C¨®mo feminizar el sector del metal
Un estudio concluye la necesidad de adaptar los puestos de trabajo para lograr la igualdad de oportunidades
Magdalena Verd¨² lleva 34 a?os trabajando en la instalaci¨®n de gas y climatizaci¨®n. Ha comprobado por s¨ª misma la existencia de equipos y herramientas que no tienen en cuenta las diferencias f¨ªsicas entre hombres y mujeres. A¨²n no ha encontrado un mono antiest¨¢tico que ergon¨®micamente se adapte a su cuerpo. Y no conoce a ning¨²n hombre que haya tenido ese problema. Aun as¨ª, ha solventado cada obst¨¢culo. ¡°Nos hemos tenido que adaptar, as¨ª afrontamos nosotras las dificultades¡±, asegura.
Las mujeres representan el 18% de los puestos de trabajo del ...
Magdalena Verd¨² lleva 34 a?os trabajando en la instalaci¨®n de gas y climatizaci¨®n. Ha comprobado por s¨ª misma la existencia de equipos y herramientas que no tienen en cuenta las diferencias f¨ªsicas entre hombres y mujeres. A¨²n no ha encontrado un mono antiest¨¢tico que ergon¨®micamente se adapte a su cuerpo. Y no conoce a ning¨²n hombre que haya tenido ese problema. Aun as¨ª, ha solventado cada obst¨¢culo. ¡°Nos hemos tenido que adaptar, as¨ª afrontamos nosotras las dificultades¡±, asegura.
Las mujeres representan el 18% de los puestos de trabajo del sector del metal, cuando la presencia femenina en el conjunto del mercado laboral es del 45,5%. Con el objetivo de acrecentar el primer porcentaje y buscar la igualdad de oportunidades, la Federaci¨®n Empresarial Metal¨²rgica Valenciana y el Instituto de Biomec¨¢nica de Valencia (IBV) han realizado un estudio sobre la evaluaci¨®n ergon¨®mica de los puestos de trabajo con una perspectiva de g¨¦nero.
El an¨¢lisis desvela que el hecho de que la maquinaria o puestos de trabajo est¨¦n dise?ados con datos antropom¨¦tricos masculinos suponen un mayor riesgo para la salud de las mujeres. Verd¨², que ahora es gerente de una empresa que se dedica tambi¨¦n a instalaciones industriales, cree que, en la mayor¨ªa de los casos, se trata de desconocimiento m¨¢s que falta de voluntad por parte de los empresarios. ¡°Con peque?as adaptaciones, las mujeres nos podr¨ªamos incorporar a puestos en los que, no es que no queramos estar, es que no tenemos posibilidad de hacerlo¡±.
Ana Torres ha sido testigo de ello. Lleva 25 a?os trabajando como ingeniera de maquinaria industrial. Entonces, cuando llegaba a las f¨¢bricas, ten¨ªa que salir hasta la recepci¨®n para ir al ba?o porque no hab¨ªa ninguno para mujeres dentro de las instalaciones. Ahora programa maquinaria para el sector del autom¨®vil con un software que tiene en cuenta el factor ergon¨®mico, de manera que los puestos pueden ser cubiertos por cualquier persona, independientemente de su g¨¦nero. As¨ª, ha dise?ado unos chachis, tal y como le ha pedido la industria, que permiten regular la altura del puesto. De hecho, esa es una de recomendaciones que hace el estudio de Femeval y el Instituto de Biodin¨¢mica, dise?ar los nuevos puestos de manera que, desde el principio, que puedan ser ocupados por cualquier persona.
El proyecto, realizado por las investigadoras Raquel Poveda, Purificaci¨®n Castell¨® y Sonia Serna, ha estudiado tres puestos representativos del sector del metal, el de carga y descarga de bastidores, el de montaje de piezas met¨¢licas y el de torneado, y concluye que todos ellos presentan problemas ergon¨®micos con enfoque de g¨¦nero. Por ejemplo, en el caso de manipulaci¨®n de cargas, indica que existen condiciones de trabajo con un riesgo especial para las mujeres por las posturas forzadas al alcanzar zonas de accesibilidad m¨¢s dif¨ªcil de los bastidores o giros de tronco con respecto a las piernas, que puede incrementar el riesgo de lesi¨®n dorsolumbar hasta un 30%.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene tiene establecidos unos l¨ªmites de carga de transporte para evitar trastornos m¨²sculo-esquel¨¦ticos. Los pesos m¨¢ximos recomendados en hombres menores de 20 a?os o mayores de 45 es de 20 kilos, que tambi¨¦n es el m¨¢ximo para mujeres de entre 20 y 45 a?os. Para este ¨²ltimo tramo de edad, el m¨¢ximo recomendado para hombres es de 25, mientras que para las mujeres se fija en 15 kilos. ¡°Si la evaluaci¨®n de la carga f¨ªsica de la tarea muestra que su exigencia f¨ªsica no se encuentra dentro de los l¨ªmites fisiol¨®gicos y biomec¨¢nicos aceptables de todas las personas trabajadoras (hombres y mujeres), deber¨¢n establecerse medidas correctoras y preventivas adecuadas¡±, indica el estudio.
Natalia de Jaime solventa estos problemas de otra manera. Pide ayuda a sus compa?eros. Ella es t¨¦cnica electromec¨¢nica y ya tienen experiencia en eso de ser ¡°la ¨²nica¡±. Tambi¨¦n lo fue en clase. Admite que es necesaria una adaptaci¨®n de los puestos por la limitaci¨®n f¨ªsica: ¡°Es inevitable¡±, argumenta, aunque apunta a que hay mucha diferencia entre unas empresas y otras.
El estudio desgrana cada uno de los tres puestos de trabajo analizados y se?ala que existen unos riesgos diferenciales por g¨¦nero, dado que se dan unas particularidades y necesidades diferentes entre hombres y mujeres en aspectos que tienen un impacto directo en el desarrollo de trastornos m¨²sculo-esquel¨¦ticos derivados del trabajo.
Adem¨¢s de la adaptaci¨®n de los puestos de trabajo, el informe tambi¨¦n recomienda la rotaci¨®n de manera que se acabe con la existencia de puestos estereotipados, que normalmente asignan a las mujeres trabajos repetitivos o de detalle, de manera que ni hombres ni mujeres fuercen de forma continuada unos m¨²sculos m¨¢s que otros. ¡°Hay distintas formas de reducir los niveles de riesgo y se trata de que las empresas puedan aplicarlos de la forma menos costosa posible¡±, concluye Mercedes Sanchis, directora de Innovaci¨®n en Bienestar y Salud Laboral del Instituto de Biomec¨¢nica.