Guillem, el alumno con discapacidad abandonado en un instituto p¨²blico
Siete meses despu¨¦s de iniciado el curso, el adolescente, con un trastorno del lenguaje, apenas puede aprender porque el centro de Barcelona en el que est¨¢ matriculado no hace ninguna adaptaci¨®n
Guillem Rius, de 16 a?os, asiste cada d¨ªa al instituto p¨²blico Costa i Llobera de Barcelona, pero no aprende casi nada. Est¨¢ matriculado en primero de Bachillerato, tiene un trastorno del lenguaje que le comporta un grado de discapacidad del 33% y pese a la insistencia de su familia no ha conseguido, en los siete meses que lleva en marcha el curso, que le adapten el contenido de las asignaturas, ni el material pedag¨®gico, ni los ex¨¢menes. La ...
Guillem Rius, de 16 a?os, asiste cada d¨ªa al instituto p¨²blico Costa i Llobera de Barcelona, pero no aprende casi nada. Est¨¢ matriculado en primero de Bachillerato, tiene un trastorno del lenguaje que le comporta un grado de discapacidad del 33% y pese a la insistencia de su familia no ha conseguido, en los siete meses que lleva en marcha el curso, que le adapten el contenido de las asignaturas, ni el material pedag¨®gico, ni los ex¨¢menes. La normativa establece que el alumnado con necesidades educativas especiales matriculado en centros ordinarios debe recibir los apoyos que requiera para su atenci¨®n.
La madre de Guillem, Juncal Iglesias, cree que el objetivo del centro es que tiren la toalla y lo matriculen en otro sitio. Este peri¨®dico ha intentado sin ¨¦xito recabar la versi¨®n del centro y del Departamento de Educaci¨®n de la Generalitat, que el 1 de abril asegur¨® a preguntas de EL PA?S que iba a estudiar el caso.
El instituto est¨¢ situado junto a un bosque, en la parte m¨¢s alta del barrio de Sarri¨¤, desde donde se ven el mar y la ciudad como en una maqueta. ¡°El sitio me gusta. Yo quiero trabajar, pero si no me lo facilitan, qu¨¦ se le va a hacer¡±, comenta, sentado en un banco cerca de la entrada, Guillem, un chaval atl¨¦tico, de mirada atenta y penetrante, que responde a su ritmo a todas las preguntas. El alumno tambi¨¦n estudi¨® aqu¨ª la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria. Y tampoco en dicha etapa recibi¨®, salvo alguna excepci¨®n, apoyo de los docentes, asegura su madre. Pero con ayuda de su familia, que le fue adaptando los materiales, y de profesores particulares de refuerzo fue aprobando las asignaturas y avanzando.
Su trayectoria estuvo a punto de cambiar en junio. Poco antes de terminar el curso, el centro les envi¨® una carta en la que despu¨¦s de felicitar a Guillem por el trabajo que hab¨ªa realizado durante el confinamiento, les comunic¨® que no le dar¨ªan el t¨ªtulo de la ESO al considerar que no hab¨ªa alcanzado ¡°las competencias necesarias¡± ni mostraba ¡°el nivel de autonom¨ªa y madurez exigible¡±. Iglesias recurri¨® y la Administraci¨®n educativa le dio la raz¨®n. Resolvi¨® que el instituto no hab¨ªa ¡°explicitado los criterios seg¨²n los cuales se decidi¨® no acreditar al alumno¡±, ni tampoco hab¨ªa concretado previamente en su Plan Individualizado (el documento en el que los centros educativos deben plasmar c¨®mo van a atender a un estudiante con discapacidad) en qu¨¦ elementos se basar¨ªa para decidir si el alumno hab¨ªa superado la etapa, y le concedi¨® el t¨ªtulo.
Los fondos necesarios
La madre de Guillem, que trabaj¨® muchos a?os como neurofisi¨®loga cl¨ªnica en el Hospital del Mar de Barcelona y ahora es gerente de una fundaci¨®n de arte, cree que el instituto no quer¨ªa graduarlo para no tenerlo en Bachillerato. ¡°Es el primer alumno con necesidades educativas especiales que llega a esta etapa en el centro¡±, afirma. Y tambi¨¦n que en las entrevistas mantenidas con la direcci¨®n a lo largo de la secundaria le dijeron que el instituto, ubicado en uno de los barrios m¨¢s acomodados de Barcelona, carece de los recursos necesarios para tratar a su hijo.
La pregunta inevitable es si llegado a este punto ¨Dla familia tambi¨¦n ha denunciado el acoso que Guillem sufri¨® en cursos anteriores por parte, presuntamente, de varios compa?eros, con insultos tanto en el centro como a trav¨¦s de las redes sociales, un asunto que instruye un juzgado de Menores de Barcelona¨D no se han planteado cambiar efectivamente a Guillem de instituto.
¡°Se nos ha pasado por la cabeza muchas veces¡±, responde Roger Mart¨ªnez, un amigo ¨ªntimo de la familia, que ha sido como un segundo padre para Guillem. ¡°No sabemos si ser¨ªa mejor o no, pero lo que no ser¨ªa es justo. Esta es una escuela p¨²blica, que depende de la Generalitat, que tiene el deber de hacer lo que marcan las normativas y las leyes. Cambiar a un alumno porque la Administraci¨®n no hace lo que manda la ley nos parece una injusticia total. Y adem¨¢s ¨¦l siempre lo dice, que esta es su escuela¡±, a?ade Mart¨ªnez mirando a Guillem, que asiente.
¡°Y adem¨¢s¡±, prosigue su madre, ¡°tampoco tienes demasiadas opciones¡±. El adolescente fue de peque?o a un colegio privado, pero un d¨ªa, cuenta Iglesias, recibieron un burofax dici¨¦ndoles que no lo llevaran al d¨ªa siguiente porque no daba ¡°el perfil¡± del centro. Acab¨® la primaria en una escuela p¨²blica. Y, para hacer la secundaria con una plaza de alumno con necesidades educativas especiales, la familia pudo elegir entre dos institutos p¨²blicos de su zona. Descartaron el primero porque los chavales con discapacidad estaban separados del resto en un aula especial y a Guillem no le gust¨® el lugar. ¡°Parec¨ªa una pel¨ªcula de terror¡±, comenta en tono socarr¨®n. Y lo matricularon en el Costa i Llobera.
¡°?Qu¨¦ hago?¡±
Catalu?a es, seg¨²n un reciente informe publicado por el Ministerio de Educaci¨®n, una de las comunidades que en los ¨²ltimos a?os ¡°han desarrollado decretos con una clara apuesta por avanzar hacia una educaci¨®n inclusiva¡±. Pero seg¨²n Iglesias, cuando a finales del curso pasado acudieron al servicio de orientaci¨®n del Consorcio de Educaci¨®n de Barcelona (la entidad que gestiona la matriculaci¨®n de los alumnos), les dijeron que, en la pr¨¢ctica, los ciclos de Formaci¨®n Profesional no estaban adaptados para alumnos como Guillem. ¡°En esos momentos piensas: ?entonces qu¨¦ hago? ?Me lo quedo en casa? ?Y qu¨¦ va a hacer?¡±.
De momento, el adolescente est¨¢ varado en primero de Bachillerato, imaginando que quiz¨¢ despu¨¦s pueda estudiar ¡°Derecho, Psicolog¨ªa o algo relacionado con la tecnolog¨ªa¡±. Y su madre va presentando reclamaciones en distintas instancias oficiales, desde el S¨ªndic de Greuges (el Defensor del Pueblo catal¨¢n), al president de la Generalitat, mientras prepara una demanda judicial (de momento est¨¢ agotando la v¨ªa administrativa) reclamando que atiendan a Guillem.
Puedes seguir EL PA?S EDUCACI?N en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.