La m¨¢quina de difusi¨®n de la productividad est¨¢ averiada
En la batalla por el talento, las compa?¨ªas m¨¢s productivas pueden ofrecer mejores salarios
La desaceleraci¨®n del ritmo de avance de la productividad experimentada por las econom¨ªas avanzadas desde comienzos del siglo XXI es un problema bien conocido. Tambi¨¦n lo es la existencia de importantes diferencias en productividad entre las empresas, incluso las pertenecientes a una misma industria. En consecuencia, centrarse exclusivamente en la productividad agregada, o por industrias, puede llevar a tomar decisiones equivocadas.
El mayor crecimiento de la productividad en las empresas l¨ªderes ha generado una brecha con el resto que se ha ido ampliando con el tiempo. Este fen¨®meno co...
La desaceleraci¨®n del ritmo de avance de la productividad experimentada por las econom¨ªas avanzadas desde comienzos del siglo XXI es un problema bien conocido. Tambi¨¦n lo es la existencia de importantes diferencias en productividad entre las empresas, incluso las pertenecientes a una misma industria. En consecuencia, centrarse exclusivamente en la productividad agregada, o por industrias, puede llevar a tomar decisiones equivocadas.
El mayor crecimiento de la productividad en las empresas l¨ªderes ha generado una brecha con el resto que se ha ido ampliando con el tiempo. Este fen¨®meno contradice una de las conclusiones b¨¢sicas de los modelos de crecimiento m¨¢s establecidos, que postulan lo contrario: el crecimiento m¨¢s r¨¢pido de las m¨¢s atrasadas aprovechando la posibilidad de copiar de las mejores. Una explicaci¨®n es que las innovaciones y los avances tecnol¨®gicos realizados por las l¨ªderes se difunden muy lentamente aguas abajo. Es lo que se conoce como la ¡°aver¨ªa de la m¨¢quina de difusi¨®n¡±. Por otra parte, las divergencias en las tasas de crecimiento de la productividad son todav¨ªa m¨¢s intensas entre las empresas m¨¢s rezagadas, lo que sugiere que la velocidad de difusi¨®n es todav¨ªa m¨¢s lenta para este colectivo. Las razones anteriores justifican el inter¨¦s por descender de la macro a la micro aprovechando la informaci¨®n para empresas individuales contenida en la base de datos MultiProd de la OCDE, disponible para un n¨²mero amplio de pa¨ªses, entre los que no se encuentra Espa?a.
Esta base de datos permite constatar que el grupo de las m¨¢s rezagadas est¨¢ constituido por empresas j¨®venes, peque?as y muy heterog¨¦neas entre s¨ª. En general, se distinguen tres grupos: 1. Lo que se conoce como empresas zombis, las que en condiciones competitivas desaparecer¨ªan del mercado; 2. Empresas que operan por debajo de su escala eficiente en sus comienzos, pero cuentan con importante potencial de crecimiento; y 3. Las pymes que por el tipo de negocio al que se dedican tienen m¨¢s limitada su capacidad de crecer en tama?o y productividad. La heterogeneidad del grupo exige tomar medidas distintas y espec¨ªficas para cada colectivo, tal como contempla el Plan de Recuperaci¨®n, Transformaci¨®n y Resiliencia con la Ley Concursal para el primero, la de start-ups para el segundo, y la ley Crea y Crece para el tercero.
Ya se ha mencionado la divergencia en productividad entre las empresas l¨ªderes y el resto. Sin embargo, cuando se considera el conjunto del tejido empresarial, y no solo estos dos grupos, se comprueba que los menores crecimientos de productividad se producen en el grupo de empresas que ocupan posiciones intermedias. Al entrar en mayor detalle, dos resultados son especialmente interesantes. El primero es que la velocidad de convergencia es mayor para las empresas j¨®venes que estar¨¢n probablemente ligadas a sectores m¨¢s din¨¢micos. El segundo, que la velocidad es menor en las empresas pertenecientes a industrias que utilizan las nuevas tecnolog¨ªas con mayor intensidad. Este segundo resultado ¡ªque podr¨ªa parecer en principio chocante¡ª se explica porque el aprovechamiento de las ventajas de la digitalizaci¨®n requiere empresas con pr¨¢cticas de gesti¨®n y personal cualificado adaptado para operar en entornos digitales innovadores. Es decir, requiere empresas que inviertan m¨¢s en intangibles, y esto es m¨¢s probable que ocurra en las empresas m¨¢s productivas, lo que explicar¨ªa la ampliaci¨®n de la brecha con el resto.
Desde la perspectiva de las pol¨ªticas que pueden contribuir a reparar la ¡°m¨¢quina de difusi¨®n¡±, hay acuerdo generalizado en tres ¨¢reas de intervenci¨®n: capital humano, I+D y financiaci¨®n. Seguramente el mayor problema se encuentre en el primero, en el desacoplamiento existente entre la demanda y la oferta de trabajo cualificado. En la batalla por captarlo, las empresas m¨¢s productivas pueden ofrecer mejores salarios, absorbiendo una oferta que es limitada, ampliando con ello la brecha con las que no pueden competir en la lucha por el conocimiento y el talento a no ser que ofrezcan un incentivo con la participaci¨®n en resultados. En segundo lugar, una pol¨ªtica de apoyo decidido a la I+D tiene el potencial de estimular la difusi¨®n y la capacidad de absorci¨®n del conocimiento. La intensificaci¨®n de las relaciones entre la Universidad y la empresa resulta clave, contribuyendo a reforzar ambas ¨¢reas: capital humano e I+D. Por ¨²ltimo, las barreras a la financiaci¨®n son muy superiores para las empresas m¨¢s rezagadas, especialmente para las m¨¢s tecnol¨®gicas e innovadoras cuyo capital es intangible y con mayores dificultades para ser utilizado como colateral. Esto es un freno importante para las econom¨ªas con sistemas financieros tan bancarizados como la nuestra.