Los trabajadores del BCE amenazan con ir a la huelga por la p¨¦rdida de poder adquisitivo
El sindicato del Eurobanco rechaza la subida del 4,07% que ofrece la direcci¨®n
El Banco Central Europeo (BCE) lleva tiempo siguiendo de cerca las negociaciones salariales entre sindicatos y patronales para que una abrupta subida de sueldos en el conjunto dela zona euro no ponga contra las cuerdas su lucha contra la inflaci¨®n. Pero sus trabajadores parecen no estar de acuerdo con esa tesis. La instituci¨®n que preside Christine Lagarde est¨¢ viviendo intramuros una batalla por los incrementos salariales de 2023. Los trabajadores del Eurobanco amenazan con protestas, e incluso con una huelga...
El Banco Central Europeo (BCE) lleva tiempo siguiendo de cerca las negociaciones salariales entre sindicatos y patronales para que una abrupta subida de sueldos en el conjunto dela zona euro no ponga contra las cuerdas su lucha contra la inflaci¨®n. Pero sus trabajadores parecen no estar de acuerdo con esa tesis. La instituci¨®n que preside Christine Lagarde est¨¢ viviendo intramuros una batalla por los incrementos salariales de 2023. Los trabajadores del Eurobanco amenazan con protestas, e incluso con una huelga, si la actualizaci¨®n de los sueldos no les protege de la galopante inflaci¨®n que sufren los pa¨ªses de la moneda ¨²nica, del 10%. Y por ahora, el BCE les ofrece un aumento de poco m¨¢s del 4%.
La autoridad monetaria lleva meses advirtiendo sobre los llamados efectos de segunda ronda si empresas y trabajadores quieren recuperar toda la p¨¦rdida de poder adquisitivo que supone el alza de precios. Hasta ahora, el BCE no los apreciaba. Ahora empieza a verlos. Lo han advertido la propia Lagarde y su economista jefe, Philip Lane, pese a que el sistema ideado por el Banco Central de Irlanda ¡ªdesarrollado por los investigadores Pawel Adrjan y Reanmonn Lydon¡ª indica que los sueldos han crecido un 5,1% en la zona euro en el ¨²ltimo a?o, la mitad que los precios.
Los trabajadores del BCE, cuya plantilla es de unas 4.000 personas, opinan lo contrario que Lagarde y Lane. Es m¨¢s, los sindicatos creen que lo que ocurra dentro de la instituci¨®n tendr¨¢ efectos en el di¨¢logo social europeo y en los salarios del continente, que opinan que se han visto erosionados por el hachazo a la indexaci¨®n y los l¨ªmites impuestos a la negociaci¨®n colectiva a golpe de reformas laborales, en no pocas ocasiones alentadas por Fr¨¢ncfort. Y de ah¨ª las movilizaciones.
El discurso p¨²blico de Lagarde contra subidas salariales parejas al alza de precio no var¨ªa dentro de la casa. El BCE ofrece a los trabajadores un aumento de sueldos del 4,07%, despu¨¦s de que en 2023 este fuera del 1,48%. El sindicato del Eurobanco, el IPSO, rechaza ese incremento al considerar que es menos de la mitad de la inflaci¨®n que est¨¢n registrando la zona euro y Alemania, donde est¨¢ ubicada la instituci¨®n. ¡°El Banco no quiere llegar a ning¨²n acuerdo. Estamos abiertos a discutir otras formas de compensaci¨®n. Por ejemplo, recuperar salarios cuando la inflaci¨®n se mantenga estable o bien tener cuatro festivos, puesto que este a?o Navidad y Fin de A?o cae en fin de semana. Esa ser¨ªa una f¨®rmula, pero el banco est¨¢ cerrado¡±, explica a EL PA?S Carlos Bowles, vicepresidente de la organizaci¨®n.
Con la direcci¨®n del banco cerrada a cualquier tipo de subida salarial, el sindicato barrunta qu¨¦ hacer. Por ahora, han salido a explicar el conflicto a los medios de comunicaci¨®n. ¡°Vamos a esperar c¨®mo responde el banco, pero ya tenemos el mandado para una protesta¡±, afirma Bowles. Esa manifestaci¨®n del malestar que vive la plantilla podr¨ªa adoptar en un futuro forma de huelga. Hasta ahora, solo ha habido una. Fue en 2009 y dur¨® una hora y media. Entonces, los trabajadores pararon por la reforma del sistema de pensiones que aprob¨® su comit¨¦ directivo. Ahora, su objetivo es no perder poder adquisitivo. ¡°Hemos hablado con Lagarde y no quiere negociar. Y por eso los trabajadores est¨¢n enfadados¡±, apunta Bowles.
Sin embargo, una huelga en el Eurobanco no es tan f¨¢cil de llevar a cabo. La instituci¨®n no se rige por las normas laborales de Alemania, sino por las propias. Y el BCE fija unos servicios m¨ªnimos que, a la pr¨¢ctica, casi significan organizar los paros. Adem¨¢s, los propios trabajadores no quieren que los ciudadanos vean interrumpida su operativa habitual. De hecho, el paro de 2009 fue simb¨®lico, puesto que muchos empleados recuperaron tras su jornada laboral el trabajo que no hab¨ªan podido ejecutar.
No es la primera vez que se producir¨ªa una huelga en un banco central para protestar por los sueldos. Los trabajadores del Banco de Brasil ya pararon durante m¨¢s de dos meses el pasado mes de abril para exigir un aumento salarial del 27% ante una inflaci¨®n galopante. ¡°Un informe del Fondo Monetario Internacional sobre los efectos de segunda ronda sostiene que en la situaci¨®n actual se pueden subir los salarios para que los trabajadores recuperen poder adquisitivo¡±, a?ade Bowles. El FMI fue dirigido por Lagarde entre 2011 y 2019.