Vuelven los aforos completos. As¨ª se protege ahora un gran evento masivo
A?o y medio despu¨¦s, los grandes acontecimientos multitudinarios vuelven a nuestro pa¨ªs con cada vez menos restricciones, pero con nuevas necesidades y condicionantes que, seg¨²n los expertos, han transformado para siempre el negocio de la seguridad privada
Hasta marzo de 2020 viv¨ªamos en un mundo en que las grandes aglomeraciones de p¨²blico para ver distintos espect¨¢culos eran una experiencia muy frecuente. Alrededor de 70.000 personas se congregaban cada dos semanas en estadios de f¨²tbol como el Santiago Bernab¨¦u, San Mam¨¦s o el S¨¢nchez-Pizju¨¢n; festivales de m¨²sica como el Vi?a Rock, el Medusa SunBeach o el Primavera Sound superaban a?o tras a?o los 200.000 asistentes; y la bas¨ªlica de la Sagrada Familia, en Barcelona, la visitaban m¨¢s de 4,5 millones de personas al a?o (una media de 12.500 diarias en 2019).
Estos d¨ªas, tras a?o y medio de excepcionalidad por la pandemia de la covid-19, nos asomamos a una fase de nueva normalidad en la que se van relajando las restricciones de aforo en espect¨¢culos, museos o monumentos y los grandes espacios deportivos est¨¢n recuperando su plena capacidad: 100% en el caso de recintos al aire libre y 80% en el de pabellones cubiertos como las canchas de baloncesto. La ¨²nica excepci¨®n es Catalu?a, que ha optado de momento por fijar el l¨ªmite en el 60% de capacidad. Este nuevo escenario trae nuevas exigencias desde el punto de vista de la seguridad.
No se trata solo de conseguir que los eventos se desarrollen con plena fluidez, evitando riesgos e incidentes, sino de garantizar tambi¨¦n que se respeten protocolos y precauciones sanitarias. Con y sin brotes pand¨¦micos, los expertos vaticinan que nos espera un largo periodo de normalidad condicionada en el que mascarillas, pruebas de ant¨ªgenos, certificados y pasaportes covid, pruebas de temperatura o distancias de seguridad van a seguir formando parte del paisaje cotidiano.
¡°De alguna manera, la sociedad esperaba un punto de inflexi¨®n decisivo en el que la pandemia pudiese darse por derrotada¡±, explica Javier Mart¨ªn-Azcano, director de Negocio de Seguridad en Prosegur. ¡°Pero lo que nos hemos encontrado es, m¨¢s bien, una vuelta gradual a la actividad que exige prudencia y cautela, sobre todo cuando hablamos de grandes concentraciones de p¨²blico¡±. Mart¨ªn-Azcano describe la experiencia desde la perspectiva de una empresa de seguridad como ¡°un proceso de reaprendizaje, en el que hemos intentado mantenernos cerca de nuestros clientes y ayudarles a adaptarse lo mejor posible a estas nuevas situaciones¡±.
La Eurocopa 2021, banco de pruebas
Uno de los momentos decisivos en la desescalada, una especie de ensayo general de lo que vendr¨ªa a continuaci¨®n, se produjo el pasado mes de junio, cuando hubo que garantizar la seguridad de varios de los partidos de la Eurocopa 2021, especialmente los jugados en La Cartuja. ¡°Supuso un enorme reto por varias razones¡±, explica Mart¨ªn-Azcano, ya que Prosegur se hizo cargo de tres de los partidos de la fase de grupos y de uno de los cruces de octavos. ¡°En primer lugar, porque estaba previsto que los encuentros se disputasen en Bilbao, y el cambio de sede se produjo muy pocas semanas antes de que arrancase el torneo, lo que nos forz¨® a organizar contrarreloj un operativo de seguridad de una enorme envergadura. Adem¨¢s, se trataba de los primeros partidos de f¨²tbol con asistencia masiva de p¨²blico que se disputaban en Espa?a despu¨¦s de m¨¢s de un a?o de deporte profesional a puerta cerrada¡±.
La UEFA y la Real Federaci¨®n Espa?ola autorizaron la asistencia de un m¨¢ximo de 16.000 personas en un estadio con capacidad para 57.600. De repente, las prioridades cambiaban de nuevo, tal y como cuenta Mart¨ªn-Azcano: ¡°El foco principal ya no estaba puesto en cuestiones como garantizar que se respetasen las burbujas sanitarias, sino que se trataba de asegurar de nuevo la plena seguridad y el acceso sin incidentes de decenas de miles de espectadores. Volv¨ªamos a la l¨®gica anterior a la pandemia, pero con la necesidad adicional de hacer respetar las medidas de prevenci¨®n y distanciamiento social vigentes en ese momento¡±.
¡°La pandemia ha sido un importante acelerador de la innovaci¨®n tecnol¨®gica en el sector de la seguridad¡±Javier Mart¨ªn-Azcano, director de Negocio de Seguridad de Prosegur
La prueba de estr¨¦s se pudo superar sin apenas sobresaltos, en opini¨®n del experto, ¡°gracias en parte al amplio abanico de nuevas tecnolog¨ªas de que disponemos ahora mismo¡±. Sistemas de videovigilancia digital de ¨²ltima generaci¨®n que incluyen mapeado de superficies y an¨¢lisis cualitativo de im¨¢genes; c¨¢maras de radiaci¨®n infrarroja que permiten medir la temperatura corporal a distancia y sin contacto f¨ªsico; tornos digitalizados y dotados de discretos esc¨¢neres que hacen posibles accesos r¨¢pidos y ordenados¡
¡°La pandemia ha acabado resultando un importante acelerador de la innovaci¨®n tecnol¨®gica en nuestro sector¡±, afirma Mart¨ªn-Azcano. ¡°Ha contribuido a convencer a muchas empresas, sobre todo a las que organizan grandes eventos masivos, de la necesidad de disponer de estos recursos y contar con personal acostumbrado a utilizarlos¡±.
120 profesionales para vigilar Bala¨ªdos
Julio Vargas, jefe de Seguridad del club de f¨²tbol Real Celta de Vigo, comparte la opini¨®n de Mart¨ªn-Azcano: ¡°Llevo 27 a?os trabajando en el club y, en este periodo, he asistido a una transformaci¨®n radical de la seguridad en grandes eventos¡±, cuenta. La clave, en su opini¨®n, ¡°es no escatimar recursos: si hace 20 a?os se produc¨ªa una media de entre 10 y 15 incidentes por partido, ahora hemos conseguido reducirla a pr¨¢cticamente cero sin necesidad de recurrir a medidas expeditivas ni particularmente inc¨®modas para el p¨²blico¡±. En opini¨®n de Vargas, ¡°la mejor seguridad es siempre aquella que pasa desapercibida, y gracias a la tecnolog¨ªa podemos monitorizar de manera eficaz hasta el ¨²ltimo rinc¨®n del campo sin que los espectadores se sientan por ello vigilados o condicionados¡±.
El estadio del Celta, Bala¨ªdos, tiene un aforo te¨®rico de 29.000 espectadores, reducidos en la pr¨¢ctica a 17.500 debido a las obras de reforma que se est¨¢n realizando desde hace cinco a?os. En la actualidad, un contingente de seguridad de alrededor de 120 personas puede garantizar ¡°de manera m¨¢s que adecuada¡±, seg¨²n Vargas, la seguridad de los cerca de 15.000 espectadores que se congregaban en el estadio un domingo cualquiera hasta marzo de 2019 y que van a poder hacerlo de nuevo a partir de ahora. ¡°Podemos necesitar refuerzos en partidos puntuales, en los que haya presencia institucional, acudan aficiones rivales potencialmente conflictivas o en el derby gallego, cuando el Deportivo de La Coru?a regrese a Primera Divisi¨®n y vuelva a disputarse¡±.
¡°Si hace 20 a?os se produc¨ªa una media de entre 10 y 15 incidencias por partido, ahora hemos conseguido reducirla a pr¨¢cticamente cero¡±Julio Vargas, jefe de Seguridad del Real Celta de Vigo
Vargas reconoce que, adem¨¢s del progreso tecnol¨®gico y la profesionalizaci¨®n creciente de los servicios de seguridad privada, se han producido otros puntos de inflexi¨®n que hacen que el f¨²tbol profesional sea ahora un espect¨¢culo mucho m¨¢s seguro que hace apenas una d¨¦cada: ¡°La nueva legislaci¨®n introducida en 1996, que obligaba a los clubes a asignar una plaza a cada espectador, fue ya un gran avance. Luego se introdujeron las unidades operativas de seguridad en los estadios, lo que permit¨ªa un grado de control de la situaci¨®n muy superior a la ¨¦poca en la que ni siquiera dispon¨ªamos de c¨¢maras y nos comunic¨¢bamos con sistemas rudimentarios, como walkie talkies. Por ¨²ltimo, a partir de la muerte en 2014 de Jimmy [Francisco Javier Romero Taboada, hincha del Deportivo asesinado en Madrid por un grupo de ultras], autoridades y clubes se coordinaron por fin de manera decidida y eficaz para acabar con la violencia en los estadios, un problema que lleg¨® a parecer end¨¦mico y poco menos que inabordable pero que, despu¨¦s de todo, s¨ª que ten¨ªa soluci¨®n¡±. Vargas reconoce que estos importantes cambios contribuyan a que ahora le resulte m¨¢s f¨¢cil conciliar el sue?o que hace unos a?os.
La doble protecci¨®n dentro del Thyssen
Evelio Acevedo, director gerente del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza (Madrid), tambi¨¦n da much¨ªsima importancia a dormir tranquilo. Tal y como explica, la seguridad resulta una prioridad absoluta cuando eres responsable de una gran instituci¨®n cultural que, hasta 2019, recib¨ªa una media de m¨¢s de un mill¨®n de visitantes anuales y que exhibe cerca de mil obras de arte. Acevedo explica: ¡°Damos la m¨¢xima importancia a que el nuestro sea un espacio seguro¡±, y por ello estamos siendo muy prudentes en este proceso de vuelta progresiva a la actividad normal. De momento, mantenemos techos y cupos de visitantes, no hemos retirado ninguna de las medidas de prevenci¨®n sanitaria adoptadas como consecuencia de la covid y no vamos a dar marcha atr¨¢s a cambios reci¨¦n introducidos, como la plena digitalizaci¨®n de entradas y la desaparici¨®n del papel¡±.
El museo no hace uso de medidas de control de temperatura, por considerarlas de una eficacia ¡°bastante relativa¡±, pero s¨ª controla activamente el uso correcto de mascarillas y geles hidroalcoh¨®licos, as¨ª como el respeto de la distancia social en todos los espacios, ¡°tanto en la exposici¨®n permanente como en las temporales¡±. Su uso de la tecnolog¨ªa permite un control ¡°exhaustivo dentro de la discreci¨®n, con un sistema de c¨¢maras, detectores y protecciones digitalizadas que cubre toda la superficie de exposici¨®n, as¨ª como esc¨¢neres de control y software de reconocimiento facial¡±.
Ochenta personas se encargan en condiciones normales de garantizar la seguridad de un edificio que, seg¨²n detalla Acevedo, ¡°puede acoger a un m¨¢ximo de 1.000 personas a la vez y recibe una media de 2.800 visitantes diarios¡±. En ocasiones especiales, como la inauguraci¨®n de exposiciones temporales o actos con presencia institucional, se suele reforzar el equipo de seguridad ¡°recurriendo a entre cinco y veinte profesionales m¨¢s, seg¨²n las circunstancias, y a medidas especiales como registros exhaustivos¡±.
Al margen de actos oficiales, tambi¨¦n resulta frecuente que el Thyssen reciba visitas de car¨¢cter personal a cargo de personajes VIP, desde reyes a primeros ministros, pasando por presidentes, actrices, directores de cine¡ En muchos de estos casos se reciben preavisos con una antelaci¨®n que puede oscilar ¡°entre varios d¨ªas y unos pocos minutos¡±. Y algunos famosos, como ocurri¨® con actor irland¨¦s Pierce Brosnan, acceden a la sala de inc¨®gnito, lo que hace que se active, en caso de que su presencia sea detectada, ¡°un protocolo de seguimiento discreto, para evitar que se produzcan aglomeraciones o molestias¡±.
Existe un protocolo de seguimiento discreto para visitas de personajes VIP, para evitar que se produzcan aglomeraciones y molestiasEmilio Acebedo, director gerente del Museo Thyssen-Bornemisza
Por ¨²ltimo, Acevedo destaca que uno de los elementos de seguridad m¨¢s importantes del museo que dirige es ¡°un detallado plan de evacuaci¨®n y salvaguarda, que incluye instrucciones detalladas sobre c¨®mo y a d¨®nde habr¨ªa que trasladar cada pieza concreta en caso de que se produzca una cat¨¢strofe que ponga nuestro patrimonio art¨ªstico en peligro¡±. En ese caso, est¨¢ previsto que se trasladen en primer lugar las consideradas ¡°de valor excepcional y prioridad m¨¢xima, que vendr¨ªan a ser algo menos de un 25% del total¡±.
La Sagrada Familia, sin cambios
Otro caso distinto es el de la Sagrada Familia (Barcelona), el monumento espa?ol m¨¢s visitado, con cifras algo superiores a las de la Alhambra de Granada, la mezquita de C¨®rdoba o el Museo del Prado. La bas¨ªlica proyectada por Antoni Gaud¨ª sigue de momento con su aforo reducido a un m¨¢ximo de 500 visitantes por hora y adoptando medidas de prevenci¨®n, seg¨²n detallan sus responsables, ¡°como el cierre temporal de algunos espacios de reducidas dimensiones o particularmente estrechos (el camino de la liturgia, el museo o el claustro del Roser), el sentido ¨²nico de las visitas para facilitar as¨ª que se respete el protocolo de distancia social o la desinfecci¨®n continua con productos virucidas de todos los espacios de acceso p¨²blico¡±. Peajes m¨¢s que razonables, en fin, para que el acceso al patrimonio cultural de nuestro pa¨ªs pueda volver a ser multitudinario sin por ello dejar de ser seguro.