Objetivos y realidades de los planes presupuestarios
Tras una mejora este a?o, ser¨¢ dif¨ªcil cumplir las metas oficiales a falta de concreci¨®n sobre las medidas de ajuste
La senda fiscal anunciada esta semana por el Gobierno en consonancia con los compromisos comunitarios anticipa una importante correcci¨®n de los desequilibrios, sin da?ar las perspectivas de crecimiento o de creaci¨®n de empleo. Conforme a este escenario, el d¨¦ficit p¨²blico descender¨ªa hasta el ...
La senda fiscal anunciada esta semana por el Gobierno en consonancia con los compromisos comunitarios anticipa una importante correcci¨®n de los desequilibrios, sin da?ar las perspectivas de crecimiento o de creaci¨®n de empleo. Conforme a este escenario, el d¨¦ficit p¨²blico descender¨ªa hasta el 2,5% del PIB en 2025, algo que, descontando el pago de intereses, equivale a un super¨¢vit (de tres d¨¦cimas), por primera vez desde la crisis financiera. El agujero seguir¨ªa disminuyendo posteriormente, colocando la deuda p¨²blica en una senda s¨®lidamente decreciente, al tiempo que la tasa de paro bajar¨ªa del doble d¨ªgito a partir de 2026, corrigiendo una anomal¨ªa que arrastramos desde hace lustros. Todo ello gracias a una combinaci¨®n de mejoras tributarias, de calidad del gasto y de reformas.
El cumplimiento de unas proyecciones tan halag¨¹e?as como reconfortantes depende de tres condiciones, y ah¨ª es donde surgen las dudas. El primer escollo procede de la falta de concreci¨®n acerca de las medidas de ajuste presupuestario, tanto de la fiscalidad como del gasto. Se trata de ayudar a cuadrar las cuentas y generar un clima propicio a las inversiones necesarias, algo que solo parece posible fortaleciendo la cooperaci¨®n entre diferentes administraciones. De poco sirven las evaluaciones de la Airef de la eficacia del gasto y de la pol¨ªtica tributaria si sus resultados no est¨¢n asociados a los flujos de financiaci¨®n. Una opci¨®n, frecuente en pa¨ªses de estructura federal, consistir¨ªa en incentivar las administraciones que responden a los objetivos, de manera similar a la pr¨¢ctica presupuestaria de la Uni¨®n Europea (as¨ª funcionan, por ejemplo, los fondos Next Generation). En todo caso, veremos c¨®mo se articula el plan con el anteproyecto de Presupuestos Generales de Estado.
En segundo lugar, el plan se basa en una premisa crucial: la econom¨ªa espa?ola seguir¨ªa creciendo a un ritmo elevado, aligerando autom¨¢ticamente el peso de los pasivos presupuestarios (el efecto c¨ªclico representa la mitad de la reducci¨®n del d¨¦ficit previsto en el plan para los dos pr¨®ximos a?os). En una econom¨ªa tan dependiente de la incorporaci¨®n de fuerza laboral, sin embargo, la hip¨®tesis de crecimiento solo parece factible si la inversi¨®n en vivienda se recupera hasta niveles suficientes para sostener la movilidad laboral. El plan prev¨¦ un fuerte rebote de la inversi¨®n (con un incremento total del 10,7% en el pr¨®ximo bienio), que supone un giro en las expectativas empresariales y reformas del mercado de vivienda, que de momento no se vislumbran en un contexto pol¨ªtico polarizado.
Ni el descenso de los tipos de inter¨¦s ¡ªun paso acertado del BCE, y seguir¨¢n otros¡ª, ni las medidas de apoyo a la demanda (avales p¨²blicos, bono joven, propuestas de descenso de IRPF) servir¨¢n para relajar una presi¨®n que proviene de obst¨¢culos del lado de la oferta de vivienda, y que requieren de soluciones estructurales.
Finalmente, el Plan anticipa un escenario voluntarista de recuperaci¨®n de los mercados de exportaci¨®n y del resto de socios comunitarios. Veremos c¨®mo se articulan estas hip¨®tesis con los vaivenes de la geopol¨ªtica y el recrudecimiento del proteccionismo. Por otra parte los planes fiscales de los pa¨ªses vecinos no dejan mucho lugar al optimismo. En el momento de escribir esta columna, ni Alemania ni Francia hab¨ªan enviado sus planes. Otros, como Italia y Pa¨ªses Bajos, prev¨¦n un crecimiento limitado de sus econom¨ªas. En general, la suma de las pol¨ªticas fiscales nacionales tiende a ser restrictiva, lejos del est¨ªmulo inversor anhelado por Draghi en su informe.
En lo inmediato, es probable que el d¨¦ficit se acerque al 3% este a?o y que las condiciones de financiaci¨®n de ese agujero sigan siendo favorables. M¨¢s all¨¢, la sostenibilidad fiscal depende de reformas e inversiones, en vivienda y equipamiento, que de momento no se vislumbran. La inercia no dejar¨ªa espacio para una reducci¨®n adicional del desv¨ªo. Y, de manera general, los planes nacionales no parecen estar a la altura de los grandes desaf¨ªos a que se enfrenta Europa.
Raymond Torres es director de Coyuntura de Funcas. En X: @RaymondTorres_