M¨¢s all¨¢ del saco de Papa Noel
Hay alegr¨ªa en las Bolsas, aunque el secreto y la rentabilidad est¨¢ en los bonos
Con el final del a?o las Bolsas suelen contagiarse del esp¨ªritu de la Navidad. Los inversores corren a beneficiarse de la estacionalidad de los tres mejores meses del ejercicio ya que, en t¨¦rminos hist¨®ricos, noviembre suele ser el mes m¨¢s alcista con retornos del 1,9% para el S&P 500, seguido de enero con el 1,6% y de diciembre con el 1,5%, frente al promedio mensual del 0,7%.
En esta ocasi¨®n, el detonante para la fiesta ha sido la inflaci¨®n en Estad...
Con el final del a?o las Bolsas suelen contagiarse del esp¨ªritu de la Navidad. Los inversores corren a beneficiarse de la estacionalidad de los tres mejores meses del ejercicio ya que, en t¨¦rminos hist¨®ricos, noviembre suele ser el mes m¨¢s alcista con retornos del 1,9% para el S&P 500, seguido de enero con el 1,6% y de diciembre con el 1,5%, frente al promedio mensual del 0,7%.
En esta ocasi¨®n, el detonante para la fiesta ha sido la inflaci¨®n en Estados Unidos: los precios ya suben al 3,2%, casi un tercio del 9,1% de junio del a?o pasado, cuando alcanzaban su crecimiento m¨¢s ¨¢lgido.
Siendo sin duda estos factores unos buenos catalizadores a corto plazo para la Bolsa, consideramos que conviene alzar la vista y mirar m¨¢s all¨¢ del saco de Papa Noel.
La inflaci¨®n se est¨¢ viendo beneficiada por la ca¨ªda de la energ¨ªa y de los precios de los autom¨®viles, pero el efecto favorable remitir¨¢ a medida que nos acerquemos a abril. En esta fase la clave reside en los alquileres: ponderan un tercio y, creciendo al 6,8%, en el ¨²ltimo mes han contribuido en un 72% de la tasa general. Como apuntaba esta misma semana Lisa Cook, de la Junta de Gobernadores de la Fed, una cosa es que las mejoras en la inflaci¨®n sean perceptibles y otra, es que est¨¦n garantizadas en el tiempo. La senda de reducci¨®n continuar¨¢, pero al ritmo actual no se alcanzar¨¢ el objetivo del 2% ni al final del a?o que viene.
De todas formas, el riesgo principal no reside en la inflaci¨®n sino en el crecimiento econ¨®mico. La econom¨ªa, afectada por los tipos de inter¨¦s m¨¢s elevados desde 2001 y unas duras condiciones financieras ¡ªcompatibles con recesiones en el pasado¡ª, se encuentra en proceso de desaceleraci¨®n y ser¨¢ precisamente en los pr¨®ximos meses, cuando veremos las peores consecuencias.
Lo que a lo largo de los ¨²ltimos d¨ªas s¨ª parece que ha quedado probado con la moderaci¨®n de la inflaci¨®n, es que los bancos centrales no van a subir m¨¢s los tipos de inter¨¦s oficiales.
En los ¨²ltimos 50 a?os siempre que la Reserva Federal ha entrado en pausa, se han podido conseguir retornos positivos comprando bonos del tesoro norteamericano: un promedio del 6,5% en el primer a?o descontando los efectos de la inflaci¨®n. En cambio, la evoluci¨®n de la Bolsa, m¨¢s vinculada a la evoluci¨®n del ciclo econ¨®mico, depende del tipo de aterrizaje que finalmente se produzca en la econom¨ªa.
Desde nuestro punto de vista es pronto para aseverar que ¡°no se ha roto nada¡± y consideramos que hay que ser prudentes con la exposici¨®n a renta variable dado que, afrontando la parte m¨¢s vulnerable del ciclo econ¨®mico, vemos poco margen de mejora a unos resultados empresariales para los que el consenso est¨¢ asumiendo crecimientos del 12%.
Dicen que quien come despacio tiende a atragantarse menos. A practicarlo tras la Navidad y mucha renta fija para la cuesta de enero.
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