El aterrizaje forzoso en el aula de los nuevos profesores, que no ha cambiado en 40 a?os: ¡°Te metes a dar clase a lo bruto, a saco¡±

Las historias de dos docentes, uno que acaba de jubilarse y otra que acaba de conseguir la plaza, reflejan lo poco que ha cambiado en 40 a?os el aterrizaje en las aulas de los nuevos profesores, un trance que los expertos y las organizaciones educativas internacionales consideran trascendental para asegurar la calidad del sistema educativo. Javier Moreno, que aprob¨® la oposici¨®n de maestro en 1981, recuerda: ¡°Te daban tu destino, te dec¨ªan d¨®nde ten¨ªas que dar clase y te met¨ªas ah¨ª a lo bruto, a saco. En algunos centros eso no era muy problem¨¢tico, en otros s¨ª¡±. Teresa Terrer, que se examin¨® e...

Las historias de dos docentes, uno que acaba de jubilarse y otra que acaba de conseguir la plaza, reflejan lo poco que ha cambiado en 40 a?os el aterrizaje en las aulas de los nuevos profesores, un trance que los expertos y las organizaciones educativas internacionales consideran trascendental para asegurar la calidad del sistema educativo. Javier Moreno, que aprob¨® la oposici¨®n de maestro en 1981, recuerda: ¡°Te daban tu destino, te dec¨ªan d¨®nde ten¨ªas que dar clase y te met¨ªas ah¨ª a lo bruto, a saco. En algunos centros eso no era muy problem¨¢tico, en otros s¨ª¡±. Teresa Terrer, que se examin¨® en 2021 y se convirti¨® en funcionaria en pr¨¢cticas en un instituto de secundaria en septiembre, a?ade: ¡°Entras como una trabajadora m¨¢s. Cuando llegas al centro te dan el horario que te corresponde, los grupos que vas a cubrir y arrancas. Y ya empezado el curso te explican c¨®mo funciona el proceso y te asignan tu tutor¡±.

La incorporaci¨®n de los nuevos profesores funcionarios al sistema educativo p¨²blico es hoy un desastre parecido al que hab¨ªa hace cuatro d¨¦cadas, admite en privado un responsable educativo auton¨®mico. Algo que tambi¨¦n reconoce, con otras palabras, el Ministerio de Educaci¨®n en el plan que present¨® en enero para reformar la profesi¨®n docente. El documento considera necesario que el periodo de pr¨¢cticas de los profesores principiantes deje de ser ¡°un mero requisito formal como ocurre actualmente¡±, y sea substituido por un verdadero proceso de ¡°tutorizaci¨®n¡± que permita ¡°aprender en la pr¨¢ctica¡±, aunque de momento no concreta m¨¢s.

Teresa Terrer es funcionaria en pr¨¢cticas de Lengua y literatura castellana en el instituto Joanot Martorell, en Valencia, y da 16 clases a la semana. En los seis meses que durar¨¢ su estancia, su tutora tendr¨¢ que ver c¨®mo imparte 12 clases. Y Terrer deber¨¢ entrar a observar tres sesiones de su tutora. La principiante ser¨¢ evaluada al final, aunque el aprobado suele darse por seguro. El suspenso, indican fuentes educativas, que obligar¨ªa al afectado a volver a hacer las pr¨¢cticas, est¨¢ reservado para casos extremos de falta de idoneidad.

Aunque agradece mucho la ayuda y los consejos de su tutora, Terrer considera insuficiente el sistema de acompa?amiento. Y advierte que la soledad inicial resulta a¨²n m¨¢s dram¨¢tica para los profesores interinos, aquellos que cubren las bajas de docentes funcionarios y que normalmente han superado la oposici¨®n sin conseguir plaza, como le pas¨® a ella en 2010. Aquel a?o, Terrer se inscribi¨® en la bolsa para hacer sustituciones, pero debido a los recortes que siguieron a la crisis financiera (incremento de horas que deb¨ªa impartir un docente, aumento de alumnos por aula, ca¨ªda en picado en la demanda de interinos), no la llamaron hasta 2017. En esos siete a?os estuvo trabajando en el sector de la comunicaci¨®n, porque hab¨ªa estudiado la carrera de Imagen y Sonido.

Antes de empezar a cubrir aquella baja, su ¨²nica experiencia en una clase hab¨ªa sido en 2006, durante el trimestre de pr¨¢cticas del antiguo Curso de Aptitud Pedag¨®gica, el (CAP). ¡°Fue un s¨¢lvese quien pueda, porque no te preparan nada de nada. Te citan un d¨ªa para decirte tus clases y ense?arte el centro y te incorporas al siguiente, con el curso empezado. Te ves ah¨ª con 25 alumnos y dices: ¡®No s¨¦ c¨®mo controlar un aula¡¯. Es angustiante. Yo me pas¨¦ el a?o pregunt¨¢ndoselo todo a mis compa?eras, estudiando y prepar¨¢ndome mucho las clases, porque ten¨ªa que ir muy segura¡±.

Comparado con aquello, el periodo de funcionaria en pr¨¢cticas le est¨¢ resultando mucho m¨¢s f¨¢cil, ahora que tiene muchas horas de clase a sus espaldas. Lo mismo les ocurre a la mayor¨ªa de nuevos funcionarios: cerca del 80% de las plazas de los concursos oposiciones las ganan interinos por los puntos que les proporciona la experiencia. La actual reforma del ministerio, adem¨¢s de mejorar las pr¨¢cticas de los funcionarios, pretende reducir el volumen de interinos (del 25% actual a un m¨¢ximo del 8%) y potenciar el aprendizaje pr¨¢ctico en las carreras de Magisterio y en el m¨¢ster para ser profesor de secundaria.

Cuarenta a?os antes, tras haber aprobado las oposiciones y haber pasado brevemente por un tranquilo colegio de pueblo, Javier Moreno fue destinado a un enorme centro de Alaqu¨¤s, en el ¨¢rea metropolitana de Valencia. ¡°Me pusieron en s¨¦ptimo de EGB, en el grupo D, que era donde iban a repetir una y otra vez los alumnos hasta que cumpl¨ªan 14 a?os y pod¨ªan irse aunque no se hubieran graduado. Y eso reci¨¦n salido. No solo no te daban unas orientaciones, sino que sol¨ªan darte las plazas m¨¢s complicadas, las que nadie quer¨ªa y estaban vac¨ªas. Eso no se ha modificado mucho¡±.

Por su concepci¨®n de la educaci¨®n, Moreno se especializ¨® en los llamados centros de compensatoria, en barrios complicados de la geograf¨ªa valenciana. Fue director, asesor de los centros de formaci¨®n del profesorado y docente de adultos. Tras haber estudiado Geograf¨ªa e Historia, se present¨® a otra oposici¨®n y trabaj¨® como profesor de instituto de esa especialidad hasta que se jubil¨®. A trav¨¦s de su experiencia, Moreno se convenci¨® de la importancia de la mentorizaci¨®n. ¡°Deber¨ªa haber una tutorizaci¨®n de la gente nueva por parte de profesores con 10 o 15 a?os de experiencia, que los acompa?aran en sus inicios durante uno o dos a?os y vieran reconocida esa funci¨®n en su carrera docente, retributivamente o con horas. Por ah¨ª podr¨ªa venir mucho la mejora que hace falta¡±.

Saber lo que pasa en la clase de al lado

Trabajar juntos en clase ser¨ªa beneficioso para el docente veterano, el principiante, sus alumnos, el centro y el sistema educativo, cree Javier Moreno. El novel aprender¨ªa el oficio de forma menos traum¨¢tica. Al experto, tener al lado al joven le servir¨ªa para tener la clase mejor controlada y ¡°podr¨ªa ayudarle a reciclarse y ponerse al d¨ªa en algunas cuestiones¡±.

Tambi¨¦n, prosigue Moreno, reducir¨ªa la tradicional din¨¢mica de trabajo ¡°aislado¡± del profesorado: ¡°Tendr¨ªan que socializar una metodolog¨ªa. Igual que un ingeniero no puede inventarse los c¨®digos de colores de los planos, porque los tienen que interpretar otras personas, en la docencia compartida no puedes entrar al aula con un papelito y tres notas. Hay que hacerlo de forma m¨¢s profesional y comunicable a otros. Ser¨ªa bueno para el que est¨¢ en el aula y para otros docentes poder saber lo que pasa en la clase de al lado, porque a lo mejor hay cosas que pueden interesarles¡±.

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