El blanqueo de dinero es el tal¨®n de Aquiles de Putin
El arma m¨¢s poderosa es la de perseguir las fortunas de los oligarcas en el extranjero, que suponen el 85% del PIB del pa¨ªs
Estados Unidos y sus aliados no van a intervenir con fuerzas propias contra la invasi¨®n de Ucrania por parte de Vlad¨ªmir Putin. Dejar¨¦ que otros con experiencia en la materia hagan conjeturas sobre si vamos a mandar m¨¢s armas al Gobierno ucranio o, en caso de que el ataque ruso logre r¨¢pidamente su objetivo, ayudaremos a armar a la resistencia ucrania.
Sin embargo, la respuesta de Occidente a la brutal agresi¨®n de Putin consistir¨¢ principalmente en...
Estados Unidos y sus aliados no van a intervenir con fuerzas propias contra la invasi¨®n de Ucrania por parte de Vlad¨ªmir Putin. Dejar¨¦ que otros con experiencia en la materia hagan conjeturas sobre si vamos a mandar m¨¢s armas al Gobierno ucranio o, en caso de que el ataque ruso logre r¨¢pidamente su objetivo, ayudaremos a armar a la resistencia ucrania.
Sin embargo, la respuesta de Occidente a la brutal agresi¨®n de Putin consistir¨¢ principalmente en sanciones financieras y econ¨®micas. ?Hasta qu¨¦ punto pueden ser efectivas estas sanciones? La respuesta es que pueden serlo mucho si Occidente muestra la voluntad de asumir su propia corrupci¨®n y est¨¢ dispuesto a hacerlo.
Seg¨²n criterios convencionales, el r¨¦gimen de Putin no parece muy vulnerable, al menos a corto plazo. Es cierto que Rusia acabar¨¢ pagando un alto precio. No habr¨¢ m¨¢s acuerdos sobre gasoductos ni apenas inversiones extranjeras directas. Al fin y al cabo, ?qui¨¦n va a querer establecer compromisos duraderos con un pa¨ªs cuya jefatura autocr¨¢tica ha mostrado un desprecio tan temerario por el Estado de derecho? Pero estas consecuencias de la agresi¨®n de Putin tardar¨¢n a?os en hacerse visibles. Y en cuanto a las sanciones comerciales, parece que el margen es limitado. De esto podemos y debemos culpar a Europa, que tiene muchas m¨¢s relaciones comerciales con Rusia que Estados Unidos.
Por desgracia, los europeos se han permitido in¨²tilmente llegar a ser enormemente dependientes de las importaciones de gas natural ruso. Esto significa que, en el caso de que intentaran cortar por completo las exportaciones rusas, se impondr¨ªan a s¨ª mismos escasez y precios alt¨ªsimos. Si la provocaci¨®n alcanza un nivel suficiente, podr¨ªan llegar a hacerlo; las modernas econom¨ªas avanzadas pueden ser incre¨ªblemente resilientes en tiempos de necesidad.
Pero es probable que ni siquiera la invasi¨®n de Ucrania baste para persuadir a Europa para que haga esa clase de sacrificios. Resulta revelador, y no en el buen sentido, que Italia quiera que los art¨ªculos de lujo ¡ªque a la ¨¦lite rusa le encanta comprar¡ª se excluyan del paquete de sanciones.
Las sanciones financieras, que reducir¨ªan la capacidad de Rusia de reunir y mover dinero en el extranjero, son m¨¢s f¨¢ciles de aplicar, y de hecho, el jueves el presidente Biden anunci¨® que tomar¨ªa medidas en¨¦rgicas contra los bancos rusos. Pero los efectos ser¨¢n limitados a menos que Rusia sea excluida de SWIFT, el sistema de pagos interbancarios con sede en B¨¦lgica. Y la exclusi¨®n de SWIFT podr¨ªa significar a efectos pr¨¢cticos la interrupci¨®n del suministro de gas ruso, lo cual nos devuelve al problema de la vulnerabilidad autoinfligida de Europa.
Pero las democracias avanzadas del mundo cuentan con otra poderosa arma financiera frente al r¨¦gimen de Putin, si est¨¢n dispuestas a utilizarla: pueden perseguir las inmensas fortunas en el extranjero de los oligarcas que rodean a Putin y le ayudan a seguir en el poder.
Todo el mundo ha o¨ªdo hablar de los gigantescos yates de estos personajes, de sus franquicias deportivas y de sus incre¨ªblemente caras residencias en m¨²ltiples pa¨ªses. En Gran Breta?a hay tanto dinero ruso a la vista de todos que algunos hablan de Londongrado. Y no son historias aisladas.
Filip Novokment, Thomas Piketty y Grabriel Zucman han se?alado que Rusia ha registrado enormes super¨¢vits comerciales cada a?o desde principios de la d¨¦cada de 1990, lo cual deber¨ªa haber dado lugar a una gran acumulaci¨®n de activos en el extranjero. Sin embargo, seg¨²n las estad¨ªsticas oficiales, los activos de Rusia fuera de sus fronteras solo superan moderadamente al pasivo. ?C¨®mo es posible? La explicaci¨®n obvia es que los rusos ricos han ido llev¨¢ndose cuantiosas sumas y deposit¨¢ndolas en otros pa¨ªses.
Las cifras en cuesti¨®n son alucinantes. Novokment y coautores calculan que, en 2015, las fortunas ocultas en el extranjero de los rusos ricos equival¨ªan a alrededor del 85% del PIB de su pa¨ªs. Para poner las cosas en perspectiva, es como si los amiguetes de un presidente estadounidense se las hubieran ingeniado para ocultar 20 billones de d¨®lares en cuentas en el extranjero. Otro art¨ªculo cofirmado por Zucman descubri¨® que, en Rusia, ¡°la gran mayor¨ªa de las principales fortunas est¨¢n depositadas en el extranjero¡±. Por lo que yo s¨¦, la visibilidad de la ¨¦lite rusa en el exterior no tiene precedentes en la historia, y crea una enorme vulnerabilidad que Occidente puede explotar.
Ahora bien, ?pueden los gobiernos democr¨¢ticos perseguir estos activos? S¨ª. Tal como yo lo veo, la base legal ya existe, por ejemplo, en la Ley para Contrarrestar a los Adversarios de Estados Unidos mediante Sanciones, y tambi¨¦n la capacidad t¨¦cnica. De hecho, Gran Breta?a congel¨® los activos de tres prominentes compinches de Putin a principios de esta semana, y podr¨ªa dar el mismo trato a otros muchos.
As¨ª pues, tenemos los medios para someter a una enorme presi¨®n financiera al r¨¦gimen de Putin (y no a la econom¨ªa rusa), pero, ?estamos dispuestos a hacerlo? Esta es la pregunta del bill¨®n de rublos. En este punto se presentan dos hechos inc¨®modos. El primero es que hay bastantes personas influyentes, tanto en los negocios como en la pol¨ªtica, que comparten profundos enredos financieros con los clept¨®cratas rusos. Esto es especialmente cierto en Gran Breta?a. El segundo es que ser¨¢ dif¨ªcil perseguir el dinero ruso blanqueado sin complicarles la vida a todos los que practican el blanqueo, sean de donde sean. Y si bien los plut¨®cratas rusos pueden ser los campeones del mundo en este deporte, desde luego no son los ¨²nicos: los megarricos de todo el planeta tienen dinero escondido en cuentas en el extranjero.
Lo que esto significa es que adoptar medidas eficaces contra el punto m¨¢s d¨¦bil de Putin exigir¨ªa enfrentarse a la propia corrupci¨®n de Occidente y derrotarla. ?Puede el mundo democr¨¢tico estar a la altura de este desaf¨ªo? Lo veremos en los pr¨®ximos meses.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2022.
Traducci¨®n de News Clips