?Por qu¨¦ Espa?a quiere que el hidr¨®geno circule por un nuevo gasoducto a Francia? (y los enormes problemas que eso conlleva)
El pa¨ªs busca una salida a corto plazo de su excedente de regasificaci¨®n y una conexi¨®n a largo para colocar en Europa su energ¨ªa renovable
Hay una condici¨®n ¡ªuna por encima de todas las dem¨¢s¡ª que Espa?a considera indispensable para desarrollar una nueva conexi¨®n gasista con Francia por Catalu?a como alternativa al combustible ruso: que por esa tuber¨ªa pueda viajar hidr¨®geno. De hecho, la infraestructura solo para gas natural, seg¨²n c¨¢lculos de Enag¨¢s, costar¨ªa 225 millones frente a los 370 millones que se necesitan emplear para adaptarla al hidr¨®geno. ?Po...
Hay una condici¨®n ¡ªuna por encima de todas las dem¨¢s¡ª que Espa?a considera indispensable para desarrollar una nueva conexi¨®n gasista con Francia por Catalu?a como alternativa al combustible ruso: que por esa tuber¨ªa pueda viajar hidr¨®geno. De hecho, la infraestructura solo para gas natural, seg¨²n c¨¢lculos de Enag¨¢s, costar¨ªa 225 millones frente a los 370 millones que se necesitan emplear para adaptarla al hidr¨®geno. ?Por qu¨¦, si Espa?a apenas lo produce? (y menos el todav¨ªa anecd¨®tico hidr¨®geno verde, que se genera sin emisiones). La respuesta est¨¢ en las energ¨ªas renovables y en el futuro.
Por partes: Espa?a tiene hoy una potente red de regasificadoras (seis en funcionamiento y la del Musel, en Gij¨®n, a un paso de entrar en servicio) que tradicionalmente han estado infrautilizadas. Pero la emergencia energ¨¦tica que se ha desatado en el continente est¨¢ empezando a reactivar proyectos que se hab¨ªan descartado (tambi¨¦n los elevados precios los hacen atractivos).
Europa consume aproximadamente 500 bcm [millardos de metros c¨²bicos] de gas natural, 150 de ellos de procedencia rusa. Y como recordaba hace unos d¨ªas el primer ejecutivo de Enag¨¢s, Arturo Gonzalo, podr¨ªa aprovecharse la capacidad excedentaria de regasificaci¨®n, de aproximadamente 20 bcm, para hacer llegar ese gas a mercados europeos de forma competitiva. Pero este gas f¨®sil, a la larga, tender¨¢ a desaparecer si se realiza una verdadera transici¨®n hacia fuentes renovables. Europa quiere ser neutra en emisiones en 2050 y ha empezado a incentivar el hidr¨®geno azul (que emite gases de efecto invernadero que se capturan y almacenan) y, sobre todo, el verde, que se obtiene mediante electr¨®lisis, un proceso que aplica una corriente el¨¦ctrica para dividir el agua en hidr¨®geno y ox¨ªgeno. Si esa corriente procede de energ¨ªas 100% renovables, el producto resultante es completamente limpio. Este es el punto donde el proyecto cobra m¨¢s inter¨¦s para el pa¨ªs.
Espa?a tiene sol y viento en abundancia (aunque poca agua). Ahora, adem¨¢s, tiene dinero de fondos europeos. La capacidad de generaci¨®n el¨¦ctrica a partir de fuentes renovables (energ¨ªa solar y e¨®lica) crece y crece en el pa¨ªs, pero tiene el problema del almacenamiento cuando la red el¨¦ctrica no absorbe toda esa producci¨®n. El hidr¨®geno verde es una forma de almacenar y transportar energ¨ªa generada a trav¨¦s de fuentes renovables, pero pese al entusiasmo generalizado, es enormemente costoso y su producci¨®n (por ahora) completamente ineficiente.
El hidr¨®geno verde es, para entendernos, energ¨ªa el¨¦ctrica disfrazada pero muy cara: seg¨²n la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, un kilo (que contiene unos 33 kWh) cuesta hasta cinco euros, mientras que el mismo kilo producido a partir de energ¨ªa f¨®sil no llega a 1,5 euros. Por eso el Gobierno aprob¨® a finales del a?o pasado un Perte de 16.300 millones para desarrollar tecnolog¨ªa, conocimiento y capacidades industriales en esta materia. Y por eso, tanto la iniciativa p¨²blica (desde el Centro Nacional del Hidr¨®geno en Puertollano) como la privada (con cientos de proyectos, como el Corredor vasco del hidr¨®geno liderado por Repsol-Petronor), est¨¢n trabajando para construir una industria potente.
Despu¨¦s est¨¢ la parte t¨¦cnica, que persigue el objetivo de aprovechar la red de gas ya existente para adaptarla al hidr¨®geno. Ahora mismo y sin grandes inversiones, una proporci¨®n peque?a de hidr¨®geno puede circular por la tuber¨ªa convencional de gas (hablamos de un 5% o un 10% como m¨¢ximo). Aprovechar la red existente para que m¨¢s porcentaje de hidr¨®geno fluya por el continente es otro tema. Una estimaci¨®n de la Comisi¨®n Europea sobre las necesidades de inversi¨®n hasta 2030 apunta que se precisar¨¢n entre 50.000 millones y 75.000 millones de euros para electrolizadores, de 28.000 millones a 38.000 millones de euros para adaptar las tuber¨ªas internas de gas de la UE y de 6.000 millones a 11.000 millones de euros para almacenamiento. En los planes europeos est¨¢ el objetivo de producir 10 millones de toneladas de hidr¨®geno renovable e importar otros 10 millones en 2030 a fin de sustituir el gas natural, el carb¨®n y el petr¨®leo en industrias y sectores del transporte dif¨ªciles de descarbonizar.
La oportunidad, con fondos europeos, es clara. ?Qu¨¦ puede salir mal? Lamentablemente, muchas cosas, como explica David Valle, ex director general de Industria, Energ¨ªa y Minas de la Comunidad de Madrid. ¡°Desde el lado de la demanda de los pa¨ªses centroeuropeos, los clientes est¨¢n preparados para gas natural, no para hidr¨®geno (verde o no). Las calderas de calefacci¨®n, las cocinas, los hornos industriales de diferente tipo, las plantas de ciclo combinado, y toda la red central y capilar de tuber¨ªas que llevan el gas hasta cada consumidor est¨¢n pensados para gas natural, no para hidr¨®geno¡±. Su conversi¨®n ser¨ªa, en su opini¨®n, muy compleja y llevar¨ªa tiempo.
Del lado de la oferta, generar hidr¨®geno verde cuando hay exceso de generaci¨®n el¨¦ctrica renovable plantea varios interrogantes: ¡°Ser¨ªa muy irregular, porque cuando es de noche o no hay viento, no habr¨¢ exceso de energ¨ªa para destinarlo al hidr¨®geno. Para generarlo de forma masiva har¨ªa falta disponer de sistemas de almacenamiento y dedicar instalaciones renovables (solares o e¨®licas) de forma exclusiva a este uso. Adem¨¢s, har¨ªan falta un gran n¨²mero de plantas de electr¨®lisis. Y por ¨²ltimo, necesitar¨ªa de un importante suministro de agua dulce limpia¡± en un pa¨ªs tendente a la sequ¨ªa.
Del lado de la tecnolog¨ªa tambi¨¦n hay muchos obst¨¢culos, porque el hidr¨®geno afecta a las propiedades mec¨¢nicas ¡°y especialmente a la resiliencia del acero (lo hace m¨¢s fr¨¢gil), por lo que afectar¨ªa gravemente a las conducciones. Adem¨¢s, al ser la mol¨¦cula m¨¢s peque?a, presenta un nivel relativamente elevado de fugas¡±.
Y un obst¨¢culo quiz¨¢ mayor est¨¦ en los despachos, como apunta Ver¨®nica Rivi¨¨re, presidenta ejecutiva de Gas Industrial, que durante mucho tiempo pidi¨® m¨¢s interconexi¨®n con Francia para dar uso a las infraestructuras espa?olas. ¡°Habr¨ªa que reforzar toda la red francesa para suministrar al norte de Europa¡±, recuerda. ?Lo har¨¢ el pa¨ªs vecino? ¡°Lo que s¨¦ es que Francia va a potenciar sus propias regasificadoras. Alemania va a construir otras dos en su territorio¡ a ver qu¨¦ pasa. Alemania deber¨ªa comprometerse por contratos a largo plazo a vehicular ese gas atravesando los Pirineos¡±.
Quiz¨¢ la apuesta no tenga mucho sentido a corto plazo, pero aprovechar el momento puede ayudar a que Espa?a deje de ser una isla energ¨¦tica y se convierta en exportadora de energ¨ªa. Eso que tanto necesita el continente en tiempos de guerra.