Una inc¨®gnita llamada Jap¨®n
En los ¨²ltimos a?os, cuando los tipos de inter¨¦s subieron en todo el mundo, en el pa¨ªs asi¨¢tico bajaron. Esto no es sostenible
?Podr¨ªa Jap¨®n convertirse en la pr¨®xima gran historia de crecimiento del mundo? El legendario inversor multimillonario Warren Buffett parece creer que s¨ª. Y el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que la econom¨ªa japonesa crezca un 1,4% en 2023, una cifra muy importante para un pa¨ªs cuya poblaci¨®n ha venido decayendo sostenidamente en los ¨²ltimos 14 a?os.
Sin embargo, la econom¨ªa japonesa tambi¨¦n podr¨ªa ser una bomba de relojer¨ªa. Su mercado laboral ofrece fisuras, la inflaci¨®n se mantiene persistentemente alta a pes...
?Podr¨ªa Jap¨®n convertirse en la pr¨®xima gran historia de crecimiento del mundo? El legendario inversor multimillonario Warren Buffett parece creer que s¨ª. Y el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que la econom¨ªa japonesa crezca un 1,4% en 2023, una cifra muy importante para un pa¨ªs cuya poblaci¨®n ha venido decayendo sostenidamente en los ¨²ltimos 14 a?os.
Sin embargo, la econom¨ªa japonesa tambi¨¦n podr¨ªa ser una bomba de relojer¨ªa. Su mercado laboral ofrece fisuras, la inflaci¨®n se mantiene persistentemente alta a pesar de la introducci¨®n de subsidios a la gasolina, y el tipo de cambio real del yen ha alcanzado su nivel m¨ªnimo en 30 a?os. Adem¨¢s, despu¨¦s de d¨¦cadas de mantener los tipos de inter¨¦s cercanos a cero, no est¨¢ claro si el Banco de Jap¨®n (BoJ) puede aumentar el precio del dinero sin desatar una crisis financiera sist¨¦mica.
Si bien el nuevo gobernador del BoJ, Kazuo Ueda, ha dicho que el organismo mantendr¨¢ su pol¨ªtica monetaria ultralaxa, tambi¨¦n ha reconocido que la econom¨ªa global atraviesa una fase de ¡°incertidumbre muy alta¡±. Teniendo en cuenta los factores que hacen subir la inflaci¨®n y los tipos de inter¨¦s en todo el mundo, cada vez resulta m¨¢s evidente que la pol¨ªtica monetaria japonesa ya no se puede llevar a cabo de manera aislada.
A lo largo de los a?os, muchos inversores han apostado contra el BoJ y han vendido bonos japoneses prestados con la presunci¨®n de que la pol¨ªtica de tipos de inter¨¦s cero no pod¨ªa durar. Una y otra vez, los especuladores salieron perdiendo. Ahora, sin embargo, esta estrategia podr¨ªa acabar dando sus frutos.
La reticencia del BoJ a aumentar sus tipos de inter¨¦s a corto plazo es entendible, dado que la deuda gubernamental bruta de Jap¨®n actualmente representa el 260% del PIB, o 235% del PIB despu¨¦s de netear 1,25 billones de d¨®lares en reservas de moneda extranjera. Si el banco central se viera obligado a aumentar un 3% sus tipos de inter¨¦s a corto plazo ¡ªaproximadamente, la mitad de lo que los aument¨® la Reserva Federal de Estados Unidos¡ª, los gastos financieros del pago de la deuda del Gobierno se disparar¨ªan.
Por otra parte, un incremento acentuado del precio del dinero ejercer¨ªa una enorme presi¨®n sobre el sector bancario japon¨¦s, particularmente si tambi¨¦n aumentan los tipos de largo plazo. Esto es precisamente lo que sucedi¨® en Estados Unidos en marzo cuando el ajuste monetario de la Reserva Federal desat¨® una reacci¨®n en cadena que condujo al colapso del Silicon Valley Bank y de otras instituciones financieras.
Aumentar los tipos de inter¨¦s en un contexto tan prolongado, con el precio del dinero cercano a cero y cuando los inversores esperan que las tasas se mantengan ultrabajas para siempre ser¨¢ dif¨ªcil. Y lo ser¨¢ con independencia de la estrategia que aplique el BoJ. Pero si la inflaci¨®n se mantiene persistentemente alta, los responsables del organismo se ver¨¢n obligados a tomar medidas. Despu¨¦s de todo, los mercados, inevitablemente, har¨¢n subir los tipos de inter¨¦s en el mercado secundario de deuda.
En los dos ¨²ltimos a?os, cuando las tasas de inter¨¦s reales se dispararon mundialmente, en Jap¨®n cayeron, a pesar del alza de la inflaci¨®n. Esto no es sostenible en el largo plazo, dada la profunda integraci¨®n del pa¨ªs en los mercados financieros globales.
Al ser uno de los primeros pa¨ªses industrializados en enfrentar una ca¨ªda de la poblaci¨®n y una crisis financiera sist¨¦mica, Jap¨®n ha sido el laboratorio macroecon¨®mico del mundo durante m¨¢s de dos d¨¦cadas. Si bien algunos analistas dicen que el pa¨ªs nip¨®n es una evidencia de que las deudas gubernamentales gigantescas no importan, la verdad es que s¨ª importan. Al igual que otros pa¨ªses sumamente endeudados como Grecia e Italia, Jap¨®n ha experimentado un crecimiento promedio extremadamente bajo en los ¨²ltimos 30 a?os. En los albores de los a?os noventa, el PIB per capita de Jap¨®n alcanz¨® el 75% del nivel de Estados Unidos; desde entonces ha ca¨ªdo a menos del 60%, y eso que Estados Unidos experiment¨® un crecimiento bastante modesto durante este periodo.
Adem¨¢s de sus problemas de deuda, la econom¨ªa de Jap¨®n est¨¢ atrapada en medio del creciente enfrentamiento entre Estados Unidos y China. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, como observa Ulrike Schaede en su libro esclarecedor The Business Reinvention of Japan (La reinvenci¨®n econ¨®mica de Jap¨®n), las empresas japonesas han encontrado un nicho de alto valor dentro de la cadena de suministro asi¨¢tica. Si bien las corporaciones m¨¢s rentables del pa¨ªs pueden no tener nombres conocidos, principalmente porque muchas de ellas ofrecen productos intermedios a las empresas m¨¢s que productos finales a los consumidores, operan en sectores de alta tecnolog¨ªa con m¨¢rgenes de beneficios enormes.
Sin embargo, gran parte de esta reinvenci¨®n econ¨®mica se ha basado en sacar ventaja del r¨¢pido crecimiento de China. Ahora que el motor de crecimiento chino est¨¢ cortocircuitado, y con la amenaza de que las crecientes tensiones geopol¨ªticas empeoren las cosas, no resulta claro si esta estrategia puede perdurar.
Al mismo tiempo, en gran medida, como sucede en Europa, Jap¨®n enfrenta la necesidad urgente de impulsar el gasto en defensa. Alarmado por la creciente asertividad de China, especialmente a la luz de la invasi¨®n de Ucrania por parte de Rusia, el Gobierno japon¨¦s ha anunciado un plan para duplicar el gasto militar y llevarlo al 2% del PIB en los pr¨®ximos cinco a?os. Ante la posibilidad de que ese gasto siga aumentando en el largo plazo, Jap¨®n ya no podr¨¢ mantener tipos bajos aprovech¨¢ndose del presupuesto de Defensa de Estados Unidos.
Sin duda, al ser la tercera econom¨ªa m¨¢s grande del mundo (despu¨¦s de Estados Unidos y China), Jap¨®n tiene muchas herramientas para enfrentar sus desaf¨ªos demogr¨¢ficos y econ¨®micos. Por ejemplo, podr¨ªa revertir normas sociales y empresariales pasadas de moda que desalientan a las mujeres a la hora de tener hijos. Tambi¨¦n podr¨ªa usar herramientas de pol¨ªtica p¨²blica, como abrirles las puertas a m¨¢s inmigrantes.
Pero las pol¨ªticas para frenar la ca¨ªda no har¨¢n m¨¢s que exponer la necesidad de una normalizaci¨®n de los tipos de inter¨¦s. Las crisis financieras m¨¢s severas muchas veces se producen donde menos se las espera. Un Jap¨®n fuerte es bueno para la econom¨ªa global, pero los tipos de inter¨¦s japoneses al alza podr¨ªan implicar un riesgo importante.
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