Mal trago para los bancos centrales
Cuando hubo que actuar en la crisis financiera de 2008 y en la pandemia, la direcci¨®n de la estrategia estaba clara
La Reserva Federal de Estados Unidos se re¨²ne este mi¨¦rcoles para tomar una decisi¨®n que marcar¨¢ un hito en los pr¨®ximos pasos de los bancos centrales. Si no hay sorpresa ¨Dque ser¨ªa morrocotuda¨D, este mi¨¦rcoles la Fed subir¨¢ los tipos de inter¨¦s. Ser¨¢ muy probablemente la primera de otras muchas este a?o. Los analistas descuentan hasta siete en 2022 en Estados Unidos. Est¨¢ por ver que as¨ª sea. En la misma direcci¨®n, pero c...
La Reserva Federal de Estados Unidos se re¨²ne este mi¨¦rcoles para tomar una decisi¨®n que marcar¨¢ un hito en los pr¨®ximos pasos de los bancos centrales. Si no hay sorpresa ¨Dque ser¨ªa morrocotuda¨D, este mi¨¦rcoles la Fed subir¨¢ los tipos de inter¨¦s. Ser¨¢ muy probablemente la primera de otras muchas este a?o. Los analistas descuentan hasta siete en 2022 en Estados Unidos. Est¨¢ por ver que as¨ª sea. En la misma direcci¨®n, pero con muchas m¨¢s cautelas, el Banco Central Europeo confirm¨® la semana pasada su plan para la paulatina retirada de sus fuertes est¨ªmulos de compras de bonos por la pandemia. Tampoco descarta posibles subidas de tipos si se mantiene la previsi¨®n de inflaci¨®n bien por encima del objetivo del 2 por cien.
Tiempos dif¨ªciles para los banqueros centrales, con una elevada inflaci¨®n y unas peores expectativas de crecimiento, motivadas por una combinaci¨®n del aparente fin de lo peor de la pandemia y un conflicto b¨¦lico de evoluci¨®n incierta. Para la Fed, con doble mandato ¨Destabilidad de precios y contribuir al crecimiento¨D porque cada elemento de sus objetivos tira para un lado. Tambi¨¦n para el BCE, cuyo ¨²nico mandato es luchar contra la inflaci¨®n, aunque con el matiz de mantener la estabilidad financiera. Cuando hubo que actuar en la crisis financiera de 2008 y en la pandemia, la direcci¨®n de la estrategia estaba clara. Era una recesi¨®n sin inflaci¨®n: pol¨ªtica monetaria expansiva con voluminosas compras de bonos y bajadas de tipos de inter¨¦s. El ritmo a seguir y la magnitud de estas acciones era lo ¨²nico que decidir. Sin embargo, en este momento, se est¨¢ produciendo una desaceleraci¨®n ¨Dque en un escenario extremo puede llevar a recesi¨®n en algunos pa¨ªses¨D en un entorno de inflaci¨®n alta no visto en casi cuatro d¨¦cadas.
En el caso de la Fed, buena parte de los analistas todav¨ªa cree que la preocupaci¨®n por el crecimiento de los precios ser¨¢ mayor que la de una desaceleraci¨®n. El mercado de trabajo se est¨¢ comportando bien en Estados Unidos, por lo que mantienen su visi¨®n de que habr¨¢ varias subidas de tipos este a?o. Los mercados estar¨¢n atentos a la magnitud de la subida de tipos que se decida. Contendr¨¢ mucha informaci¨®n de los escenarios y temores que maneja ese banco central.
El riesgo a equivocarse en la direcci¨®n, magnitud y ritmo de la estrategia es muy elevado en esta ocasi¨®n para todos los bancos centrales, incluido el BCE. No obstante, hoy se entienden mejor ¨Daunque haya sido por un factor externo tan dram¨¢tico e inesperado como la guerra¨D las mayores cautelas del BCE en el proceso de la salida de su estrategia expansiva.
Dos dudas finales. La primera, sobre la incierta efectividad de la retirada de est¨ªmulos y subida de tipos para controlar una inflaci¨®n que est¨¢ motivada en gran parte por los mayores costes energ¨¦ticos y sus ramificaciones. La segunda, sobre los efectos muy negativos que ¡°pasarse de frenada¡± en la subida de tipos podr¨ªa tener sobre familias y empresas de menores ingresos y mayor vulnerabilidad financiera. Un entorno casi imposible en el que decidir.