El Supremo reduce a seis a?os la pena a Manuel Fern¨¢ndez de Sousa-Faro, expresidente de Pescanova
El fallo aplica rebajas de prisi¨®n a la pr¨¢ctica totalidad de los condenados por la Audiencia Nacional y la auditora BDO resulta absuelta
El Tribunal Supremo ha rebajado en dos a?os, de ocho a seis, la pena impuesta por la Audiencia Nacional al expresidente de Pescanova, Manuel Fern¨¢ndez de Sousa-Faro, al absolverle de los delitos de estafa agravada y falsedad en documento mercantil por los que que fue condenado por la Audiencia Nacional. Adem¨¢s, el fallo tambi¨¦n aplica una atenuante por dilaciones indebidas, aunque mantiene el resto de las condenas por delito continuado de falsedad en las cuentas anuales y falseamiento de l...
El Tribunal Supremo ha rebajado en dos a?os, de ocho a seis, la pena impuesta por la Audiencia Nacional al expresidente de Pescanova, Manuel Fern¨¢ndez de Sousa-Faro, al absolverle de los delitos de estafa agravada y falsedad en documento mercantil por los que que fue condenado por la Audiencia Nacional. Adem¨¢s, el fallo tambi¨¦n aplica una atenuante por dilaciones indebidas, aunque mantiene el resto de las condenas por delito continuado de falsedad en las cuentas anuales y falseamiento de la informaci¨®n econ¨®mico-financiera. Las penas suman, por una parte, cuatro a?os y seis meses de prisi¨®n y multa de diez meses por los delitos mencionados, manteniendo la cuota diaria de cincuenta euros de multa; y un a?o y seis meses por un delito de alzamiento de bienes por el que tambi¨¦n ha sido condenada a seis meses su esposa, Mar¨ªa del Rosario Andrade, como cooperadora necesaria.
La empresa pesquera quebr¨® en 2013 con un agujero de casi 2.400 millones de deuda oculta y tuvo que ser rescatada por la banca ¡ªactual propietaria, con Abanca como accionista mayoritario¡ª.
El fallo, emitido el pasado 10 de febrero, mantiene que Fern¨¢ndez de Sousa deber¨¢ indemnizar con m¨¢s de 125 millones, solidariamente con la antigua Pescanova (Pescanova SA), a los inversores perjudicados, tanto compa?¨ªas como particulares. La empresa ha sido absuelta por el delito de estafa agravada por el que fue condenada en la primera instancia. Se mantiene, sin embargo, su condena por el delito de falseamiento de informaci¨®n econ¨®mica y financiera, con la atenuante de confesi¨®n, a la misma pena de dos a?os de multa (21.600 euros).
Los acusados Santiago Sa?¨¦ Figueras, Manuel L¨®pez Rodr¨ªguez y Jos¨¦ Manuel Gil Gonz¨¢lez, as¨ª como las empresas BDO Auditores, Quinta do Sobreiro, Kiwi Espa?a, quedan absueltas de los delitos por los que fueron condenados por la Audiencia Nacional.
Los exdirectores financieros Antonio Taboas y Carlos Turi, el de administraci¨®n Alfredo L¨®pez y el de relaci¨®n con inversores, Joaqu¨ªn Vi?a, han sido absueltos de falsedad en documento mercantil y estafa, pero se mantienen sus condenas como cooperadores necesarios de un delito continuado de falsedad en las cuentas anuales. Sus penas pasan de tres a?os y seis meses a un a?o y tres meses. ?ngel Gonz¨¢lez, exjefe de contabilidad, ve reducida su pena a un a?o de prisi¨®n. Alfonso Garc¨ªa Calvo, que ocupaba el puesto de jefe de servicio, mantiene su condena de un a?o y tres meses como cooperador necesario del delito de falsedad en las cuentas anuales, el ¨²nico por el que result¨® condenado en la Audiencia Nacional.
La auditora, sin cargos
El Supremo ha absuelto a la auditora BDO y a su aseguradora, Mapfre, al estimar que la supervisora de las cuentas tuvo una conducta descuidada, pero no present¨® un comportamiento doloso, como estimaba inicialmente la Audiencia Nacional. La sentencia dice, literalmente, que la Audiencia nacional, ¡°entendi¨® que la auditora externa, BDO (si se quiere, tambi¨¦n el acusado Santiago Sa?¨¦) desempe?aron su funci¨®n de manera descuidada, desatendiendo las facultades de supervisi¨®n a las que se hab¨ªa comprometido, y pas¨¢ndole inadvertidas deficiencias relevantes que, en una praxis profesional adecuada, hubiera podido y debido detectar¡±. Esa conducta, admite el Supremo, pudo causar perjuicios econ¨®micos a la propia sociedad y a terceros, ¡°pero no equivale a la comisi¨®n de un delito doloso. Las consideraciones anteriores, a nuestro juicio, no evidencian, que el acusado Santiago Sa?¨¦ tuviera conocimiento de la falsedad de las cuentas que supervis¨®, ni tampoco que albergara el prop¨®sito de coadyuvar a la consecuci¨®n de los objetivos propuestos por quienes decidieron distorsionarlas¡±.
Las cuentas bancarias en Portugal de Manuel Fern¨¢ndez de Sousa-Faro por importe de 4,6 millones de euros, que fueron inicialmente congeladas por mandato judicial, ser¨¢n embargadas para el pago de las responsabilidades del expresidente de la compa?¨ªa gallega.
Los hechos
La justicia considera probado que el expresidente de Pescanova, que ocup¨® el cargo desde 1985 hasta 2013, ide¨®, desde finales de 2007, ¡°una serie de mecanismos que ten¨ªan por objeto aparentar una relaci¨®n comercial, en realidad inexistente, que permitiera a Pescanova seguir obteniendo financiaci¨®n bancaria¡±. Para ello utiliz¨® a los responsables de los departamentos de administraci¨®n y financieros para simular operaciones que ocultasen deudas con las que pagar sus cada vez m¨¢s costosos proyectos en acuicultura. Uno de sus recursos fue pedir a los bancos cr¨¦ditos documentarios, que habitualmente se utilizan en operaciones de comercio exterior, con empresas que, en realidad, eran filiales propias creadas para ese fin, ¡°sin que existiera ninguna relaci¨®n comercial, con la ¨²nica finalidad de autofinanciarse¡±.
El abanico de recursos para el fraude continuaba en otras operaciones. Se crearon, por ejemplo, sociedades instrumentales para aparentar relaciones comerciales de compraventa de pescado, en realidad inexistentes, ¡°pero aptas para conseguir l¨ªneas de factoring o p¨®lizas de descuento bancario, con la misma finalidad de financiarse¡±. Pescanova tambi¨¦n utiliz¨® datos de antiguos clientes sin su consentimiento para aparentar, frente a los bancos, una fluida relaci¨®n comercial que no exist¨ªa, y as¨ª conseguir p¨®lizas de cr¨¦dito. Las malas pr¨¢cticas contables se extendieron ocultando sociedades filiales que deber¨ªan haber estado en el per¨ªmetro de consolidaci¨®n de Pescanova, que cotizaba (y cotiza, aunque con una actividad ya residual) en Bolsa.
La crisis, como recuerdan los hechos recogidos en la sentencia, se desencaden¨® un viernes, el 22 de febrero de 2013. La tesorer¨ªa hac¨ªa aguas por todas partes y el presidente convoc¨® a cuatro accionistas ¡°para explicarles que la situaci¨®n de la empresa era buena¡±, como confirmaba el borrador de cuentas anuales que iban a ser enviadas al consejo de administraci¨®n que se iba a convocar poco despu¨¦s. Sin embargo, hab¨ªa, seg¨²n ¨¦l, un peque?o problema: no se vend¨ªa el salm¨®n de la planta de acuicultura de Chile por la ca¨ªda de los precios y venc¨ªa una cuota de 50 millones de un pr¨¦stamo de 150 millones. Les propuso poner entre todos esos 50 millones dici¨¦ndoles que ¨¦l ya hab¨ªa aportado15,3 millones. No solo no le respaldaron, sino que alguno de los asistentes dijo no entender nada, porque diez d¨ªas antes el presidente aseguraba que los resultados eran mejores que los del a?o anterior.
Lleg¨® la reuni¨®n del consejo del 27 de febrero -en la que se explic¨® que la auditor¨ªa de BDO no pon¨ªa reparos a las cuentas- y el accionista Demetrio Carceller, presente en la primera reuni¨®n, ley¨® una carta al resto para informar de la falta evidente de tesorer¨ªa. El desconcierto se abri¨® paso. La compa?¨ªa inform¨® en un hecho relevante a la CNMV el 28 de febrero que no presentar¨ªa las cuentas de 2012 en el periodo legal, que terminaba ese d¨ªa, porque hab¨ªa ¡°incertidumbre de poder afirmar el principio contable de gesti¨®n continuada¡±. La CNMV suspendi¨® la cotizaci¨®n de Pescanova que, a la postre, ha quedado como accionista casi residual de Nueva Pescanova. La quiebra estaba en camino.
Han pasado ya diez a?os. La empresa en manos de la banca que surgi¨® de las cenizas de la antigua pesquera factur¨® en su ¨²ltimo a?o fiscal, que termin¨® en marzo de 2022, 1.087 millones de euros, con beneficios tras a?os de p¨¦rdidas.
Ante la prensa, los d¨ªas posteriores, y en el juicio que se celebr¨® a?os m¨¢s tarde, Manuel Fern¨¢ndez de Sousa siempre ha insistido en su inocencia y en que todo fue un problema con los precios del salm¨®n.
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