La reforma de las pensiones, al l¨ªmite
Los socios de gobierno, bajo la atenta mirada de los sindicatos, mantienen una intensa discusi¨®n decisiva para el a?o electoral que ha de quedar cerrada en enero para evitar un conflicto con la UE
No aparece como una batalla en primera l¨ªnea de la pol¨ªtica, porque todo el mundo quiere ser prudente dado lo que est¨¢ en juego. Pero dentro del Gobierno, con sindicatos y aliados como observadores cercanos, se est¨¢ viviendo una intensa y discreta discusi¨®n decisiva para el a?o electoral: la reforma de las pensiones. Despu¨¦s de m¨¢s de un a?o de debate interno entre el sector socialista y el de Unidas Podemos, el proyecto ...
No aparece como una batalla en primera l¨ªnea de la pol¨ªtica, porque todo el mundo quiere ser prudente dado lo que est¨¢ en juego. Pero dentro del Gobierno, con sindicatos y aliados como observadores cercanos, se est¨¢ viviendo una intensa y discreta discusi¨®n decisiva para el a?o electoral: la reforma de las pensiones. Despu¨¦s de m¨¢s de un a?o de debate interno entre el sector socialista y el de Unidas Podemos, el proyecto liderado por Jos¨¦ Luis Escriv¨¢, ministro de Inclusi¨®n, y comprometido con Bruselas, ha llegado a su punto conclusivo: hay que aprobarla ya, en enero, para evitar el riesgo catastr¨®fico de que la Comisi¨®n Europea pudiera decidir en abril que no entrega la siguiente partida de fondos europeos porque no se ha cumplido con este hito, el llamado componente 30.
Escriv¨¢ y su equipo conf¨ªan en sacar adelante la negociaci¨®n en las pr¨®ximas dos semanas, y tienen varios elementos encima de la mesa para hacerlo. Entre ellos, cuestiones muy positivas, como la posibilidad de fijar un compromiso a varios a?os para aumentar progresivamente las pensiones m¨ªnimas, al estilo del que existe por ejemplo para que el salario m¨ªnimo alcance el 60% del salario medio a lo largo de la legislatura. Pero hay un elemento encima de la mesa que se ha convertido en t¨®xico, y que amenaza toda la negociaci¨®n: la ampliaci¨®n del periodo de c¨®mputo para calcular la pensi¨®n, una idea que rechaza de plano Unidas Podemos.
Espa?a ha ido aumentando progresivamente esta cifra, que son los a?os que se toman hacia atr¨¢s desde que el trabajador se jubila para calcular qu¨¦ pensi¨®n le quedar¨¢. En teor¨ªa los ¨²ltimos a?os son los mejores, y, por tanto, ampliar a?os es perder, pero esto ha ido cambiando mucho y hay mucha casu¨ªstica diferente. En 1985 se pas¨® de 2 a 8 a?os, en 1997 se subi¨® a 15, en 2011 se pas¨® a 25. Escriv¨¢ plantea pasarlo a 30, pero eliminando los dos peores a?os. Esto ser¨ªa casi como subirlo a 28.
Los sindicatos no han mostrado un rechazo frontal. La patronal se queda fuera de la reforma de las pensiones porque est¨¢n en contra de la otra parte, la que implica aumentar cotizaciones un 0,6% para mejorar la caja de la Seguridad Social y garantizar el futuro, como exige Bruselas, que reclama un aumento de ingresos del sistema para compensar que el Gobierno progresista elimin¨® la pol¨¦mica reforma del PP que pr¨¢cticamente limitaba la subida de las pensiones a un 0,25% anual, algo que habr¨ªa sido letal en a?os de mucha inflaci¨®n como 2022. Pero CC OO y UGT exigen antes de seguir adelante que haya acuerdo dentro del Gobierno. Tambi¨¦n lo reclaman otros socios como el PNV, ERC o Bildu, que no est¨¢n cerrados a un acuerdo. Fuentes de estos tres partidos se?alan que a¨²n no tienen el texto y no entrar¨¢n en ninguna negociaci¨®n a fondo mientras no est¨¦ muy seguro el acuerdo en el Gobierno. Fuentes sindicales tambi¨¦n se?alan que si no est¨¢ garantizado el apoyo pol¨ªtico de los socios del Ejecutivo, ellos tampoco entrar¨¢n. Los sindicatos quedaron muy escaldados con la reforma laboral, que despu¨¦s de ser acordada entre Gobierno, patronal y centrales estuvo a punto de no salir ¡ªlo hizo por un error del PP¡ª porque ERC, PNV y Bildu votaron en contra.
La reforma est¨¢ pactada pr¨¢cticamente en un 90%. Todas las fuentes consultadas en el Gobierno, en los sindicatos y en los socios coinciden en que es una reforma positiva que no genera grandes problemas. Pero el aumento del periodo de c¨®mputo amenaza con dar al traste con todo porque el rechazo de Unidas Podemos es frontal.
El ¨²ltimo mensaje que ha recibido el equipo de Escriv¨¢ ha sido muy claro: ¡°No hay espacio pol¨ªtico para acordar el aumento del periodo de c¨®mputo¡±. Eso en privado. En p¨²blico Yolanda D¨ªaz tambi¨¦n ha sido clara: ¡°Estamos haciendo cambios en el mercado de trabajo que avanzan en la recuperaci¨®n de derechos. Esto no es recuperar derechos, es recortar derechos. En este sentido, nuestra posici¨®n es bien conocida y no la compartimos¡±, se?al¨® en diciembre. Este es el mensaje pol¨ªtico de fondo: despu¨¦s de que el Gobierno haya hecho un esfuerzo enorme para aumentar las pensiones un 8,5%, y en a?o electoral, nadie quiere tensiones y malas noticias. Escriv¨¢ insiste a sus interlocutores, y lo demuestra con datos, en que el aumento del periodo de c¨®mputo es neutro, porque algunos pueden perder algo, pero otros ganan al poder elegir los mejores 28 a?os. Y adem¨¢s hay espacio para negociar m¨¢s condiciones, incluso reducir esos 30 a?os. Pero el problema no parece t¨¦cnico, sino pol¨ªtico: Unidas Podemos no quiere entrar ah¨ª.
El sector que dirige D¨ªaz plantea la posibilidad de aprobar la reforma con todo lo dem¨¢s, lo que no genera problemas y que es el coraz¨®n del proyecto para aumentar los ingresos y garantizar la sostenibilidad, esto es el destope de las cotizaciones m¨¢ximas y el aumento del 0,6% finalista para garantizar el futuro. Pero esta opci¨®n tiene un problema muy relevante: Escriv¨¢ tendr¨ªa que renegociar con Bruselas, con el comisario Paolo Gentiloni ¡ªun socialdem¨®crata m¨¢s flexible a la visi¨®n espa?ola¡ª, porque este compromiso, aunque de forma ambigua, est¨¢ por escrito en el componente 30 que se envi¨® a la Comisi¨®n Europea.
La reforma 2, apartado C, del componente 30 fue redactada con suma cautela, porque ya entonces hab¨ªa mucha tensi¨®n con este asunto entre el PSOE y Unidas Podemos, pero apuntaba un compromiso que ahora tiene esta dificultad pol¨ªtica: ¡°Como tercera de las medidas que integran el bloque que tiene por objeto profundizar en la reforma de 2011, se plantea adecuar a la realidad actual de las carreras profesionales el periodo de c¨®mputo para el c¨¢lculo de la base reguladora de la pensi¨®n de jubilaci¨®n, contemplando la posibilidad de elecci¨®n de los a?os a integrar en la base reguladora en las carreras m¨¢s largas, junto con una revisi¨®n del procedimiento de integraci¨®n de lagunas en la carrera profesional¡±. No se habl¨® de ampliaci¨®n ni mucho menos de 35 a?os, como se plante¨® en algunos documentos internos que envi¨® Escriv¨¢ en 2020, ni siquiera de 30. Pero el compromiso de ¡°adecuar el periodo de c¨®mputo¡± est¨¢ ah¨ª. La negociaci¨®n, que ya lleva varias semanas intensific¨¢ndose, se acelera ahora con contactos casi permanentes. El PSOE y Unidas Podemos tienen varias negociaciones delicadas encima de la mesa en este mes, adem¨¢s de pensiones: la ley de vivienda y la mordaza tambi¨¦n esperan una soluci¨®n urgente. Todo entra en la balanza. Y las elecciones se acercan, as¨ª que no hay mucho tiempo.
Riesgo
Pero el riesgo ser¨ªa a¨²n mucho m¨¢s fuerte si, como consecuencia de un fracaso negociador, Bruselas diera un varapalo a Espa?a y retrasara la entrega del dinero de los fondos justo en plena precampa?a, en abril. Eso ser¨ªa un aut¨¦ntico regalo para el discurso de la oposici¨®n. Precisamente Espa?a es el pa¨ªs que m¨¢s r¨¢pido est¨¢ cumpliendo los compromisos con Bruselas y antes est¨¢ recibiendo el dinero, y esto forma parte del coraz¨®n del mensaje del Gobierno, as¨ª que Pedro S¨¢nchez no se puede permitir un traspi¨¦ ah¨ª. Espa?a cuenta con otra baza: mientras Francia se pone en huelga contra una reforma que ampl¨ªa la jubilaci¨®n a los 64 a?os, Espa?a tiene aprobados los 67 desde 2011. Y ha cumplido con todo lo dem¨¢s.
Con estos elementos encima de la mesa, Escriv¨¢ conf¨ªa en hallar pronto una soluci¨®n. Queda muy poco tiempo para conocer c¨®mo acaba una de las reformas clave de la legislatura, no solo por los cambios que suponen para los futuros pensionistas y la garant¨ªa del sistema, sino tambi¨¦n por sus riesgos pol¨ªticos.