia. Fuentes anteriores ya anticipaban un efecto diferencial sobre la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable, debido a la p¨¦rdida de horas trabajadas y al crecimiento del desempleo dentro del hogar. El n¨²mero de hogares con todos los activos en paro, uno de los mejores predictores de la pobreza,...
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La nueva Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) ofrece algunas pistas para entender y cuantificar el impacto de la covid-19 sobre los hogares en el primer a?o de la pandemia. Fuentes anteriores ya anticipaban un efecto diferencial sobre la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable, debido a la p¨¦rdida de horas trabajadas y al crecimiento del desempleo dentro del hogar. El n¨²mero de hogares con todos los activos en paro, uno de los mejores predictores de la pobreza, creci¨® en m¨¢s de 150.000 unidades entre el primer trimestre de 2020 y el mismo de 2021.
Las diferentes restricciones que se fueron sucediendo desde el primer confinamiento afectaron especialmente a los trabajadores menos cualificados, con ocupaciones m¨¢s inestables y menores salarios. Ya antes de la pandemia, un porcentaje elevado de hogares espa?oles viv¨ªa al d¨ªa, sin capacidad de ahorro y con muchas dificultades para afrontar gastos imprevistos. La encuesta muestra un aumento importante de esas dificultades financieras: la poblaci¨®n con grandes problemas para llegar a fin de mes creci¨® casi un 30% en 2020, siendo este aumento casi el doble en los retrasos en pagos relacionados con la vivienda.
El titular que mejor resume los datos que arroja la encuesta es el impacto tan inmediato y dr¨¢stico sobre las carencias materiales de los hogares. La privaci¨®n material grave aument¨® casi un 50% en tan solo un a?o, alcanzando un valor similar al registrado en los momentos m¨¢s ¨¢lgidos de la crisis anterior. Se trata de un dato muy negativo, ya que algunos de los indicadores que componen esta medida sint¨¦tica suelen tener cierta inercia.
La mayor¨ªa de esos indicadores apuntan en la misma direcci¨®n. El n¨²mero de hogares que no pueden permitirse una dieta b¨¢sica creci¨® m¨¢s de un 40%. Similar fue tambi¨¦n el crecimiento de las dificultades para mantener una temperatura adecuada en la vivienda, justo en los meses en los que la poblaci¨®n tuvo que pasar m¨¢s tiempo en casa. Especialmente llamativo es el impacto en la percepci¨®n que tienen los hogares sobre los problemas de sus viviendas, con un gran incremento de los que declaran sufrir ruidos o escasez de luz natural.
Este aumento de la privaci¨®n material ha llevado a que el indicador AROPE (riesgo de pobreza o exclusi¨®n social) frene por primera vez su tendencia a la baja desde el final de la crisis anterior. La pandemia estall¨®, de hecho, cuando las cifras de pobreza monetaria todav¨ªa quedaban lejos de las que hab¨ªa antes de la crisis de 2008. A la espera de nuevos datos de renta, este primer panorama que ofrece la ECV es preocupante. La pandemia ha supuesto un shock muy negativo sobre las condiciones materiales de los hogares, ha empeorado la percepci¨®n que tienen de su propia situaci¨®n y ha truncado el lento proceso de recuperaci¨®n del bienestar social que sigui¨® a la crisis de 2008. El riesgo al que nos enfrentamos es la cronificaci¨®n de las dificultades econ¨®micas y sociales de las familias tras dos crisis tan seguidas.
Luis Ayala es catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la UNED.