El misterio del gas y la industria: c¨®mo las f¨¢bricas europeas est¨¢n consiguiendo hacer lo mismo (o m¨¢s) con menos
La producci¨®n del sector secundario crece en comparaci¨®n interanual, a pesar de la ca¨ªda en picado de la demanda de gas natural desde la invasi¨®n rusa de Ucrania
Hace un a?o, con el precio del gas natural en m¨¢ximos hist¨®ricos, todas las miradas se posaban ¡ªcon raz¨®n¡ª sobre la industria europea. ?Ser¨ªa capaz de resistir una embestida sin precedentes o se hundir¨ªa en una espiral de cierres, deslocalizaciones y despidos? 12 meses despu¨¦s, la respuesta es mixta: hubo suspensiones de empleo y parones de actividad, s¨ª, pero el zarpazo no ha sido, ni de lejos, tan mort¨ªfero como se temi¨® ¡ªy muchos casi dieron por descontado¡ª: como en tantos y tantos ¨¢mbitos, aqu¨ª la realidad tambi¨¦n ha dado la espalda a la hecatombe augurada. Los acontecimientos esconden, ad...
Hace un a?o, con el precio del gas natural en m¨¢ximos hist¨®ricos, todas las miradas se posaban ¡ªcon raz¨®n¡ª sobre la industria europea. ?Ser¨ªa capaz de resistir una embestida sin precedentes o se hundir¨ªa en una espiral de cierres, deslocalizaciones y despidos? 12 meses despu¨¦s, la respuesta es mixta: hubo suspensiones de empleo y parones de actividad, s¨ª, pero el zarpazo no ha sido, ni de lejos, tan mort¨ªfero como se temi¨® ¡ªy muchos casi dieron por descontado¡ª: como en tantos y tantos ¨¢mbitos, aqu¨ª la realidad tambi¨¦n ha dado la espalda a la hecatombe augurada. Los acontecimientos esconden, adem¨¢s, una paradoja may¨²scula: el consumo de gas natural se ha hundido en el sector secundario, incluso m¨¢s de lo previsto, pero la producci¨®n industrial ha resistido much¨ªsimo mejor de lo que nadie nunca pens¨®.
¡°Es un desacoplamiento verdaderamente extra?o¡±, admite Thierry Bros, reputado analista energ¨¦tico y profesor de la Escuela de Asuntos Internacionales de Science Po (Par¨ªs). ¡°Ha sido una gran sorpresa para m¨ª, que tanto la producci¨®n como el PIB no hayan sufrido un golpe tan grande pese a la fuerte ca¨ªda en el consumo de gas¡±. En febrero, el ¨ªndice de producci¨®n industrial creci¨® un 2% en comparaci¨®n anual, seg¨²n los datos publicados este jueves por la agencia estad¨ªstica comunitaria Eurostat. La demanda sectorial de gas, por el contrario, acumula una ca¨ªda del 15% frente a la media del periodo 2019-2021, de acuerdo con el centro de estudios bruselense Bruegel.
La econom¨ªa moderna deja, a veces, espacio a este tipo de contradicciones: dos variables que deber¨ªan ir de la mano, de pronto se desconectan sin explicaci¨®n evidente. Solo el tiempo podr¨¢ decir con certeza qu¨¦ ha ocurrido, pero quienes siguen el d¨ªa a d¨ªa del sector empiezan a lanzar las primeras hip¨®tesis: una sustituci¨®n del gas por otros combustibles m¨¢s contaminantes, como el fueol¨®leo, el di¨¦sel o incluso el carb¨®n ¡ªalgo solo posible en algunas industrias, no en todas¡ª; un esfuerzo adicional en eficiencia ¡ªcon los precios disparados, los r¨¦ditos del ahorro son mayores que nunca¡ª; una mayor importaci¨®n de bienes intermedios ¡ªpara evitar tener que fabricarlos en suelo comunitario¡ª, con la industria europea concentrando todos sus esfuerzos en los segmentos que aportan m¨¢s valor a?adido; e incluso una electrificaci¨®n acelerada de aquellos segmentos en los que es posible.
El desacoplamiento entre la demanda de gas y producci¨®n final revela, tambi¨¦n, un ¡°exceso de consumo sin sentido; in¨²til¡±, como lo catalogaba en febrero, en estas mismas p¨¢ginas, el todav¨ªa jefe del gigante nerg¨¦tico italiano Enel, Francesco Starace. Esa sobredemanda, que rondar¨ªa seg¨²n sus c¨¢lculos el 15%, ha quedado al descubierto en la actual coyuntura, en la que la industria ha logrado algo que se acerca mucho a la cuadratura del c¨ªrculo: hacer lo mismo ¡ªe incluso m¨¢s, en algunos casos¡ª con menos recursos.
Con el 26% del consumo final de energ¨ªa, el sector industrial es el tercer polo de demanda en el Viejo Continente, solo por detr¨¢s del transporte y los hogares, seg¨²n los datos de la oficina de estad¨ªstica comunitaria. Casi un tercio de ese ingente volumen de energ¨ªa es gas, otro es electricidad ¡ªdonde tambi¨¦n se ha producido un descenso acusado¡ª y el restante se divide entre otros combustibles f¨®siles o renovables y autoconsumo. La qu¨ªmica y la petroqu¨ªmica es, de largo, el subsector m¨¢s intensivo, seguida por los minerales no met¨¢licos; el papel; la transformaci¨®n de alimentos, bebidas y tabaco; la metalurgia y siderurgia y la fabricaci¨®n de maquinaria.
Del gas al fuel¨®leo, al di¨¦sel o al carb¨®n
Solo cuatro sectores ¡ªla industria qu¨ªmica, el papel, el procesamiento de minerales y los metales b¨¢sicos¡ª suponen casi las dos terceras partes del consumo industrial total de gas natural en la UE, a pesar de suponer solo el 15% de la mano de obra en el sector secundario y el 12% del valor a?adido, seg¨²n los datos de Ben McWilliams, de Bruegel. ¡°En esas industrias, el gas se ha demostrado mucho m¨¢s sustituible de lo previsto¡±, constata por tel¨¦fono. ¡°Las respuestas dadas por las empresas se han demostrado ¨²tiles¡±, a?ade Marie Tamba, analista s¨¦nior de la consultora Rhodium tras varios a?os en la Comisi¨®n Europea. ¡°Y se han visto favorecidas por el mejor tono de las cadenas de suministro, que les ha permitido importar algunos bienes intensivos en gas que son clave en los procesos productivos, en lugar de tener que producirlos ellos¡±.
¡°Con estos precios, es m¨¢s rentable que nunca invertir en eficiencia. El coste de oportunidad de no ahorrar es alt¨ªsimo¡±, sintetiza Gonzalo Escribano, investigador principal del Real Instituto Elcano. Lo mismo ocurre con la electrificaci¨®n: ¡°Quien t¨¦cnicamente pod¨ªa y no hab¨ªa dado el paso, se est¨¢ arrepintiendo y lo est¨¢ haciendo de manera acelerada¡±. Ese ¡°t¨¦cnicamente¡± es clave: los l¨ªmites de la electrificaci¨®n los marca hoy el grado de calor necesario para cada proceso industrial. ¡°En los altos hornos, los fertilizantes, la petroqu¨ªmica o la cer¨¢mica, por ejemplo, todav¨ªa no se llega a las temperaturas requeridas con una bomba de calor el¨¦ctrica¡±.
Como toda estad¨ªstica, el ¨ªndice de producci¨®n industrial enmascara las m¨²ltiples realidades por subsectores: los que m¨¢s han sufrido han sido, con diferencia, los m¨¢s dependientes del gas, que han visto c¨®mo su factura se encarec¨ªa brutalmente de la noche a la ma?ana. Con todo, incluso en esos ¨¢mbitos el da?o ha sido ¡°menor de lo previsto¡±, como refrendan los economistas de BBVA Research Cristina Valera y Carlos Castellano, autores de un reciente estudio sobre el tema. La reapertura econ¨®mica pospandemia, dicen, tambi¨¦n ha remado a favor. Pero ni mucho menos explica todo.
M¨¢s bienes intermedios procedentes del exterior
Valera y Castellano se inclinan, sobre todo, por tres: eficiencia, sustituci¨®n de gas por derivados del crudo e importaci¨®n de insumos intermedios especialmente intensivos en este combustible. Y otorgan un peso especial a los dos ¨²ltimos: ¡°No descartamos que haya habido eficiencias, pero al ser un choque de tan corto plazo, estos procesos no son tan f¨¢ciles. As¨ª que creemos que la sustituci¨®n de carburantes y el aumento de importaciones de algunos productos pueden explicar mejor lo sucedido¡±. Uno de los ejemplos m¨¢s claros de reemplazo de productos intermedios en cuya producci¨®n se necesita mucho gas son las compras extracomunitarias de amoniaco por parte del gigante alem¨¢n BASF para concluir luego sus procesos productivos en Europa. Circunscribir el consumo de gas, en definitiva, a lo que de verdad da dinero y externalizar el resto.
Quien pide tomar los indicadores de producci¨®n industrial con un grano de sal es Ver¨®nica Rivi¨¨re, jefa de la patronal espa?ola GasIndustrial: ¡°Mi indicador de la salud de la industria, el que no tiene trampa ni cart¨®n, es el consumo de gas. Es verdad que hay algo de cambio de combustible y algo de eficiencia, pero la bajada en la demanda industrial de gas quiere decir que la industria est¨¢ sufriendo¡±. Los pedidos, sostiene, han ca¨ªdo con fuerza. ¡°Y desde Espa?a s¨ª estamos viendo casos de deslocalizaci¨®n a otros pa¨ªses europeos, como Francia, Portugal o Alemania, cuyos gobiernos est¨¢n siendo m¨¢s ¨¢giles con las ayudas y subvenciones al sector¡±. El ¨²ltimo directamente ha hecho saltar la banca. Con todo, Rivi¨¨re espera ¡°una cierta recuperaci¨®n en los pr¨®ximos meses¡±, que se deber¨ªa traducir, tambi¨¦n, en un aumento en la demanda de gas.
Superado el peor trance de la crisis, las dudas sobre la seguridad de suministro en Europa se han despejado, el precio del gas ha aterrizado bruscamente ¡ªlos casi 350 euros por megavatio hora (MWh) del pasado verano han pasado a ser 40 hoy¡ª y la soga sobre el cuello de la industria aprieta, en fin, mucho menos que hace solo unos meses. Son varias las se?ales en ese sentido: muchos de los planes empresariales de traslado a otras geograf¨ªas con menores costes energ¨¦ticos han quedado temporalmente en la nevera ¡ªprestos, eso s¨ª, por si vuelven las curvas¡ª y algunas industrias gasintensivas, como la qu¨ªmica, empiezan a dar por concluida la letan¨ªa de parones de producci¨®n y suspensiones temporales de empleo.
¡°Lo cierto es que, aunque las preocupaciones no han desaparecido del todo, la UE est¨¢ abordando la transici¨®n y la competitividad en la direcci¨®n correcta¡±, desliza Tamba, de Rhodium. ¡°Los peores presagios, que imaginaban al continente pr¨¢cticamente convertido en un erial industrial, claramente no se han cumplido: Europa ha mostrado su capacidad para evitar lo peor en un momento de estr¨¦s extremo, y la transici¨®n energ¨¦tica ha pasado de ser un riesgo para su sector secundario a ser una oportunidad¡±, resume Escribano. ¡°El relato es otro, pero a¨²n es pronto para cantar victoria; hay que ver qu¨¦ fuerza tiene la pol¨ªtica estadounidense para atraer f¨¢bricas a su territorio¡±. Una tesis a la que se suma Bros: ¡°Quiz¨¢ no hemos visto todo todav¨ªa. Bruselas tiene que ser mucho m¨¢s pragm¨¢tica¡±.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal