El ¡°mercado sin alma¡± que tem¨ªa Delors
La financiarizaci¨®n de la econom¨ªa avanza sin tregua en Europa por la concentraci¨®n de la banca
La gran apuesta del proyecto europeo ha sido construir una sociedad basada en un mercado com¨²n. Un mercado con los l¨ªmites y regulaciones necesarias para asegurar el bienestar de sus ciudadanos. Desde la inicial Declaraci¨®n Schuman (1950) hab¨ªa el prop¨®sito fundamental de crear una ¡°solidaridad de hecho¡±, entre pa¨ªses. A principios de los a?os noventa, el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, defini¨® con mayor precisi¨®n su modelo de sociedad europea. Destacaba cuatro elementos: la importancia del mercado c...
La gran apuesta del proyecto europeo ha sido construir una sociedad basada en un mercado com¨²n. Un mercado con los l¨ªmites y regulaciones necesarias para asegurar el bienestar de sus ciudadanos. Desde la inicial Declaraci¨®n Schuman (1950) hab¨ªa el prop¨®sito fundamental de crear una ¡°solidaridad de hecho¡±, entre pa¨ªses. A principios de los a?os noventa, el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, defini¨® con mayor precisi¨®n su modelo de sociedad europea. Destacaba cuatro elementos: la importancia del mercado como elemento de orientaci¨®n de las actividades econ¨®micas; el papel del Estado para corregir los efectos negativos del mercado; la negociaci¨®n social como par¨¢metro esencial para definir los objetivos, y un sistema de seguridad social, a veces llamado Estado¨Cprovidencia, que garantizase a cada ciudadano unos derechos m¨ªnimos.
A partir de los a?os ochenta, el mercado com¨²n original fue rebautizado como mercado interior o mercado ¨²nico. Para asegurar el buen funcionamiento de una econom¨ªa competitiva se establecieron pol¨ªticas contra las posiciones de dominio (monopolios), los acuerdos entre empresas (c¨¢rteles) y regulaci¨®n de las ayudas de Estado para no beneficiar a las empresas nacionales. Su eficacia ha sido muy limitada. Con ocasi¨®n del 30? aniversario del mercado ¨²nico, la Comisi¨®n Europea ha publicado dos comunicaciones en las que se destacan los logros del mercado ¨²nico y la necesidad de su profundizaci¨®n. Un estudio del Parlamento Europeo indica que una mayor integraci¨®n de la Uni¨®n podr¨ªa generar m¨¢s de 2,8 billones de euros anuales de aqu¨ª a 2032. Cifras sin duda colosales pero que no precisan c¨®mo se distribuir¨¢n este incremento de riqueza entre empresas y trabajadores.
La realidad es que en algunos aspectos la situaci¨®n del mercado ¨²nico es lastimosa. Seguimos sin completar la uni¨®n bancaria, es decir, sin seguro de dep¨®sitos europeo. En Espa?a los cuatro mayores bancos (Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell) dominan el 75% del mercado. Es una situaci¨®n de oligopolio de facto. Ninguno de los grandes bancos se ha movido un ¨¢pice para aumentar la remuneraci¨®n de los dep¨®sitos, al ritmo de la fuerte subida de los tipos de inter¨¦s del BCE. Un incremento que s¨ª han aplicado con diligencia a los pr¨¦stamos hipotecarios. L¨®gicamente el incremento de sus ganancias ha sido extraordinario. El mercado interior no ha llegado todav¨ªa a la banca que sigue operando como un coto cerrado.
A principios de los a?os noventa, Jacques Delors ya hab¨ªa expresado su inquietud por quienes quer¨ªan expandir el mercado a toda costa. Tem¨ªa la creaci¨®n de ¡°un mercado sin alma¡±, como record¨® la historiadora belga Hanneke Siebelink en The 50 Days that Changed Europe. El mercado sin alma ya lo tenemos aqu¨ª. La financiarizaci¨®n de la econom¨ªa avanza sin tregua en Europa. Ahora m¨¢s deprisa por la concentraci¨®n intensa del sector financiero, con su resistencia frontal a sus contribuciones fiscales. Pasados los sustos de 2008, de la pandemia y la crisis energ¨¦tica, los beneficios vuelven a crecer a velocidad vertiginosa. El mercado sin l¨ªmites es un riesgo serio para Europa.
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