Estado auton¨®mico: Sobre las reformas pendientes
Est¨¢n por hacer la reforma de la financiaci¨®n auton¨®mica; la revisi¨®n a fondo de los mecanismos de coordinaci¨®n vertical y horizontal y la soluci¨®n a la voluminosa deuda con el Tesoro acumulada por algunas autonom¨ªas.
La descentralizaci¨®n en Espa?a ha sido un proceso r¨¢pido, intenso y, en su conjunto, exitoso. No somos un pa¨ªs federal en sentido estricto, pero nos acercamos mucho. La descentralizaci¨®n tributaria en el escal¨®n regional supera claramente la de los pa¨ªses federales en la Uni¨®n Europea; y el porcentaje de gasto p¨²blico gestionado por las comunidades aut¨®nomas nos sit¨²a en el top-5 mundial. Nadie ha hecho tanto en tan poco tiempo y partiendo de una estructura de gobierno fuertemente centralizada....
La descentralizaci¨®n en Espa?a ha sido un proceso r¨¢pido, intenso y, en su conjunto, exitoso. No somos un pa¨ªs federal en sentido estricto, pero nos acercamos mucho. La descentralizaci¨®n tributaria en el escal¨®n regional supera claramente la de los pa¨ªses federales en la Uni¨®n Europea; y el porcentaje de gasto p¨²blico gestionado por las comunidades aut¨®nomas nos sit¨²a en el top-5 mundial. Nadie ha hecho tanto en tan poco tiempo y partiendo de una estructura de gobierno fuertemente centralizada.
Sin duda, podemos presumir; para, al minuto siguiente, recordar todas las cuestiones que nos quedan pendientes. En particular: la reforma de la financiaci¨®n auton¨®mica; la revisi¨®n a fondo de los mecanismos de coordinaci¨®n vertical y horizontal, a la luz de las graves carencias que ha puesto de manifiesto la pandemia; y la soluci¨®n a la voluminosa deuda con el Tesoro acumulada por algunas autonom¨ªas.
Ninguno de los tres asuntos es f¨¢cil de resolver, por razones de diversa naturaleza. Pero estoy convencido de que si queremos hacerlo y prepararnos para otros desaf¨ªos futuros necesitamos una reforma institucional previa. Idealmente, una que supusiese cambios constitucionales y que nos dotase de las herramientas propias de los Estados federales. Por ejemplo: un Senado que funcionase como verdadera c¨¢mara territorial. Sin embargo, a nadie se le escapa la dificultad de esa reforma en el escenario de fragmentaci¨®n pol¨ªtica actual. No es factible ni a corto ni a medio plazo. Por ello, debemos abrazar el pragmatismo y concentrarnos en los mimbres que ya existen y cuya mejora no exige tocar la Constituci¨®n.
Son tres: la Conferencia de presidentes, el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera (CPFF) y las conferencias sectoriales. La primera deber¨ªa reunirse una o dos veces al a?o, con agendas trabajadas previamente, y con el objetivo de alcanzar acuerdos pol¨ªticos de calado, que afecten a competencias auton¨®micas o exijan de su participaci¨®n. La Conferencia de presidentes no puede ser un espacio para celebrar meras reuniones informativas. El CPFF debe canalizar todas las discusiones que afecten a los presupuestos auton¨®micos; debe modificar su reglamento de funcionamiento y las reglas de voto, para que la administraci¨®n central pueda imponer siempre su criterio sin negociar; y debe contar con una suerte de secretariado t¨¦cnico permanente, que atienda las demandas del Consejo desde el rigor y la independencia t¨¦cnica.
Finalmente, las Conferencias sectoriales deben garantizar la coordinaci¨®n en el ejercicio de las competencias auton¨®micas y explotar la ventaja que supone la descentralizaci¨®n como laboratorio de pol¨ªticas p¨²blicas. Las experiencias exitosas (y las que no lo son) deben ser compartidas para que la gesti¨®n de la educaci¨®n, la sanidad, los servicios sociales o la I+D mejoren en el conjunto de Espa?a.
Santiago Lago Pe?as es catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad de Vigo e Investigador senior de Funcas.