El Banco de Espa?a alerta de que la transici¨®n verde afectar¨¢ m¨¢s a las rentas bajas
El supervisor pide compensar a los hogares con menos recursos por los impuestos verdes, la mayor inflaci¨®n y los cambios en los patrones de consumo que generar¨¢n la lucha contra el cambio clim¨¢tico
El Banco de Espa?a alerta sobre los impactos econ¨®micos que puede tener la lucha contra el cambio clim¨¢tico en las rentas bajas, seg¨²n un avance del informe anual del organismo supervisor publicado este mi¨¦rcoles. Los hogares con menos recursos tendr¨¢n m¨¢s dificultades para afrontar la transici¨®n ecol¨®gica. Los derechos para emitir carbono ya est¨¢n encareciendo la energ¨ªa y los impuestos verd...
El Banco de Espa?a alerta sobre los impactos econ¨®micos que puede tener la lucha contra el cambio clim¨¢tico en las rentas bajas, seg¨²n un avance del informe anual del organismo supervisor publicado este mi¨¦rcoles. Los hogares con menos recursos tendr¨¢n m¨¢s dificultades para afrontar la transici¨®n ecol¨®gica. Los derechos para emitir carbono ya est¨¢n encareciendo la energ¨ªa y los impuestos verdes tambi¨¦n suponen un esfuerzo mayor para las familias m¨¢s humildes. La supresi¨®n del carb¨®n entra?a un encarecimiento del gas y, por tanto, de la luz. Los cambios de equipamiento y veh¨ªculos son m¨¢s inasequibles. Ya est¨¢ ocurriendo una mayor inflaci¨®n por los cuellos de botella que provoca la demanda masiva de materias primas y productos necesarios para cumplir con los compromisos clim¨¢ticos, afectando a los bolsillos de los ciudadanos. Y los poco formados tendr¨¢n una menor capacidad para lograr un puesto de trabajo en la intensa recomposici¨®n que suceder¨¢ entre empresas y sectores conforme se avanza hacia un modelo de crecimiento m¨¢s sostenible.
En general, todo ello implica cambios en los patrones de consumo m¨¢s complicados de abordar para quien menos tiene. Tambi¨¦n precios m¨¢s altos, al menos a corto plazo, que afectan m¨¢s a las rentas bajas cuya cesta de consumo est¨¢ m¨¢s expuesta. Incluso las inversiones necesarias para lograr los objetivos clim¨¢ticos, que tendr¨¢n que ser masivas, podr¨ªan generar una mayor inflaci¨®n que golpee m¨¢s a los pobres, admite el supervisor en el cap¨ªtulo 4 de su informe, titulado La econom¨ªa espa?ola ante el reto clim¨¢tico. Aunque existe mucha incertidumbre sobre qu¨¦ efectos econ¨®micos acabar¨¢ teniendo este proceso, el Banco de Espa?a recomienda que se eval¨²en muy bien las pol¨ªticas a este respecto y que se compense a estas rentas por los sacrificios a los que tendr¨¢n que hacer frente. Estas ayudas deber¨ªan ser muy focalizadas, temporales y condicionadas a la renta para evitar un roto excesivo en las cuentas p¨²blicas, subraya. En un contexto en el que ya hab¨ªan saltado los chalecos amarillos (en Francia) y en el que en Espa?a han tenido lugar protestas del campo o del transporte, el an¨¢lisis del supervisor advierte de que la transici¨®n verde ser¨¢ social o no lo ser¨¢.
En opini¨®n del Banco de Espa?a, estas compensaciones a las rentas bajas deben realizarse de tal forma que ayuden a soportar las rentas, pero sin incentivar las pautas de consumo actuales. Aunque el banco no lo concreta en su informe, un ejemplo negativo en este sentido ser¨ªa subvencionar el combustible para continuar usando el coche igual. Y otro que ser¨ªa positivo: en Reino Unido, en lugar de bajar el precio de la luz con rebajas tributarias, se ha dado una ayuda a trav¨¦s de los impuestos municipales a todas las familias, de forma que, aunque reciben la misma ayuda monetaria, siguen teniendo precios altos de la luz y, por tanto, un incentivo para bajar su consumo de electricidad. Es decir, el dise?o debe facilitar el cambio de patr¨®n de consumo, recalca el organismo supervisor.
Impacto dispar
Los estudios del Banco de Espa?a muestran que el porcentaje de gasto en sectores con altas emisiones cae con la renta. O dicho de otro modo: las rentas bajas tienen una cesta de la compra en la que hay m¨¢s productos y servicios con mayor producci¨®n de carbono. En consecuencia, sufrir¨ªan m¨¢s con una subida de la fiscalidad verde para esos productos.
¡°El previsible aumento de los precios en los bienes y servicios m¨¢s contaminantes probablemente incida de manera m¨¢s acusada sobre los hogares con menor nivel de renta, con un cabeza de familia en torno a los 40 a?os, los que residan en zonas rurales, no sean propietarios de su vivienda, tengan un menor nivel educativo o presenten un mayor n¨²mero de miembros¡±, dice el documento. Esto es, las familias se ver¨¢n afectadas de forma muy dispar.
¡°Al margen de consideraciones de equidad, la necesidad de desplegar medidas compensatorias estar¨ªa tambi¨¦n justificada en pos de lograr el suficiente e imprescindible consenso social para llevar a cabo el profundo proceso de transformaci¨®n estructural que la econom¨ªa y la sociedad necesitan abordar en los pr¨®ximos a?os para afrontar los importantes desaf¨ªos clim¨¢ticos¡±, advierte. Por ejemplo, el Banco de Espa?a apunta que las inversiones en plantas solares y e¨®licas no repercuten necesariamente en el desempleo local de aquellos sitios donde se ubican.
Importantes diferencias sectoriales
Tambi¨¦n habr¨¢ empresas m¨¢s vulnerables por el encarecimiento de los insumos, por la intensidad en el uso de la energ¨ªa o por cambios en el patr¨®n de consumo, se?ala el supervisor. Por sectores, las manufacturas, la agricultura y el suministro de energ¨ªa suponen el 25% de la econom¨ªa y el 70% de las emisiones. La construcci¨®n, la hosteler¨ªa y el comercio tambi¨¦n dejan una importante huella de carbono debido a su peso en la econom¨ªa y sus relaciones con otros sectores.
Seg¨²n las encuestas que maneja el supervisor, las pymes est¨¢n peor preparadas. Y los mayores riesgos que perciben las empresas por la transici¨®n ecol¨®gica son las presiones inflacionistas y mayores cargas administrativas por obligaciones de informaci¨®n.
Al igual que el golpe ser¨¢ asim¨¦trico por rentas, tambi¨¦n lo ser¨¢ por regiones. Seg¨²n las previsiones cient¨ªficas, el sur de la Pen¨ªnsula padecer¨¢ menos precipitaciones y el sureste, un mayor estr¨¦s h¨ªdrico. El Banco de Espa?a recuerda que existe un consenso entre los cient¨ªficos sobre que si no se corrige la senda de emisiones habr¨¢ un coste econ¨®mico mucho m¨¢s importante por fen¨®menos como sequ¨ªas, incendios, inundaciones, temporales, enfermedades y bajas laborales. En un horizonte amplio las consecuencias son muy dif¨ªciles de determinar. Su impacto econ¨®mico es tremendamente incierto. Los modelos se han revelado insuficientes, reconoce el banco. Hasta el punto de que un mismo estudio puede cifrarlo en una p¨¦rdida desde 0,7 puntos de PIB global hasta 62 puntos. Se est¨¢n aplicando pol¨ªticas muy novedosas. Por eso, la instituci¨®n se?ala que es fundamental tener informaci¨®n de calidad y evaluar, m¨¢xime cuando se trata de una materia en la que no hay d¨¦cadas de experiencia, como pudiera suceder con el mercado laboral o las pensiones.
Gradualidad para evitar costes mayores
Otro riesgo importante es que no se haga lo suficiente para combatir el cambio clim¨¢tico y haya m¨¢s adelante que acelerar la transici¨®n ecol¨®gica. Esto podr¨ªa acabar generando unos costes econ¨®micos de transici¨®n todav¨ªa mayores. De ah¨ª que el organismo supervisor espa?ol insista en la gradualidad. De hecho, el Banco de Espa?a recuerda que alcanzar los objetivos fijados para 2030 ya supondr¨ªa un esfuerzo adicional ¡°que no debe subestimarse¡±. Pese a estar lejos de las metas de 2030 y 2050, Espa?a ha estado reduciendo desde 2008 sus emisiones de gases hasta colocarlos un 13% por debajo de 1990. A esta reducci¨®n han contribuido el aumento de las renovables, la disminuci¨®n de emisiones de los hogares y los cambios en la estructura sectorial de la econom¨ªa con m¨¢s servicios y menos intensidad en el uso de la energ¨ªa. El ambicioso objetivo para dentro de ocho a?os es reducir las emisiones un 23% respecto al nivel que se registr¨® en 1990.
Impuestos para actividades contaminantes
El Banco de Espa?a concluye que los impuestos verdes son el mejor instrumento para penalizar y reconducir las externalidades de la actividad econ¨®mica y, de paso, recaudar m¨¢s. Con esta recaudaci¨®n se pueden sanear las cuentas p¨²blicas. En Espa?a, hay muchos menos ingresos por la tributaci¨®n de los combustibles, recuerda el organismo. Pero tambi¨¦n se pueden usar para compensar a los grupos de menor renta por el mayor impacto que sufren. O para reducir algunas figuras impositivas que distorsionan la actividad econ¨®mica. El libro blanco de la reforma fiscal tiene un cap¨ªtulo entero con propuestas y dedica mucho espacio a la necesidad de utilizar parte de los recursos obtenidos para compensar a los perdedores. En todo caso, el dise?o de la imposici¨®n medioambiental debe mejorar mucho, remacha el informe anual, que recomienda condicionar cualquier ayuda al nivel de renta. En este sentido, el plan Moves para subvencionar veh¨ªculos el¨¦ctricos no estar¨ªa bien ideado porque al final se han beneficiado m¨¢s de ¨¦l las rentas altas y los municipios con m¨¢s puntos de carga.
Los pa¨ªses del sur de Europa tienen un mayor riesgo de sufrir las subidas de temperaturas y del nivel del mar. Sin embargo, el impacto econ¨®mico de la transici¨®n para Espa?a ser¨ªa m¨¢s o menos similar al de los pa¨ªses de nuestro entorno, se?ala el supervisor. Al comparar, por ejemplo, con Alemania, Espa?a tiene unas manufacturas peor preparadas para la transici¨®n. Sin embargo, los espa?oles cuentan con muchas m¨¢s renovables que los alemanes. El Banco de Espa?a no brinda unos n¨²meros cerrados sobre cu¨¢nto podr¨ªa afectar la transici¨®n verde a la econom¨ªa debido a que creen que se le escapan muchos factores para sopesarlos correctamente, como la capacidad de sustituci¨®n de unos productos y tecnolog¨ªas por otros.
Las pol¨ªticas para luchar contra el cambio clim¨¢tico deben hacerse coordinadas de forma global para que funcionen, sostiene el banco. Habr¨ªa que proporcionar a los pa¨ªses menos desarrollados las tecnolog¨ªas y las ayudas necesarias. Se debe adem¨¢s tener en cuenta que en un estadio bajo de crecimiento se contamina m¨¢s, mientras que una econom¨ªa desarrollada tienen m¨¢s servicios que emiten menos carbono. Si no hay una colaboraci¨®n entre los pa¨ªses, entonces habr¨ªa que establecer ajustes en frontera como los que ya ha propuesto la Comisi¨®n Europea, es decir, cobrar a las importaciones los mismos costes clim¨¢ticos que se imponen a las empresas europeas. De esta forma se evitar¨ªa la p¨¦rdida de competitividad, se?ala el supervisor.