LOSU: la audacia del consenso
Pese a ciertas vaguedades, la propuesta de ley de universidades supone una mejora en muchos aspectos y se alinea con los objetivos promovidos por Comisi¨®n Europea y la comunidad cient¨ªfica global
Los recientes resultados negativos de las universidades espa?olas en el ranking de Shanghai (ARWU) indican que Espa?a necesita urgentemente transformar su sistema de educaci¨®n superior. Ante tal reto, el objetivo de estas l¨ªneas que siguen es doble. Por un lado, contribuir a informar a la opini¨®n p¨²blica espa?ola sobre por qu¨¦ la pr¨®xima reforma europea de la evaluaci¨®n de la investig...
Los recientes resultados negativos de las universidades espa?olas en el ranking de Shanghai (ARWU) indican que Espa?a necesita urgentemente transformar su sistema de educaci¨®n superior. Ante tal reto, el objetivo de estas l¨ªneas que siguen es doble. Por un lado, contribuir a informar a la opini¨®n p¨²blica espa?ola sobre por qu¨¦ la pr¨®xima reforma europea de la evaluaci¨®n de la investigaci¨®n supone una oportunidad ¨²nica para Espa?a en lo que se refiere a la modernizaci¨®n, profesionalizaci¨®n e internacionalizaci¨®n de su sistema universitario. Por otro, y en relaci¨®n concreta con la reforma europea, considerar el avance positivo que supone la LOSU en este contexto, dentro del marco cient¨ªfico global y antes de su debate parlamentario desde el pr¨®ximo mes de septiembre.
La Comisi¨®n Europea ha impulsado la creaci¨®n del Acuerdo sobre la Reforma de la Evaluaci¨®n de la Investigaci¨®n que, a fecha de 20 de julio de 2022, ha obtenido expresiones de inter¨¦s de m¨¢s de 350 instituciones de m¨¢s de 40 pa¨ªses. Este acuerdo cambia sustancialmente la manera en la que se eval¨²a la actividad investigadora y, por tanto, en la que se estructura, organiza y desarrolla la producci¨®n de conocimiento cient¨ªfico. De manera sucinta, los 10 compromisos centrales, presentes en el documento se pueden sintetizar en dos pilares fundamentales estrechamente interrelacionados que disrumpen las ¡°reglas de juego¡± con las que se gestionaba hasta ahora la producci¨®n cient¨ªfica global y, particularmente, el sistema espa?ol.
En primer lugar, y esta es una de las principales transformaciones, la evaluaci¨®n de la investigaci¨®n dejar¨¢ de regirse por el uso inapropiado de algunos indicadores. Siguiendo los principios ya establecidos por la propia comunidad cient¨ªfica en la Declaraci¨®n de San Francisco (conocida como DORA y desarrollada en 2012) y el Manifiesto de Leiden (publicado en la revista Nature en 2015), el nuevo marco establece criterios claros para su implementaci¨®n que se centran no en el n¨²mero de publicaciones, la llamada cultura acad¨¦mica del ¡°publica o muere¡±, sino en de qu¨¦ manera la actividad investigadora contribuye a crear verdaderos ¡°descubrimientos¡±, a la vez que genera oportunidades de progreso ante los desaf¨ªos de nuestras sociedades y para el avance de nuestro conocimiento cient¨ªfico y ciudadano. Por consiguiente, se primar¨¢n las evaluaciones cualitativas enraizadas en un uso responsable de los indicadores cuantitativos, la ciencia en equipo y la diversidad, entendiendo este ¨²ltimo t¨¦rmino como el reconocimiento de las diferentes contribuciones, pr¨¢cticas y carreras investigadoras en relaci¨®n con la naturaleza espec¨ªfica de cada disciplina y sus desarrollos cient¨ªficos concretos.
En segundo lugar, el acuerdo europeo constata el hecho de que los rankings institucionales universitarios no ofrecen criterios fiables y justos que verdaderamente reflejen la calidad de la ciencia producida en una organizaci¨®n o un pa¨ªs. De hecho, el esp¨ªritu del acuerdo es muy cr¨ªtico con la industria de la universidad corporativa y la manera en la que sus rankings favorecen, en muchas ocasiones, una importante discriminaci¨®n por razones econ¨®micas. En este sentido, las instituciones que compartan datos y se acojan a los principios FAIR (datos encontrables, accesibles, interoperables y reutilizables) y Ciencia Abierta ser¨¢n objeto de evaluaci¨®n positiva en cuanto a la rendici¨®n de cuentas y su financiaci¨®n.
Desde esta perspectiva, la LOSU llega al debate parlamentario en una encrucijada hist¨®rica. Pese a ciertas vaguedades, secuelas en mi opini¨®n del complejo y heterog¨¦neo sistema universitario espa?ol y sus dif¨ªciles encajes, esta propuesta de ley mejora muchos aspectos ante los que urg¨ªan medidas de renovaci¨®n, de transformaci¨®n y de optimizaci¨®n. Adem¨¢s de las ya difundidas en los medios de comunicaci¨®n durante los ¨²ltimos meses, tales como la disminuci¨®n de la contrataci¨®n temporal, las acciones positivas para frenar la discriminaci¨®n, la priorizaci¨®n de la internacionalizaci¨®n, los nuevos instrumentos para mejorar la gobernanza democr¨¢tica de las universidades, la promoci¨®n de estructuras administrativas flexibles, la facilitaci¨®n de la multi e interdisciplinariedad, es necesario anotar que la LOSU concuerda tanto en esp¨ªritu como en espacio normativo con la reforma ya iniciada en el ¨¢mbito europeo. En este sentido, sin ser una ley perfecta (?qu¨¦ ley lo es?), la LOSU supone un importante avance de progreso en relaci¨®n con la anterior norma, porque se alinea con los esfuerzos y objetivos de modernizaci¨®n, de profesionalizaci¨®n y de internacionalizaci¨®n promovidos desde la Comisi¨®n Europea y desde la comunidad cient¨ªfica global.
La oportunidad es ahora. Ma?ana ser¨¢ tarde. El sistema universitario est¨¢ maduro para una transformaci¨®n integradora e inclusiva en el que caben todos los actores, perspectivas y posiciones. Esperemos que las actitudes y las t¨¢cticas parlamentarias de confrontaci¨®n y de beligerancia queden aparcadas el pr¨®ximo mes de septiembre porque finalmente se comprenda y asuma que, en estos d¨ªas inciertos, la audacia del consenso es un acto de civismo imprescindible.
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