Inmaculada desinflaci¨®n
La visi¨®n de una r¨¢pida desescalada de los precios sin recesi¨®n no parece contar con el aval del BCE
Seg¨²n una opini¨®n muy extendida basada en la experiencia pasada, un brote persistente de inflaci¨®n como el que estamos conociendo solo puede aplacarse encareciendo el precio del dinero hasta provocar una recesi¨®n. El dogma ha sufrido pocas excepciones en la historia econ¨®mica y queda por ver si estamos ante una de ellas.
De momento, esta parece ser la apuesta de los mercados, que vaticinan una pr¨®xima pausa en la subida de tipos de inter¨¦s, a medida que los precios se moderan. ...
Seg¨²n una opini¨®n muy extendida basada en la experiencia pasada, un brote persistente de inflaci¨®n como el que estamos conociendo solo puede aplacarse encareciendo el precio del dinero hasta provocar una recesi¨®n. El dogma ha sufrido pocas excepciones en la historia econ¨®mica y queda por ver si estamos ante una de ellas.
De momento, esta parece ser la apuesta de los mercados, que vaticinan una pr¨®xima pausa en la subida de tipos de inter¨¦s, a medida que los precios se moderan. El eur¨ªbor, por ejemplo, se incrementa a menor ritmo que el coste del dinero del BCE. Y en el caso del rendimiento del bono del Tesoro espa?ol ¡ªfiel bar¨®metro de las expectativas de tipos de inter¨¦s a largo plazo¡ª, la tendencia ha sido descendente, desde el entorno del 3,5% registrado a finales de diciembre, hasta los niveles actuales ligeramente superiores al 3%. Las Bolsas encadenan jornadas al alza ¡ªcon un 12% de apreciaci¨®n desde inicio de a?o en el caso de la espa?ola¡ª, algo poco compatible con una fuerte recesi¨®n.
Esta visi¨®n de ¡°inmaculada desinflaci¨®n¡± (desescalada de los precios, sin recesi¨®n) se apoya en primer lugar en el giro operado por los mercado energ¨¦ticos desde los m¨¢ximos alcanzados en el verano pasado. El descenso de la cotizaci¨®n del gas, junto con los esfuerzos de ahorro energ¨¦tico, contribuye a explicar que la econom¨ªa est¨¦ resistiendo mejor de lo previsto. El principal indicador de actividad de la eurozona repunt¨® en enero, aunque todav¨ªa se situ¨® en terreno contractivo, algo que los mercados no parecen apreciar. Y en Espa?a la mejora es m¨¢s acusada, en consonancia con la evoluci¨®n de la afiliaci¨®n.
El IPC tambi¨¦n refleja el cambio de tendencia, relajando la presi¨®n sobre el poder adquisitivo de las familias y mejorando las perspectivas de actividad. Por otra parte, el encarecimiento de los alimentos ¡ªotro factor ex¨®geno del brote inflacionario¡ªdeber¨ªa empezar a tocar fin, por la estabilizaci¨®n de los precios de los carburantes y otros costes soportados por los agricultores. Por ejemplo, los fertilizantes subieron un 32% entre enero y julio, y solo lo hicieron un 6% desde entonces hasta octubre. En el caso de los piensos, el frenazo es m¨¢s pronunciado, desde el 24% hasta el 1,5%.
Todo ello deber¨ªa aliviar la cesta de la compra, siempre y cuando los distribuidores lo trasladen a las tarifas de venta. Adem¨¢s, el euro ha ganado buena parte del terreno perdido frente al d¨®lar, colmatando uno de los principales focos de inflaci¨®n importada.
Pero el BCE no parece compartir la visi¨®n relativamente optimista de los mercados. Su discurso revela inquietud acerca de los efectos de segunda ronda. En el sector de servicios, en teor¨ªa poco afectado por las crisis energ¨¦tica y alimentaria, los precios se incrementan a un ritmo anual superior al 4%, tanto en Espa?a como en la eurozona, y sin visos claros de desaceleraci¨®n. Algo que solo se puede achacar a la elevaci¨®n de los m¨¢rgenes, pero en su comparecencia de esta semana Lagarde alert¨® de un posible repunte de los salarios. De manera velada, tambi¨¦n solicit¨® un mayor apoyo de los gobiernos en la lucha contra la inflaci¨®n.
En esta tesitura, la clave est¨¢ en la lectura por parte del BCE de la evoluci¨®n de la inflaci¨®n en los pr¨®ximos meses. Si, como cabe esperar, se afianza la desescalada y no se aprecian s¨®lidos efectos de segunda ronda, el BCE tendr¨ªa argumentos para una inflexi¨®n en su pol¨ªtica monetaria. Pero tal cambio de ritmo llevar¨¢ tiempo, y entre tanto las condiciones financieras a que se enfrentan las familias y las empresas podr¨ªan empeorar, como ya lo vaticina la encuesta de pr¨¦stamos bancarios.
Otro escollo es que la inflaci¨®n golpea con m¨¢s ah¨ªnco en los pa¨ªses del norte de Europa partidarios de una acci¨®n a¨²n m¨¢s restrictiva. Esperemos que la racionalidad prevalezca tanto en el BCE como en los mercados.
Precios
El dato adelantado del IPC de enero confirma que los alimentos han tomado el relevo de la energía como principal factor de inflación, tanto en la eurozona como en España. El índice representativo del núcleo central de precios (que incluye los servicios y los bienes sin energía ni alimentos) tiende a moderarse, pero a un ritmo lento. Ese índice escaló un 4% en los tres meses posteriores al inicio de la guerra en Ucrania, y subió un 1,7% adicional en total entre junio y diciembre (2,7% y 1,9%, respectivamente, en la eurozona).