Criptomonedas, billetes de 100 d¨®lares y los actores malignos
Tras el desplome de las cotizaciones ser¨¢ interesante saber qu¨¦ ocurrir¨¢ cuando los Gobiernos se tomen en serio la regulaci¨®n del bitcoin y sus ¡®hermanos¡¯
Con el desplome de los precios de las criptomonedas al empezar los bancos centrales a subir los tipos de inter¨¦s, muchos se est¨¢n preguntando si es el principio del fin de la burbuja. Tal vez no todav¨ªa. Pero un mayor coste de oportunidad del dinero hace que bajen de forma desproporcionada los precios de los activos cuyos principales usos se encuentran en el futuro. Los tipos de inter¨¦s baj¨ªsimos favorecieron a las criptomonedas, y los j¨®venes inversores est¨¢n sintiendo ahora lo que ...
Con el desplome de los precios de las criptomonedas al empezar los bancos centrales a subir los tipos de inter¨¦s, muchos se est¨¢n preguntando si es el principio del fin de la burbuja. Tal vez no todav¨ªa. Pero un mayor coste de oportunidad del dinero hace que bajen de forma desproporcionada los precios de los activos cuyos principales usos se encuentran en el futuro. Los tipos de inter¨¦s baj¨ªsimos favorecieron a las criptomonedas, y los j¨®venes inversores est¨¢n sintiendo ahora lo que sucede cuando los tipos de inter¨¦s suben.
Una cuesti¨®n m¨¢s interesante es la de qu¨¦ ocurrir¨¢ cuando los gobiernos se tomen en serio la regulaci¨®n del bitcoin y sus hermanos. De las principales econom¨ªas, hasta ahora solamente China ha empezado a hacerlo. La mayor¨ªa de los responsables pol¨ªticos han intentado cambiar de tema al hablar de las monedas digitales emitidas por los bancos centrales (CBDC por sus siglas en ingl¨¦s).
Pero esto es una especie de non sequitur. Aunque es probable que las CBDC incluyan caracter¨ªsticas de privacidad para las transacciones peque?as, las operaciones de mayor envergadura requerir¨¢n casi con toda seguridad que los individuos revelen su identidad. Por el contrario, uno de los mayores atractivos de las criptomonedas privadas es la oportunidad que ofrecen de eludir a los gobiernos. Es cierto que las transacciones de criptomonedas son completamente rastreables a trav¨¦s del libro mayor de la cadena de bloques, pero los usuarios suelen crear cuentas con seud¨®nimos, por lo que son dif¨ªciles de identificar sin otra informaci¨®n, la cual es costosa de obtener.
Algunos economistas sostienen ingenuamente que no es especialmente urgente regular el bitcoin y similares, porque las criptomonedas son dif¨ªciles y caras de utilizar para las transacciones. Intenten venderles eso a los responsables pol¨ªticos de las econom¨ªas en desarrollo, donde las criptomonedas se han erigido en un importante veh¨ªculo para eludir impuestos, regulaciones y controles de capital.
Para los pa¨ªses m¨¢s pobres con una capacidad estatal limitada, las criptomonedas constituyen un problema cada vez mayor. Los ciudadanos no necesitan ser unos expertos inform¨¢ticos para sortear a las autoridades. Basta con que accedan a uno de los varios intercambios sencillos ¡°fuera de la cadena¡±. Aunque las transacciones de criptomonedas intermediadas por un tercero son, en principio, rastreables, los intercambios est¨¢n basados en econom¨ªas avanzadas. En la pr¨¢ctica, esto convierte la informaci¨®n en pr¨¢cticamente inaccesible para las autoridades de los pa¨ªses pobres.
Pero ?no es esto simplemente cumplir con la promesa de las criptomonedas de ayudar a los ciudadanos a eludir a los gobiernos corruptos, ineficientes y poco fiables? Tal vez, pero, al igual que los billetes de 100 d¨®lares, las criptomonedas en el mundo en desarrollo son tan propensas a ser utilizadas por actores malignos como por ciudadanos corrientes.
Por ejemplo, Venezuela es un actor importante en los mercados de criptomonedas, en parte porque los expatriados las utilizan para enviar dinero de un lado a otro sin que sea requisado por el r¨¦gimen corrupto del pa¨ªs. Pero las criptomonedas tambi¨¦n son utilizadas por los militares venezolanos en sus operaciones de contrabando de drogas, por no hablar de las personas ricas y con conexiones pol¨ªticas sujetas a sanciones financieras. Dado que Estados Unidos aplica actualmente estas sanciones a m¨¢s de una docena de pa¨ªses, cientos de entidades y miles de individuos, las criptomonedas se convierten en un refugio natural.
Una de las razones por las que los reguladores de las econom¨ªas avanzadas han tardado en actuar es la opini¨®n de que, mientras los problemas relacionados con las criptomonedas afecten principalmente al resto del mundo, estos problemas no les incumben. Aparentemente aceptan la idea de que las criptomonedas son esencialmente activos en los que invertir, y que el valor de cualquier transacci¨®n carece de importancia; a los reguladores les preocupa m¨¢s la protecci¨®n de los inversores nacionales y la estabilidad financiera.
Pero la teor¨ªa econ¨®mica ha demostrado hace tiempo que el valor de cualquier dinero depende en ¨²ltima instancia de sus posibles usos ocultos. Puede que los mayores inversores en criptomonedas se encuentren en las econom¨ªas avanzadas, pero los usos, y los perjuicios, se han producido hasta ahora principalmente en los mercados emergentes y en las econom¨ªas en desarrollo. Incluso se podr¨ªa argumentar que, en cierto sentido, invertir en veh¨ªculos digitales de econom¨ªas avanzadas viene a ser lo mismo que invertir en diamantes conflictivos.
Lo m¨¢s probable es que los gobiernos de las econom¨ªas avanzadas se den cuenta de que los problemas de las criptomonedas acabar¨¢n volviendo por donde han venido. Cuando eso ocurra, se ver¨¢n obligados a prohibir ampliamente las divisas digitales que no permitan rastrear f¨¢cilmente la identidad de los usuarios (a menos que los avances tecnol¨®gicos acaben por eliminar todo vestigio de anonimato, y en ese caso los precios de las criptomonedas se hundir¨¢n por s¨ª solos). La prohibici¨®n tendr¨ªa que extenderse, claro est¨¢, a las instituciones financieras y a las empresas, y probablemente tambi¨¦n incluir¨ªa algunas restricciones para los particulares.
Semejante medida rebajar¨ªa dr¨¢sticamente los precios actuales de las criptomonedas al reducir la liquidez. Por supuesto, las restricciones ser¨¢n m¨¢s efectivas cuantos m¨¢s pa¨ªses las apliquen, pero no es necesaria su aplicaci¨®n universal para que tengan un impacto local significativo.
?Puede adoptarse alguna versi¨®n de una prohibici¨®n? Como ha demostrado China, es relativamente f¨¢cil cerrar las bolsas de criptomonedas que la mayor¨ªa de la gente utiliza para comerciar con divisas digitales. Es m¨¢s dif¨ªcil impedir las transacciones ¡°en cadena¡±, ya que los individuos ocultos son m¨¢s dif¨ªciles de identificar. Ir¨®nicamente, una prohibici¨®n efectiva de las criptomonedas del siglo XXI tambi¨¦n podr¨ªa requerir la eliminaci¨®n progresiva (o al menos la reducci¨®n) del dispositivo mucho m¨¢s antiguo del papel moneda, ya que el efectivo es, con diferencia, la forma m¨¢s conveniente para que la gente ¡°introduzca¡± fondos en sus carteras digitales sin que sea f¨¢cil de detectar. A modo de aclaraci¨®n, no estoy insinuando que deban limitarse todas las aplicaciones de la cadena de bloques. Por ejemplo, las stablecoins [monedas digitales vinculadas con activos de reserva estables] reguladas, respaldadas por un balance del banco central, pueden seguir prosperando, pero es necesario que exista un mecanismo legal sencillo para rastrear la identidad de un usuario si hace falta.
?Cu¨¢ndo, si es que ocurre alguna vez, habr¨¢ una regulaci¨®n m¨¢s estricta de las criptomonedas? Si no llega una crisis, podr¨ªa tardar muchas d¨¦cadas, especialmente si los principales actores de las criptomonedas invierten enormes sumas en grupos de presi¨®n, como hizo el sector financiero en el periodo previo a la crisis financiera mundial de 2008. Pero lo m¨¢s seguro es que no lleve tanto tiempo. Por desgracia, lo m¨¢s probable es que la crisis de las criptomonedas llegue m¨¢s pronto que tarde.
Kenneth Rogoff, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional, es profesor de Econom¨ªa y Pol¨ªticas P¨²blicas en la Universidad de Harvard.