?Qu¨¦ es la taxonom¨ªa verde europea y por qu¨¦ es tan importante? Las claves de la propuesta de Bruselas
El proceso de aprobaci¨®n ser¨¢ largo y repleto de frenos, como augura el rechazo frontal de varios Gobiernos. De seguir adelante, podr¨ªa tener impacto sobre la inversi¨®n en renovables
La Comisi¨®n Europea eligi¨® el d¨ªa de A?o Nuevo para poner en circulaci¨®n su propuesta de taxonom¨ªa verde, un tecnicismo bajo el que se esconde un intento loable por ordenar la econom¨ªa y la energ¨ªa en funci¨®n de su huella ambiental. El borrador, sin embargo, ha levantado una importante polvareda, con un buen n¨²mero de pa¨ªses ...
La Comisi¨®n Europea eligi¨® el d¨ªa de A?o Nuevo para poner en circulaci¨®n su propuesta de taxonom¨ªa verde, un tecnicismo bajo el que se esconde un intento loable por ordenar la econom¨ªa y la energ¨ªa en funci¨®n de su huella ambiental. El borrador, sin embargo, ha levantado una importante polvareda, con un buen n¨²mero de pa¨ªses ¡ªentre ellos Espa?a¡ª y eurodiputados levantando la voz en contra. Lo que sigue es una s¨ªntesis de lo que quiere el Ejecutivo comunitario y las claves de la negociaci¨®n que se producir¨¢ en los pr¨®ximos meses entre Bruselas, los Gobiernos y la Euroc¨¢mara:
?Qu¨¦ es?
La taxonom¨ªa verde es un sistema de clasificaci¨®n de las actividades econ¨®micas y, en este caso, de las tecnolog¨ªas de generaci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica. Con ¨¦l, la Uni¨®n Europea busca ofrecer a las empresas y los inversores una definici¨®n clara de lo que es y no es sostenible, as¨ª como redireccionar las inversiones y evitar el llamado greenwashing o lavado de cara verde, en su traducci¨®n espa?ola. La iniciativa no afecta a las inversiones p¨²blicas ni supone un veto a estas, que ya est¨¢n reguladas por otras normas, como, por ejemplo, por la pol¨ªtica de Competencia.
?Qu¨¦ propone la Comisi¨®n Europea?
B¨¢sicamente, otorgar a las nucleares (como quer¨ªa Francia) y el gas natural (como pretend¨ªa el anterior Gobierno alem¨¢n) la vitola de energ¨ªas verdes. En el primer caso, lo lograr¨ªan las centrales at¨®micas cuyo permiso de construcci¨®n se expida antes de un hoy lejano 2045. En el segundo, lo obtendr¨ªan todas las plantas en funcionamiento que emitan menos de 100 gramos de di¨®xido de carbono (CO?) por kilovatio hora (KWh) y las de nueva construcci¨®n que emitan menos de 270 gramos de CO? por kWh siempre y cuando esa necesidad energ¨¦tica no pueda cubrirse con fuentes renovables y la instalaci¨®n sustituya otra que emita m¨¢s.
?Por qu¨¦ es tan pol¨¦mica la propuesta de Bruselas?
Porque sit¨²a tanto la energ¨ªa nuclear como la procedente del gas natural al mismo nivel que las energ¨ªas renovables. Aunque la primera no emite gases de efecto invernadero, s¨ª genera residuos de dif¨ªcil gesti¨®n ambiental. La segunda s¨ª contamina y emite CO? aunque en cantidades notablemente m¨¢s bajas que las centrales t¨¦rmicas que funcionan quemando carb¨®n o fuel¨®leo, a las que, en muchos casos, sustituyen en el mix el¨¦ctrico. Varios pa¨ªses, entre ellos Espa?a, y la plana mayor de las organizaciones ambientalistas han puesto el grito en el cielo. Una de las grandes paradojas de la propuesta de Bruselas es que, pese a ser considerada verde, la generaci¨®n de electricidad con gas natural seguir¨ªa sujeta al pago de derechos de emisi¨®n de CO? orquestado por la propia Comisi¨®n. Estos t¨ªtulos, que pretenden desincentivar las actividades contaminantes, cotizan en m¨¢ximos hist¨®ricos.
?Hay alg¨²n precedente internacional de algo similar?
No, no lo hay. La propuesta actual de la Comisi¨®n Europea completa el primer paso dado en julio y deber¨ªa estar lista antes del pr¨®ximo verano.
?Qu¨¦ pa¨ªses est¨¢n a favor? ?Y en contra?
Austria ha sido hasta ahora el que ha mostrado un rechazo m¨¢s contundente, advirtiendo incluso de que est¨¢ dispuesta a llegar hasta los tribunales para evitar su entrada en vigor. Espa?a tambi¨¦n ha rechazado esta iniciativa, aunque est¨¢ abierta a soluciones intermedias. Tampoco en Alemania ha gustado totalmente. En Berl¨ªn suena bien la etiqueta asignada al gas, pero no la de no la nuclear, una energ¨ªa que est¨¢n eliminando de su matriz energ¨¦tica. La facci¨®n verde del Gobierno de Olaf Scholz se opone a ambas. La posici¨®n expresada por Holanda antes de conocerse la propuesta de Bruselas es similar a la alemana. Portugal, Luxemburgo y Dinamarca tambi¨¦n han mostrado recientemente su rechazado a la energ¨ªa at¨®mica.
La posici¨®n contraria de Austria era esperable, por su hist¨®rico rechazo a la energ¨ªa nuclear. Tambi¨¦n la visi¨®n favorable de Francia, cuya apuesta por esta energ¨ªa es antigua: m¨¢s de las dos terceras partes de su electricidad proceden de esta fuente. Otros pa¨ªses como Polonia o Bulgaria tambi¨¦n se alinean con Par¨ªs.
?Qu¨¦ opina el Gobierno espa?ol?
Antes de que se conociese el borrador que la Comisi¨®n Europea, el Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez ya hab¨ªa mostrado su rotunda negativa a considerar energ¨ªas verdes a la nuclear y el gas natural. El domingo, apenas 24 horas despu¨¦s de que se conociese el contenido de la propuesta de Bruselas, el Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica emiti¨® un duro comunicado en el que rechazaba de plano la moci¨®n, que calificaba de ¡°paso atr¨¢s¡±.
?Por qu¨¦ se opone Espa?a?
Primero, porque no considera que la nuclear y el gas sean energ¨ªas ¡°verdes ni sostenibles¡±. Segundo, porque ¡°mandar¨ªa se?ales err¨®neas para la transici¨®n ecol¨®gica en el conjunto de la Uni¨®n Europea (...) y para los mercados financieros¡±. Tercero, porque, seg¨²n ha deslizado el Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica, no est¨¢ alineada con la ¡°evidencia cient¨ªfica¡± al no respetar ¡°el principio de no causar un da?o ambiental significativo¡±. Y cuarto, porque no aporta ¡°la necesaria claridad para enfocar los flujos de capital hacia la econom¨ªa descarbonizada, resiliente y sostenible prevista en el Pacto Verde Europeo¡±.
De salir finalmente adelante, ?c¨®mo quedar¨ªa catalogado el sistema el¨¦ctrico espa?ol?
Parad¨®jicamente, su composici¨®n ser¨ªa virtualmente 100% verde. Salvo una peque?¨ªsima fracci¨®n ¡ªel 3% del total, con los datos de 2021 en la mano¡ª que procede de la quema de carb¨®n o di¨¦sel, el resto de fuentes de generaci¨®n recibir¨ªan esa vitola.
?Qu¨¦ pasos quedan para su aprobaci¨®n?
El borrador ha sido presentado a los Estados miembros y los expertos de la plataforma de finanzas sostenibles, que ahora tienen 12 d¨ªas para presentar alegaciones. Despu¨¦s, la Comisi¨®n presentar¨¢ un texto definitivo que solo puede ser rechazado por mayor¨ªa cualificada en el Consejo de la UE (un 55% de pa¨ªses que sumen al menos el 65% de la poblaci¨®n) y el Parlamento Europeo. Para esto contar¨ªan con un plazo de cuatro meses prorrogable por otros dos. ¡°Dada la fragmentaci¨®n de posiciones sobre el gas y la nuclear, es improbable que se alcance esa mayor¨ªa de bloqueo¡±, explica Simone Tagliapietra, experto en energ¨ªa y clima del think tank bruselense Bruegel. ¡°As¨ª que lo m¨¢s posible es que logre el apoyo necesario en el Consejo¡±.
?C¨®mo cambiar¨ªan los patrones de inversi¨®n en energ¨ªas verdes?
La recategorizaci¨®n de la nuclear y la solar genera un riesgo adicional, al crear un competidor m¨¢s para la inversi¨®n en renovables. ¡°Los inversores importantes son muy sofisticados y saben distinguir¡±, conf¨ªa Peter Sweatman, consejero delegado de la consultora especializada Climate Stretegy & Partners. El problema es que quien quiera podr¨ªa vender como verdes inversiones en nuclear o en gas, aunque no lo sean, y ¡°no habr¨ªa forma de diferenciar entre una planta e¨®lica y una de gas que cumpla los requisitos, que son aproximadamente la mitad de las que est¨¢n en uso¡±, subraya por tel¨¦fono.
¡°Las renovables son muy competitivas de por s¨ª, as¨ª que tanto la inversi¨®n como la financiaci¨®n va a seguir llegando, a¨²n m¨¢s cuando el precio del CO? sigue subiendo¡±, cierra Sweatman. El problema es que el ritmo de inversiones no es suficiente para cumplir los objetivos, y que la nuclear y el gas tenga la etiqueta no ayuda: puede ser una distracci¨®n y desviar fondos que son muy necesarios para la e¨®lica y la solar¡±.