Inermes ante los colosos econ¨®micos
El Congreso retira la tramitaci¨®n del proyecto de ley que trataba de adaptar a la legislaci¨®n espa?ola la regulaci¨®n sobre demandas colectivas
Las pel¨ªculas Acci¨®n civil, Erin Brockovich o En tierra de hombres, basadas en hechos reales, muestran el valor de las demandas colectivas ante graves injusticias, de imposible defensa individual para personas sin informaci¨®n y recursos. Tratan historias heroicas de abogados y activistas en defensa de la salud, el medio ambiente o el derecho de las mujeres. Las demandas colectivas son un ins...
Las pel¨ªculas Acci¨®n civil, Erin Brockovich o En tierra de hombres, basadas en hechos reales, muestran el valor de las demandas colectivas ante graves injusticias, de imposible defensa individual para personas sin informaci¨®n y recursos. Tratan historias heroicas de abogados y activistas en defensa de la salud, el medio ambiente o el derecho de las mujeres. Las demandas colectivas son un instrumento fundamental en la era de las grandes corporaciones. Permiten unificar las reclamaciones de los afectados y ahorrar mucho dinero al Estado.
Esta defensa es imposible en Espa?a. Los ciudadanos est¨¢n desarmados ante las posibles ilegalidades de las corporaciones por carecer de la regulaci¨®n adecuada. Somos uno de los cuatro pa¨ªses de la Uni¨®n Europea que acumula m¨¢s de dos a?os de retraso en la transposici¨®n de la Directiva de acciones de representaci¨®n colectiva de 2020. La tramitaci¨®n del proyecto de ley que trataba de adaptar la legislaci¨®n espa?ola a la europea ha sido sido retirado de su tramitaci¨®n por el Congreso. Hay que volver a empezar de cero.
Este vac¨ªo legal fue uno de los temas analizados en el VI Congreso de Asufin celebrado el pasado d¨ªa 28 en Madrid. La presidenta de la asociaci¨®n, Patricia Su¨¢rez, explicit¨® su apoyo total a ¡°las acciones colectivas a la americana¡± y expres¨® su ¡°decepci¨®n¡± por volver a ¡°estar en el limbo¡±, en esta materia.
Asufin ha puesto en marcha una veintena de acciones colectivas con la inoperante legislaci¨®n actual pero solo ha logrado finalizar cuatro y soporta retrasos de hasta ocho a?os en las dem¨¢s.
Los costes para el Estado de carecer de este instrumento son enormes. En los ¨²ltimos ocho a?os se han presentado unas 900.000 demandas individuales contra abusos bancarios, que en la mayor¨ªa de casos se podr¨ªan haber resuelto mediante acciones colectivas. El coste para las arcas p¨²blicas es de unos 3.000 euros para cada demanda individual.
El abogado y exmagistrado Blas A. Gonz¨¢lez, experto en antitrust (pr¨¢cticas contra la competencia) y en la defensa de perjudicados frente a las grandes empresas, valor¨® el sistema estadounidense: ¡°En Estados Unidos las acciones de clase (demandas colectivas) son un cl¨¢sico. Adem¨¢s de las indemnizaciones por los da?os causados, hay una punici¨®n para las empresas que los causan. Esto aumenta much¨ªsimo el coste, lo que favorece a que se llegue a un acuerdo¡±. Precis¨® que dado ¡°el nivel tan bajo existente en Espa?a, el solo hecho de que existieran las acciones colectivas ya ser¨ªa una magn¨ªfica noticia¡±.
La falta de demandas colectivas es una de las causas del colapso judicial. Adri¨¢n G¨®mez, letrado de la Administraci¨®n de Justicia en el Juzgado 104 bis de Madrid, especializado en asuntos financieros, se mostr¨® ¡°muy cr¨ªtico¡± con la situaci¨®n actual: ¡°No creo que sea admisible que cuando ya hay una doctrina consolidada sobre la abusividad de una cl¨¢usula, el consumidor tenga que acudir a los tribunales¡±.
Record¨® que en Francia o Alemania, cuando una entidad recibe una condena por una cl¨¢usula abusiva, sufre adem¨¢s ¡°una sanci¨®n de la administraci¨®n, para potenciar la disuasi¨®n¡±. Europa sigue siendo nuestra asignatura pendiente.