El amante secreto de Wallis Simpson

Un amante puede ser secreto?de Estado. Al menos eso es lo que se deduce de la divulgaci¨®n hoy de ciertos documentos oficiales ocultos desde los a?os 30 por el Gobierno brit¨¢nico y que revelan que la estadounidense Wallis Simpson, la mujer por la que el duque de Windsor renunci¨® al trono, tuvo una relaci¨®n paralela con otro hombre.

El amante de la dos veces divorciada se?ora Simpson, Guy Marcus Trundle, ten¨ªa 36 a?os en 1935 cuando comenz¨® a frecuentar a futura duquesa de Windsor. Era vendedor de coches Ford, una ocupaci¨®n sensiblemente menos glamourosa que la de Pr¨ªncipe de Gales. Sin embargo, seg¨²n los servicios secretos brit¨¢nicos, que lo siguieron entonces, era guapo, buen bailar¨ªn y un tipo que "presum¨ªa de que todas las mujeres se rinden ante ¨¦l".

Pese a estos poderosos argumentos, la supuesta pasi¨®n de la se?ora Simpson por el vendedor de coches no desbarat¨® su relaci¨®n con el Pr¨ªncipe. Los documentos indican que a ella le preocupaba mucho perder el afecto del futuro Eduardo VIII, "sobre todo por razones econ¨®micas" y por eso ten¨ªa "much¨ªsimo cuidado en pasar todo el tiempo" que pod¨ªa con el Pr¨ªncipe y "mantener a su amante secreto en segundo plano". Todo un ejercicio de maquiavelismo rom¨¢ntico.

Noticia de portada

La revelaci¨®n del amante secreto es noticia de portada en todos los diarios electr¨®nicos brit¨¢nicos, incluso en algunos estadounidenses, como The Washington Post. Sin embargo, la voluptuosidad amatoria de Wallis Simpson era bien conocida. En su d¨ªa el FBI tambi¨¦n identific¨® a otro de sus amantes, nada menos que el entonces embajador alem¨¢n en Londres, Joachim Von Ribbentrop, luego ministro de Exteriores de Hitler. Seg¨²n la agencia estadounidense, Ribbentrop lleg¨® a enviar a su querida diecisiete claveles rojos para significar las veces que se hab¨ªan acostado juntos.

Los documentos tambi¨¦n revelan que, tras la abdicaci¨®n de Eduardo VIII, el Gobierno brit¨¢nico le forz¨® a permanecer en el exilio amenaz¨¢ndole, incluso, con retirarle sus ingresos. Esta noticia, de mayor peso desde el punto de vista de su importancia pol¨ªtica ha quedado, sin embargo, eclipsada por la cr¨®nica rosa.

Eduardo VIII lleg¨® a reinar apenas once meses, entre enero y diciembre de 1936, antes de abdicar para poder contraer matrimonio con Wallis Simpson, dos veces divorciada. La pareja se fue al exilio, convertidos ambos en el duque y la duquesa de Windsor. El trono de Inglaterra y del Imperio Brit¨¢nico fue ocupado por el pr¨ªncipe Alberto, hermano de Eduardo y duque de York, quien reinar¨ªa en adelante como Jorge VI.