?Qu¨¦ puedes hacer t¨² contra la guerra?
Apoyar el bloqueo, susurrando a qui¨¦n se compra y a qui¨¦n no, modifica las cosas. Y facilita que los gobiernos decreten el (¨¢spero) boicoteo al aprovisionamiento de energ¨ªa rusa.
?Qu¨¦ puedes hacer t¨² contra la guerra de Putin? La pregunta no es ingenua. En nuestras democracias deciden los gobiernos, claro. Pero los ciudadanos influyen, orientan, condicionan, y mucho.
Sin sus movilizaciones, no habr¨ªa pensiones ni vacaciones. Ni los para¨ªsos fiscales estar¨ªan en entredicho gracias al nuevo impuesto m¨ªnimo a las multinacionales. Ni el austeritarismo presupuestario neoliberal, en completa agon¨ªa. Ni la energ¨ªa verde gozar¨ªa del predicamento alcanzado.
El s¨¢bado clamaba esta columna: ¡±Urge un plan de choque europeo¡± (26-2). De rearme contra las consecuencias ...
?Qu¨¦ puedes hacer t¨² contra la guerra de Putin? La pregunta no es ingenua. En nuestras democracias deciden los gobiernos, claro. Pero los ciudadanos influyen, orientan, condicionan, y mucho.
Sin sus movilizaciones, no habr¨ªa pensiones ni vacaciones. Ni los para¨ªsos fiscales estar¨ªan en entredicho gracias al nuevo impuesto m¨ªnimo a las multinacionales. Ni el austeritarismo presupuestario neoliberal, en completa agon¨ªa. Ni la energ¨ªa verde gozar¨ªa del predicamento alcanzado.
El s¨¢bado clamaba esta columna: ¡±Urge un plan de choque europeo¡± (26-2). De rearme contra las consecuencias econ¨®micas de la agresi¨®n a Ucrania: shock energ¨¦tico; amenaza de recesi¨®n; disparo de la inflaci¨®n. La respuesta europea ha sido vibrante con las sanciones diplom¨¢tico-econ¨®micas, y la solidaridad con los refugiados.
?Y en lo econ¨®mico/interno? Poca cosecha. La Comisi¨®n anunci¨® que propondr¨ªa mantener la suspensi¨®n del da?ino Pacto de Estabilidad: ?d¨®nde sestea Valdis Dombrovskis? Y que dar¨ªa una respuesta que fuera m¨¢s que cero en lo energ¨¦tico: ?a¨²n no dimite la comisaria del ramo, la prescindible, por yerma en ideas, Kadri Simson!
A su tama?o, Espa?a ha hecho los deberes. El mi¨¦rcoles d¨ªa 2, el presidente Pedro S¨¢nchez anunci¨® al Congreso un esbozo del Plan Nacional de Respuesta a la Guerra... y en una sesi¨®n por fin educada. L¨¢stima que el debate se concentrase m¨¢s en la obviedad del env¨ªo de armas que en lo m¨¢s complejo: c¨®mo contrarrestar los efectos recesivos del conflicto. Nadie aport¨® nada. Dijeron que porque no ten¨ªan tiempo de reaccionar (?!). Solo el vasco Aitor Esteban, quien al menos se acord¨® de las pymes.
Pero el esquema est¨¢ bien tirado. Es como una aceleraci¨®n y refuerzo del Plan de Recuperaci¨®n, a financiar seguramente con los 70.000 millones en pr¨¦stamos, que es la mitad virgen del Next Generation.
Con ¨¦nfasis en el imprescindible pacto de rentas. O sea, contenci¨®n acordada y equitativa de salarios, beneficios y dividendos. Conviene que esta vez tambi¨¦n los grandes due?os y ejecutivos de oro demuestren que tienen algo m¨¢s que euros en la cabeza; que hagan como el admirable Warren Buffet y bastantes ricos americanos; que autocontrolen sus emolumentos antiejemplares, por escandalosos.
Atr¨¦vanse a decirles a los del salario m¨ªnimo (y al bueno de Antonio Garamendi) que si se rebajan algo sus 6, 8 o 10 millones de retribuci¨®n no llegan a fin de mes. Y las carcajadas llegar¨¢n a Nueva Zelanda.
Los ciudadanos, en su calidad de agentes econ¨®micos y consumidores con poder de mercado, pueden tambi¨¦n apretar a las empresas. Para que hagan como la petrolera portuguesa Galp (y ninguna espa?ola), la textil Mango (y ninguna gallega) o la agencia de reservas Amadeus (?cu¨¢ntas en el turismo?), que se han ido de Rusia.
Apoyar el bloqueo, susurrando a qui¨¦n se compra y a qui¨¦n no, modifica las cosas. Y facilita que los gobiernos decreten el (¨¢spero) boicoteo al aprovisionamiento de energ¨ªa rusa. El tal¨®n de Aquiles de Putin, que ni siquiera China puede sanar.