Mucha empresa diminuta y poco valor
El tama?o medio de las compa?¨ªas en Espa?a es muy reducido, lo que resta capacidad de competir al lastrar la productividad
El pa¨ªs A tiene 715 empresas por cada 10.000 ciudadanos mientras que en el B solo hay 396. ?Cu¨¢l de los dos tiene mayor renta per capita? La respuesta es el B, pero no por el menor n¨²mero de empresas, sino porque las que tiene venden m¨¢s, poseen mayor capacidad empleadora y van por delante en los ¨ªndices de productividad. Y s¨ª, el pa¨ªs B es Alemania y el A ya se lo puede usted imaginar.
En Espa?a, el insuficiente tama?o que alcanzan las empresas es un tema que viene preocupando a gobiernos en distintas legislaturas aunque por ahora ninguno lo haya logrado solucionar. Las estimaciones del ejemplo inicial son de 2018 (con datos de Statista y de Eurostat), pero las cosas no parecen haber cambiado. De acuerdo con los c¨¢lculos del INE para 2020, el 99,23% de las empresas espa?olas no llegan ni a la definici¨®n de mediana (entre 50 y 249 empleados); y un 82,81% tienen a menos de tres personas en plantilla.
La generaci¨®n de econom¨ªas de escala, tener m¨¢s recursos para exportar y acceder a financiaci¨®n m¨¢s barata son tres de las razones cl¨¢sicas para explicar por qu¨¦ las empresas m¨¢s grandes suelen ser tambi¨¦n las m¨¢s productivas. Seg¨²n el economista Jos¨¦ Mois¨¦s Mart¨ªn Carretero, la otra gran virtud es su potencial como generadoras de empleos. Las microempresas fijan puestos de trabajo en el territorio y especialmente en zonas poco pobladas, dice, pero tambi¨¦n le ponen l¨ªmite al crecimiento en el n¨²mero de empleos. ¡°Un bar te va a crear 2 empleos, pero no te crea un tercero; la microempresa puede pasar de 1 a 2 empleos o de 8 a 9, pero casi nunca va a pasar de 14 a 600¡å, dice.
Se suele argumentar que la mayor importancia de la industria en pa¨ªses como Alemania est¨¢ directamente relacionada con la necesidad de sus empresas de crecer y generar econom¨ªas de escala. Pero en el sector terciario, m¨¢s relevante en Espa?a, las sinergias son igual de necesarias. ¡°No es lo mismo el quiosquero de la esquina que la consultora McKinsey, y las dos son servicios¡±, explica Mart¨ªn Carretero, para quien los bares y restaurantes tambi¨¦n se beneficiar¨ªan mucho del crecimiento, como demuestran las ¡°enormes econom¨ªas de escala de las franquicias en el dise?o del men¨², en la negociaci¨®n con proveedores, en el marketing o en la experiencia de usuario¡ Incluso en ese tipo de servicios se gana productividad con el tama?o¡±.
M¨¢s burocracia
Otra explicaci¨®n recurrente sobre el tama?o empresarial en Espa?a es la que hace referencia a las obligaciones administrativas, que se disparan cuando el per¨ªmetro crece: presentaciones del IVA m¨¢s regulares, fin de los m¨¦todos abreviados para las cuentas anuales, obligaci¨®n de contratar auditor¨ªas, creaci¨®n de comit¨¦s de empresa para representar los intereses de los trabajadores¡ Seg¨²n el presidente de la patronal Cepyme, Gerardo Cuerva, ¡°las obligaciones administrativas a las que se est¨¢ sometido a partir de los 50 trabajadores hacen que se sea mucho m¨¢s ineficiente en la propia empresa, y la gente es reticente a incrementar porque se le vienen unas obligaciones y una burocracia asociada que hacen que deje de ser atractivo¡±. En su opini¨®n, el Gobierno facilitar¨ªa el crecimiento de las pymes si algunas de esas regulaciones fueran pospuestas o introducidas de manera m¨¢s gradual, para que no se conviertan en una frontera tan evidente.
Carlos Mart¨ªn Urriza, director del gabinete econ¨®mico de CC OO, no lo cree as¨ª. ¡°Se ve cierto apelotonamiento [en el n¨²mero de empresas con casi 50 empleados], pero no mucho, y en cualquier caso similar al que se da en todos los pa¨ªses de Europa, as¨ª que esa no es la verdadera limitaci¨®n al crecimiento¡±, dice. Donde el economista del sindicato s¨ª coincide con Cuerva es en las dificultades que enfrentan las peque?as empresas para crecer debido a la competencia fiscal y financiera que ejercen las grandes. Como se supo a principios de octubre, 20 multinacionales con sede en Espa?a pagaron una tasa real en el impuesto de sociedades inferior al 2% y una gran mayor¨ªa se mantuvo por debajo del 15%, frente al 25% que terminan pagando la mayor¨ªa de las pymes. Como dice Cuerva, ¡°a la empresa peque?a le resulta muy dif¨ªcil tener a gente buscando todas esas posibles deducciones¡±.
Las condiciones de financiaci¨®n representan la otra gran desigualdad: las grandes logran mejores pr¨¦stamos si se comparan con las comisiones bancarias que encarecen los cr¨¦ditos de las pymes, o directamente buscan dinero en los mercados financieros y con tipos excepcionalmente bajos.
Pero tal vez sea la competencia en los costes laborales donde m¨¢s se siente la diferencia entre grandes y peque?as. Seg¨²n Mart¨ªn Urriza, desde que la reforma laboral de 2012 permiti¨® que las condiciones del convenio de empresa primasen sobre las del sectorial, muchas corporaciones de trabajo temporal armaron empresas que usaban pr¨¢cticas fraudulentas para negociar convenios a la baja y ofrecerse despu¨¦s a las grandes como subcontratas. ¡°Reponedores, responsables de limpieza, vigilantes¡ Las peque?as que antes operaban en esos sectores se han encontrado con que pierden mercado porque compiten con los sueldos m¨¢s bajos y las jornadas m¨¢s largas de las grandes con servicios prestados desde empresas de trabajo temporal¡±.
?Son m¨¢s productivas porque son m¨¢s grandes? ?O crecieron porque eran m¨¢s productivas? Para el catedr¨¢tico de Direcci¨®n y Organizaci¨®n de Empresas en la Universidad de Zaragoza Vicente Salas, el primer enfoque es el correcto. La menor productividad en Espa?a, dice, no tiene tanto que ver con el capital f¨ªsico como con las diferencias en el capital humano y de conocimientos. En sus investigaciones, Salas y el catedr¨¢tico en Gesti¨®n de Empresas Emilio Huerta (Universidad P¨²blica de Navarra) han puesto el ¨¦nfasis en lo que ellos llaman el capital organizacional y la capacidad de las empresas para funcionar con mayor flexibilidad y autonom¨ªa interna. ¡°Es uno de los factores que est¨¢n condicionando la productividad de las empresas espa?olas y, por tanto, tambi¨¦n su capacidad de crecer¡±, explica.
El potencial de crecimiento en las organizaciones est¨¢ ligado a la capacidad de su equipo directivo para gestionar recursos. En sus propias palabras, si un equipo es capaz de gestionar un determinado volumen de empleados o de negocios, cuando sobrepase ese l¨ªmite se volver¨¢ ineficiente. De ah¨ª que sea tan importante la posibilidad de delegar y descentralizar la toma de decisiones.
¡°Lo que nosotros encontramos en los estudios es que en otros pa¨ªses esa capacidad para delegar es mayor que en Espa?a¡±, dice. Muy resumido, lo que sus investigaciones demuestran es que el control a los empleados y la falta de delegaci¨®n hacen que los empresarios derrochen un tiempo precioso (o capacidad de gesti¨®n) que podr¨ªan estar empleando en imaginar estrategias de crecimiento.
No es que los empresarios espa?oles hayan salido de la nada. Seg¨²n Salas, en las empresas de los pa¨ªses del norte de Europa hay m¨¢s equipos aut¨®nomos de trabajo y m¨¢s sistemas de retribuci¨®n vinculados a resultados individuales, pero tambi¨¦n m¨¢s gente respondiendo que s¨ª a la siguiente pregunta: ¡°En general, ?tiende usted a confiar en el resto de personas con las que se relaciona?¡±. ¡°Hay unos patrones que se observan en Espa?a y en los pa¨ªses del sur de Europa, frente a los pa¨ªses del norte, que podr¨ªan estar relacionados con la calidad institucional en un sentido m¨¢s amplio¡±, dice Salas.
El hecho de que el estilo ¡°ordeno, mando y controlo¡± est¨¦ m¨¢s presente en Espa?a que en los pa¨ªses del norte tambi¨¦n se debe a la especializaci¨®n en un tipo de negocio de menor valor a?adido. Como dice Emilio Huerta, ¡°no es lo mismo tener 350.000 bares y restaurantes que 350.000 empresas de alta tecnolog¨ªa¡±. En su opini¨®n, la ambici¨®n de parte del empresariado espa?ol es muy limitada, centrada en negocios de restauraci¨®n y de hosteler¨ªa con escaso atractivo y pocas oportunidades de crecimiento.
¡°En el contexto europeo, los espa?oles que montan una empresa tienen una formaci¨®n m¨¢s limitada que los alemanes y los franceses, y eso tambi¨¦n marca la diferencia en la ambici¨®n del proyecto empresarial y en la calidad de la gesti¨®n¡±, dice. En su opini¨®n, una forma de solucionarlo ser¨ªa profesionalizar la gesti¨®n: que esas personas que armaron la empresa a base de dinero, ingenio y esfuerzo sean capaces de dar un paso a un lado para contratar a directivos cuyo nivel de formaci¨®n s¨ª es comparable al de los vecinos europeos.
Seg¨²n Huerta, ¡°lo del control es una manera antigua de gestionar, construida desde la desconfianza, pero hoy el liderazgo tiene que ir mucho m¨¢s all¨¢ del mando y control, que es lo que se observa en muchas empresas espa?olas, unos pocos tomando decisiones y una mayor¨ªa ejecut¨¢ndolas¡±.
Colesterol bueno
Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (Afi), lo explica con un s¨ªmil: ¡°La productividad es como el colesterol, puede ser de la buena o de la mala¡±. La mala es la que reduce los costes al m¨¢ximo, una estrategia que seg¨²n ¨¦l es pan para hoy y hambre para ma?ana, ¡°porque si la supervivencia de la empresa en una econom¨ªa avanzada como la espa?ola se tiene que basar en salarios superbajos, ya habr¨¢ alguna en Marruecos o en cualquier pa¨ªs emergente capaz de tener costes a¨²n m¨¢s bajos¡±. El objetivo deber¨ªa ser que la econom¨ªa espa?ola base su supervivencia en el colesterol bueno, dice. Es decir, la productividad entendida como capacidad de innovar y de hacer mejor las cosas: ¡°La productividad entendida como productividad multifactorial, que es la que incorpora la calidad del empresario¡±.
Seg¨²n Huerta, las empresas espa?olas est¨¢n caminando demasiado lentamente hacia la reducci¨®n en niveles jer¨¢rquicos y hacia el aumento en el n¨²mero de equipos de trabajo descentralizados. Ontiveros, que tambi¨¦n es catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Empresa en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, se muestra m¨¢s optimista. ¡°Una parte significativa de los mejores alumnos est¨¢ optando por crear su propia empresa o incorporarse a la de su familia para modernizarla¡±, dice. ¡°Hace apenas 20 a?os, cuando el ¨²ltimo d¨ªa de clase yo preguntaba qu¨¦ iban a hacer, ninguno de los mejores expedientes quer¨ªa asumir la actividad empresarial, lo que quer¨ªan era opositar o trabajar en banca¡±.
Adem¨¢s de su percepci¨®n personal, dice, han mejorado los niveles de innovaci¨®n y exportaci¨®n: ¡°Nunca como hoy las empresas espa?olas hab¨ªan vendido fuera una parte tan significativa de su producci¨®n, y tambi¨¦n est¨¢ habiendo un incremento moderado pero claro en el registro de patentes¡±.
En las estad¨ªsticas de Eurostat de 2019, Espa?a ten¨ªa un 26,3% de temporalidad, casi el doble del promedio de 13,6% para toda la Uni¨®n Europea (UE). Hace a?os que la UE viene pidiendo a Espa?a que reduzca la alta temporalidad de su mercado laboral, una caracter¨ªstica que habr¨ªa favorecido a las empresas que explotan la llamada productividad mala, con menor potencial de crecimiento.
Seg¨²n Mart¨ªn Urriza, el abuso del contrato de obra y servicio que se cre¨® a finales de los ochenta con el objetivo de agilizar el mercado laboral ha tenido el efecto pernicioso de romper los procesos productivos y desincentivar los procesos de capacitaci¨®n de los empleados. ¡°Te mueve hacia una econom¨ªa menos productiva porque las empresas se especializan en procesos de menor valor a?adido donde es f¨¢cil que rote la mano de obra, eso es lo que facilita el contrato temporal¡±, explica. ¡°Aparte, produce una econom¨ªa m¨¢s bul¨ªmica, genera m¨¢s empleo cuando crece, pero tambi¨¦n lo destruye m¨¢s cuando cae¡±.
El ejemplo m¨¢s evidente, dice, es el de las constructoras que crean una empresa con el inicio de la obra y la cierran cuando finaliza, dando por terminada la relaci¨®n laboral con los obreros hasta la pr¨®xima edificaci¨®n. ¡°Nuestra tasa de temporalidad en construcci¨®n es del 40% cuando en Europa es del 20% porque tienen empresas de construcci¨®n m¨¢s grandes que mueven a los trabajadores de una obra a otra¡±, explica. ¡°Es como si a los bomberos les hicieran un contrato por cada fuego que tienen que apagar¡±, dice el economista de CC OO.
Motivos de esperanza
Este a?o se public¨® el anteproyecto de ley de Creaci¨®n y Crecimiento de Empresas, cuya medida estrella es reducir el capital social necesario para armar una sociedad: de 3.000 euros pasa a un solo euro. La propuesta legislativa parece m¨¢s centrada en la creaci¨®n de nuevas empresas que en facilitarle la vida a las pymes existentes, aunque tambi¨¦n hay medidas para ellas, como la introducci¨®n de la factura electr¨®nica, de mecanismos para reducirles los niveles de impago y morosidad, y de mejoras en el acceso al capital riesgo y a la financiaci¨®n colectiva llamada crowdfunding.
A corto plazo, la factura electr¨®nica puede tener costes de introducci¨®n para las pymes, pero en el sector ha sido recibida como positiva por los ahorros que generar¨¢ en sistemas de almacenamiento y gesti¨®n de papeles. Seg¨²n Salas, la digitalizaci¨®n y la adaptaci¨®n a requisitos medioambientales cada vez m¨¢s estrictos terminar¨¢n mejorando la productividad porque exigir¨¢n una mejor calidad en la gesti¨®n. ¡°Hay que tomar conciencia de que las inversiones en tecnolog¨ªa tienen que ir acompa?adas de formas de gesti¨®n m¨¢s descentralizadas para poder sacar el m¨¢ximo provecho, no es solo una cuesti¨®n de invertir en tecnolog¨ªa, sino en modelos de organizaci¨®n y de funcionamiento m¨¢s participativos¡±.
La competencia fiscal entre empresas diminutas y empresas gigantescas, otro de los escollos para el crecimiento, tambi¨¦n podr¨ªa reducirse si el Gobierno sigue adelante con el plan anunciado en octubre de fijar en un 15% el tipo m¨ªnimo del impuesto de sociedades para grandes empresas. En financiaci¨®n, como dice Cuerva, a¨²n falta mucho por hacer para que los programas oficiales de ayuda a la internacionalizaci¨®n y al crecimiento lleguen de verdad a los peque?os. ¡°Una de nuestras obsesiones en Cepyme es trasladar toda esta informaci¨®n, que no llega a calar en el tejido empresarial, algo que recrimino a los gobiernos porque se conforman con anunciar los programas sin un seguimiento para que de verdad se utilicen¡±, dice.
?Y la capacidad de delegar de los empresarios? ?Esa c¨®mo se mejora? Por ahora, dice Salas, hay quien se limita a pronunciar la f¨®rmula basada en ¡°aumentar la confianza¡± como si bastara con eso. En cualquier caso, su opini¨®n es que hemos pasado demasiado tiempo hablando de mercados externos y demasiado poco hablando de lo interno, de c¨®mo funcionan de verdad nuestras empresas. ¡°No hemos prestado tanta atenci¨®n al cuello de botella que condiciona la productividad¡±, dice. ¡°Estamos en un momento de toque de atenci¨®n¡±.
Los secretos de las ¡®Mittelstand¡¯
Que en Espa?a abunden las microempresas y que haya menos empresas con m¨¢s de 50 empleados que en Alemania no significa que no haya historias de crecimiento exitoso, m¨¢s all¨¢ de los casos excepcionales de Inditex y de las grandes del Ibex (muchas de ellas deben su tama?o a una primera vida como corporaciones estatales). Pero si Alemania es un referente mundial no es solo por la robustez de sus pymes, sino por su proyecci¨®n internacional. Seg¨²n el consultor Hermann Simon, pr¨¢cticamente la mitad de las pymes que est¨¢n entre los l¨ªderes del sector en el ¨¢mbito global vienen de Alemania.
Simon es autor de Hidden Champions (Campeones ocultos), un libro en torno a una categor¨ªa creada por ¨¦l con empresas que re¨²nen estas caracter¨ªsticas: estar entre las tres primeras del mundo de su sector (o ser la primera de su continente); tener ingresos por debajo de los 500 millones de euros; y ser relativamente desconocidas para el gran p¨²blico. ¡°No estoy hablando de empresas como BMW, Mercedes o Siemens, sino de este tipo de pyme que representa el coraz¨®n de la econom¨ªa alemana¡±, explica.
Buscando entender por qu¨¦ el 46% de estos campeones ocultos son pymes alemanas, Simon identific¨® una posible raz¨®n hist¨®rica: ¡°Alemania no era una naci¨®n hasta hace muy poco, y la ¨²nica forma de crecer para un emprendedor de M¨²nich, en Baviera, era internacionalizar su empresa; por eso digo ahora que la vocaci¨®n exportadora est¨¢ en el ADN del emprendedor alem¨¢n, que se internacionaliz¨® mucho antes que el franc¨¦s, el japon¨¦s o el estadounidense¡±.
Un segundo motivo, tambi¨¦n hist¨®rico, es la existencia de centros de alta competencia t¨¦cnica desde ¨¦pocas antiguas. ¡°En la regi¨®n de la Selva Negra hay una tradici¨®n centenaria de hacer relojes y esa capacidad t¨¦cnica est¨¢ detr¨¢s del crecimiento de la industria de tecnolog¨ªa m¨¦dica en la zona, donde ahora hay m¨¢s de 500 empresas de este sector, muchas de ellas, l¨ªderes globales¡±, dice.
Otros ejemplos son las empresas de sistemas de medici¨®n del norte alem¨¢n, que Simon relaciona con el prestigioso Instituto de Matem¨¢ticas de Gotinga; o las de productos de fot¨®nica en Alemania del Este, derivadas de la tradici¨®n en ¨®ptica de la zona.
La tercera causa es la m¨¢s invocada cuando se habla del ¨¦xito manufacturero alem¨¢n: las escuelas de formaci¨®n profesional con su sistema de pr¨¢cticas en empresas. ¡°Durante tres a?os los aprendices trabajan tres d¨ªas a la semana percibiendo un salario modesto y los otros dos d¨ªas toman clases en el centro de ense?anza, eso hace que tengamos a los mejores trabajadores cualificados¡±.
Especializada en pr¨®tesis y con sede en Duderstadt, la centenaria Ottobock es una de las pymes que figuran en su libro. Seg¨²n Sven K?psel, uno de sus portavoces, el sistema alem¨¢n de educaci¨®n profesional con pr¨¢cticas ha sido esencial para su dotaci¨®n de empleados y para la formaci¨®n de todo el sector. ¡°Gracias a ese sistema educativo hay gente preparada para dise?ar los mejores tratamientos para los pacientes, se nota la diferencia cuando vamos a los mercados emergentes, llevamos el producto pero hace falta gente con capacitaci¨®n para el tratamiento¡±, dice.
Para Simon, la innovaci¨®n y la internacionalizaci¨®n son claves m¨¢s importantes que la productividad a la hora de explicar la solidez de estas empresas alemanas. El argumento de la econom¨ªa de escala no le vale porque muchas de sus campeonas escondidas son empresas peque?as muy especializadas. ¡°Cuando te concentras en un nicho de mercado, las econom¨ªas de escala no son tan importantes, lo que tienes que hacer es combinar la especializaci¨®n con un mercado internacional¡±, dice.
El presidente de Afi, Emilio Ontiveros, tiene una reflexi¨®n similar. ¡°Si uno hiciera un mapa de la innovaci¨®n m¨¢s avanzada en el mundo, ver¨ªa que en gran medida esa innovaci¨®n tiene lugar en empresas en su fase de primera adolescencia, lo que pasa es que las grandes acaban absorbi¨¦ndolas¡±.
Festo es otra centenaria alemana que encaja en la caracterizaci¨®n de Simon. Especializados en automatizaci¨®n industrial y en cibern¨¦tica, destacan la capacitaci¨®n constante de sus empleados como uno de los pilares de su buen desempe?o. Tambi¨¦n, la independencia que les da seguir siendo una empresa familiar desde su fundaci¨®n en 1925.
En un correo electr¨®nico enviado desde la oficina del presidente (Oliver Jung, un ejecutivo profesional que antes de Festo form¨® parte de la directiva del grupo Schaeffler), describen cu¨¢l es su receta: ¡°En Festo, pensamos en t¨¦rminos de generaciones, no de a?os fiscales¡±. Esa libertad financiera es la que, seg¨²n ellos, les permite reinvertir una parte importante de sus ingresos en investigaci¨®n y desarrollo.
Pero hasta las m¨¢s virtuosas tienen piedras en el camino. Incluso con un sistema educativo tan alabado, encontrar personal capacitado se ha vuelto un problema para muchas Mittelstand (como tambi¨¦n se llama a este grupo de medianas y peque?as empresas de Alemania), dice Simon. Aunque, seg¨²n ¨¦l, el principal obst¨¢culo es y ser¨¢ la competencia de China, ¡°donde se han vuelto m¨¢s innovadores y donde est¨¢n los rivales m¨¢s duros¡±.
Seg¨²n sus c¨¢lculos, las Mittelstand ya han abierto m¨¢s de 2.000 f¨¢bricas en China. Ese es precisamente su consejo para no sucumbir. ¡°La soluci¨®n es volverte chino¡±, dice. ¡°Conozco dos empresas en el sector de la tecnolog¨ªa minera que llevaron su centro de Alemania a China, porque en Alemania ya no hay miner¨ªa, pero en China, s¨ª¡±.
?Y el temor de robos a la propiedad industrial que las empresas occidentales sol¨ªan sentir en Asia? Seg¨²n Simon, aunque el riesgo todav¨ªa existe, cada vez es menos importante gracias a las mejoras en protecci¨®n de patentes. ¡°Por supuesto, siempre te pueden robar, pero si desarrollas una buena pol¨ªtica de patentes, el riesgo es controlado¡ Pero sobre todo, si no vas a China y le dejas el mercado de China a un competidor, de aqu¨ª a 10 a?os va a venir a tu propio mercado y te va a liquidar; perder China es, con bastante probabilidad, perder el mundo¡±.
En busca de la proporci¨®n ¨®ptima
- El raquitismo empresarial es malo para la productividad, pero el gigantismo también produce monstruos que imponen su ley frente a los consumidores y gobiernos. ¿Cómo definir entonces el tamaño óptimo de una empresa? En función de las dimensiones de su mercado, dicen los especialistas: un tamaño que le permita innovar, generar economías de escala y abordar procesos de internacionalización sin acapararlo todo.
La Administración de Biden ha lanzado una cruzada en Estados Unidos para terminar con una excesiva concentración empresarial que en ciertos sectores está atentando contra la libre competencia, el santo y seña del capitalismo. En Europa, según Emilio Ontiveros, de Afi, no hay grandes motivos de preocupación más allá de algunas empresas relacionadas con las tecnologías digitales que operan en todo el mundo. En cualquier caso, dice, la regulación europea para evitar la concentración empresarial viene funcionando bien, “aunque sea de forma lenta”.
No lo ve igual el economista Carlos Martín Urriza, de CC OO, que pone como ejemplo de concentración a la banca española. En su opinión, esa concentración la están pagando las pymes con mayores costes financieros, “porque los bancos compiten mucho menos entre ellos”, y todas esas personas de “la España vaciada a la que les han quitado las sucursales” y las personas de rentas menores a las que les están cobrando por mantenerles la cuenta. “¿Para qué sirve ser uno de los principales bancos del mundo?”, se pregunta. “Lo que hace falta es una banca que atienda las necesidades de financiación del tejido productivo, no la dimensión”.
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