El coste de un aeropuerto provinciano
Con la ampliaci¨®n de El Prat el empleo directo crecer¨ªa en m¨¢s de 80.000 personas y la recaudaci¨®n de impuestos aeroportuarios en Catalu?a subir¨ªa un 70,7%
En el debate sobre la ampliaci¨®n del aeropuerto barcelon¨¦s de El Prat, muchos han olvidado el coste de oportunidad, un c¨¢lculo b¨¢sico para decidir cualquier inversi¨®n. Es el coste de aplicar o desechar un proyecto: el da?o de no obtener unos beneficios, o al contrario, la ocasi¨®n de lograrlos.
Ese c¨¢lculo conlleva una virtud pedag¨®gica. La us¨® Jacques Delors (y el gran Paolo Cecchini) bajo el lema ¡ªy los estudios sobre¡ª ...
En el debate sobre la ampliaci¨®n del aeropuerto barcelon¨¦s de El Prat, muchos han olvidado el coste de oportunidad, un c¨¢lculo b¨¢sico para decidir cualquier inversi¨®n. Es el coste de aplicar o desechar un proyecto: el da?o de no obtener unos beneficios, o al contrario, la ocasi¨®n de lograrlos.
Ese c¨¢lculo conlleva una virtud pedag¨®gica. La us¨® Jacques Delors (y el gran Paolo Cecchini) bajo el lema ¡ªy los estudios sobre¡ª El coste de la no Europa. As¨ª convencieron a los Gobiernos para acordar las 300 directivas del Mercado Interior, suprimiendo las barreras para-arancelarias.
?Cu¨¢l es el coste de desechar la ampliaci¨®n de El Prat, impidiendo no solo su conversi¨®n en un ¡®hub¡¯ (encrucijada para el reparto mundial de vuelos) sino siquiera un nodo de conexiones internacionales? O sea, de mantenerlo como aer¨®dromo provinciano, con a?adidos cosm¨¦ticos.
La respuesta la da el informe de la Universitat de Barcelona (UB) Impacto econ¨®mico del aeropuerto Josep Tarradellas-Barcelona/El Prat, dirigido por los profesores Jordi Suri?ach y Esther Vay¨¤. Su ventaja es que sus proyecciones parten de una base muy verificada, los datos de 2018, lo que frena sesgos demasiado optimistas.
Como lo encontrar¨¢n f¨¢cilmente en la web de la UB, basta recordar algunas cifras. Solo la facturaci¨®n pura y dura, el primer a?o posreformas, a pleno rendimiento, crecer¨ªa un 68,2%, hasta 56.660 millones de euros. E incrementar¨ªa su contribuci¨®n al PIB catal¨¢n en dos puntos (del 6,8% al 8,9%) anuales, unos 5.000 millones.
As¨ª, el empleo directo crecer¨ªa en 83.080 personas, y hasta 364.000 a?adi¨¦ndole el indirecto, inducido y catalizado. La recaudaci¨®n de impuestos aeroportuarios en Catalu?a subir¨ªa un 70,7%, y en el conjunto espa?ol, el 72%, hasta 12.901 millones de euros anuales.
?Por qu¨¦ son tan similares esos porcentajes impositivos catal¨¢n y espa?ol? Por el peso de El Prat en el sistema conjunto: as¨ª que no es de ninguna manera un asunto que solo interese a los catalanes. El Josep Tarradellas aporta a la cuenta global de beneficios 339 millones (en 2015), el 52% del total, por solo 27 millones Barajas, seg¨²n el economista Ramon Tremosa.
Eso es lo que se ganar¨ªa, en crecimiento, empleos y ganancias. Eso mismo ser¨¢ lo que se pierda si capota la inversi¨®n: aunque aumentar¨ªa por un efecto m¨¢s global, de marca, el signo inequ¨ªvoco de una decadencia hist¨®rica de Catalu?a (ojal¨¢ parcial y sectorial), a lo peor como en el siglo XV.
Las razones de aquellos contrarios de buena fe a la operaci¨®n tienen virtualidades: la mella (que no p¨¦rdida) de una interesante reserva ecol¨®gica, La Ricarda; y el previsible aumento de emisiones de CO?. Pero aquella puede contrarrestarse compens¨¢ndola con la multiplicaci¨®n prometida ¡ªpor 10¡ª del ¨¢rea de reserva. Y este, con el m¨¢s r¨¢pido desarrollo del hidr¨®geno verde para alimentar a los aviones.
Quienes se oponen desde la reacci¨®n deber¨¢n explicar por qu¨¦ han colocado a Catalu?a como farolillo rojo territorial en energ¨ªas renovables, boicoteando con tes¨®n los nuevos parques; desde 2019 solo se han aprobado cuatro, de entre 400 proyectos. No sea que los molinos de viento nos manchen las vistas desde el chal¨¦.