Discurso de Josep Antoni Duran i Lleida en el debate parlamentario sobre el Estatuto
"Em permetran, en primer lloc, que saludi afectuosament i doni tamb¨¦ la benvinguda als presidents de les institucions catalanes, del Govern de la Generalitat, del Parlament, al president Pujol, aix¨ª com a les senyores i senyors diputats presents a la tribuna. La pres¨¨ncia de tots vost¨¨s subratlla la solemnitat i la import¨¤ncia d?aquest debat per al poble que vost¨¨s representen". (Me permitir¨¢n, en primer lugar, que salude afectuosamente y d¨¦ tambi¨¦n la bienvenida a los presidentes de las instituciones catalanas, del Gobierno de la Generalitat, del Parlamento, al presidente Pujol, as¨ª como a las se?oras y se?ores diputados presentes en la tribuna. La presencia de todos ustedes subraya la solemnidad y la importancia de este debate para el pueblo que ustedes representan)
Dicho esto, se?or presidente, me propongo defender nuestra posici¨®n, la del Grupo Parlamentario Catal¨¢n (Converg¨¨ncia i Uni¨®), en torno a la reforma del Estatuto catal¨¢n. En primer lugar, para nosotros el incremento de autogobierno que, por supuesto, supone este Estatuto equivale a incremento de libertad. No conozco ning¨²n dem¨®crata que no equipare el incremento del autogobierno y, por tanto el acercamiento del poder a los ciudadanos y ciudadanas, con el derecho al incremento de la libertad. Este Estatuto tambi¨¦n comporta el incremento de la suficiencia financiera para Catalu?a y estoy convencido de aquellos que hoy critican este Estatuto tardar¨¢n muy poco tiempo en intentar reproducir exactamente lo mismo en los respectivos estatutos de sus comunidades aut¨®nomas.
Este es un Estatuto, se?or¨ªas, que incrementa la capacidad financiera para Catalu?a y, consecuentemente, nos permite garantizar mayores grados de bienestar social para la ciudadan¨ªa de Catalu?a en el futuro. Este es un Estatuto del que se ha dicho que no quiere el pueblo catal¨¢n. Este es un Estatuto que quiere la mayor¨ªa de representantes del pueblo de Catalu?a y, en democracia, el Parlamento representa al pueblo de Catalu?a.
Este es un Estatuto del que se dice que es inconstitucional. Ya he dicho en otras ocasiones -y lo repito hoy, se?or¨ªas- que la autoridad de quienes subamos a esta tribuna para afirmar la constitucionalidad o inconstitucionalidad del texto es exactamente la misma: ninguna. El ¨²nico que realmente puede proclamar constitucional o inconstitucional, ajustado o no a la Constituci¨®n, el proyecto que en su d¨ªa ser¨¢ Estatuto de Autonom¨ªa es el Tribunal Constitucional. Mientras tanto, por si acaso, conviene recordar, aunque no guste, cu¨¢l ha sido la decisi¨®n del Tribunal Constitucional, ¨²nica respecto a este proyecto de Estatuto de Autonom¨ªa.
Se dijo tambi¨¦n antes -hoy se olvida- que este Estatuto implicaba una reforma de la Constituci¨®n y fue esa y no otra la raz¨®n por la que se interpuso en su d¨ªa recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Y es cierto que el Tribunal Constitucional no ha dicho si es o no constitucional, pero s¨ª ha dicho, en contra de lo que se proclamaba desde ciertos bancos de este hemiciclo, que no supone reforma de la Constituci¨®n y, consecuentemente -esto no es algo que diga el Tribunal Constitucional, pero cualquier jurista puede deducirlo-, no implica la reforma de lo fundamental de la Constituci¨®n, en contra de algunas advertencias que se han hecho y se hacen hoy en esta C¨¢mara.
Se?or¨ªas, quiero anticiparles que no es intenci¨®n de este grupo parlamentario polemizar con las fuerzas pol¨ªticas catalanas. Hoy es un d¨ªa importante para Catalu?a y estoy convencido de que todos aquellos que valoran la presencia y la aportaci¨®n de Catalu?a al conjunto espa?ol convendr¨¢n conmigo en que hoy tambi¨¦n es un d¨ªa importante para Espa?a.
Por tanto, siendo como es un d¨ªa importante para Catalu?a al aprobarse la reforma de nuestro Estatuto no ser¨ªa l¨®gico que invirtiese mi tiempo y mis energ¨ªas en discutir entre nosotros, los catalanes. Tiempo ha habido y tiempo habr¨¢ para que cada uno de nosotros rinda cuentas ante sus ciudadanos, ante nuestros ciudadanos y ciudadanas de Catalu?a. Tiempo habr¨¢ para que estos sepan valorar la posici¨®n de cada partido, para que la ciudadan¨ªa de Catalu?a sepa valorar la posici¨®n de cada una de SS.SS., de cada dirigente pol¨ªtico de esta C¨¢mara y de Catalu?a.
No obstante, antes de entrar en sus contenidos me permitir¨¢n el se?or presidente y SS.SS. que les recuerde que el Estatuto ha tenido y tiene muchos adversarios. No ha sido un parto f¨¢cil. Adversarios los ha tenido en el ¨¢mbito pol¨ªtico y es l¨ªcito, en la bancada del Partido Popular, que es un claro adversario al Estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a. Pero no solo ha tenido adversarios en la pol¨ªtica, tambi¨¦n en el ¨¢mbito medi¨¢tico, empresarial, sindical, eclesi¨¢stico el Estatuto que hoy pretendemos aprobar su reforma ha tenido muchos adversarios. Estoy pensando solo en aquellos que han sido adversarios dolosamente, es decir, a conciencia y aqu¨ª acabo a la hora de relacionar adversarios porque ya dije que hoy es el d¨ªa para no abrir fuentes de discusi¨®n y frentes de debate innecesarios.
Todos hemos cometido alg¨²n error. S¨ª, se?or Rajoy, he dicho eso en los medios de comunicaci¨®n. Un texto fuera de contexto es solo un pretexto porque m¨¢s all¨¢ de lo que dije respecto a los errores que pudi¨¦ramos haber cometido en Catalu?a, tambi¨¦n a?ad¨ªa los muchos errores cometidos principalmente por el Partido Popular -ese era y sigue siendo nuestro juicio- respecto a la reforma del Estatuto de Catalu?a.
Quiero remarcar, se?or¨ªas, la tremenda responsabilidad de aquellos que en los ¨²ltimos meses han creado, motivado o generado mediante el enga?o una animadversi¨®n hacia Catalu?a. Las heridas que se han abierto tardar¨¢n en cicatrizar y no han da?ado simplemente en Catalu?a, sino que han causado un grave perjuicio a Espa?a. Tanto querer a Espa?a y no se llegan a dar cuenta de que lo que se est¨¢ haciendo realmente es doloroso para el conjunto de la sociedad espa?ola. Nos han acusado de separatistas y hay m¨¢s separadores en Espa?a que separatistas en Catalu?a. Se nos ha acusado de insolidarios, de perseguir el castellano en Catalu?a y eso se ha repartido por todos y cada uno de los rincones de la geograf¨ªa espa?ola. No es verdad y voy a explic¨¢rselo, se?or¨ªas.
Se ha dicho que quer¨ªamos reformar la Constituci¨®n, que est¨¢bamos negando a los espa?oles su derecho a opinar, se ha hecho una campa?a pepitoria bas¨¢ndose en ese eslogan y se insiste y persiste en que con el Estatuto que hoy vamos a aprobar el Estado desaparece de Catalu?a, que se aprueba un poder judicial propio para Catalu?a, que adem¨¢s de dividir el poder judicial se introduce la politizaci¨®n de la justicia y se acaba con la divisi¨®n de poderes. Muy bien, as¨ª es y as¨ª intentar¨¦ explic¨¢rselo si me lo permite, con su respetable silencio, se?or¨ªa. De todo ello, intentar¨¦ hablar, primero de manera m¨¢s generalizada, despu¨¦s entrando m¨¢s en el detalle del articulado e incluso antes quisiera, con el pincel m¨¢s fino que sea capaz de utilizar, enmarcar este debate, sus or¨ªgenes y consecuencias en lo que se ha denominado cuesti¨®n o pleito catal¨¢n.
En los estos meses y particularmente en las ¨²ltimas semanas se ha hecho referencia y memoria a Ortega y Gasset y por supuesto tambi¨¦n a Aza?a, al debate que ambos mantuvieron en esta C¨¢mara con motivo de la aprobaci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa de 1932. Ortega dec¨ªa aquello de que la cuesti¨®n catalana no puede resolverse, solo conllevarse. A la vista de lo acontecido en los ¨²ltimos meses puede que no le falte raz¨®n a Ortega: algunos no pueden ni tan siquiera conllevar, simplemente no la resisten, no la soportan y no la admiten. Pero me resisto a darle la raz¨®n al se?or Ortega y Gasset. Creo que la cuesti¨®n catalana tiene soluci¨®n, es m¨¢s, creo que este Estatuto sit¨²a el marco para resolverla definitivamente y, por supuesto, se aprobar¨¢ como una contribuci¨®n decisiva para resolverlo. Y si no es definitiva ser¨¢ principalmente por la actitud mantenida por el Partido Popular a lo largo del debate y de la tramitaci¨®n de este Estatuto.
Surge en este contexto el interrogante que ustedes tambi¨¦n plantean y han utilizado en su campa?a contra el Estatuto. ?Es provisional este Estatuto o es definitivo? De entrada, se?or¨ªas, no m¨¢s provisional ni menos de lo que lo son otras cosas. No obstante, yo dar¨¦ mi respuesta a una pregunta que planteaba a menudo en los medios de comunicaci¨®n y en esta C¨¢mara el se?or Rajoy. Yo le dar¨¦ la respuesta respecto a esa cuesti¨®n, se?or Rajoy, pero agradecer¨ªa que en justa correspondencia S.S. hiciese lo propio. ?Es para usted provisional este Estatuto? Si un d¨ªa usted o su partido vuelven al Gobierno, ?modificar¨¢n este Estatuto? Le voy a explicar cu¨¢l es mi posici¨®n al respecto; cu¨¢l es la explicaci¨®n y la posici¨®n de nuestro grupo parlamentario.
Este no es -y todo el mundo lo sabe- el Estatuto aprobado por el Parlamento catal¨¢n, por tanto, no es el Estatuto que all¨ª propuso Converg¨¨ncia i Uni¨®. Admito que pudiera requerir alguna correcci¨®n, pero aquel proyecto marca nuestras aspiraciones definitivas. El Estatuto que se aprobar¨¢ no es, por tanto, el que deseamos; tampoco es el que se nos hubiera concedido en el Congreso, en estas Cortes, de no mediar nuestra propuesta y nuestra capacidad negociadora, que quede claro, ni por supuesto es tampoco ni de lejos el Estatuto de 1979 ni de 1932; es mucho mejor, muy superior para todos.
Por eso, aseguro a esta C¨¢mara la lealtad del Converg¨¨ncia i Uni¨® a este Estatuto. No es para cuatro d¨ªas, ni cuatro ni ocho ni doce a?os; no tiene esa provisionalidad, ni el presidente del Gobierno ni el se?or Rajoy ni yo mismo en los bancos de este hemiciclo ni los dirigentes catalanes aqu¨ª presentes podemos permitirnos poner sobre la mesa este debate cada dos por tres. Los que vengan detr¨¢s ya decidir¨¢n -los nuestros y los suyos-, pero insisto, se?oras y se?ores diputados, insisto, ciudadanos y ciudadanas del conjunto del Estado espa?ol, Converg¨¨ncia i Uni¨® ser¨¢ leal a este Estatuto como fue leal al Estatuto de 1979. Si alguna deslealtad ha tenido la aplicaci¨®n del Estatuto del a?o 1979, una de las razones por las que hoy nos encontramos aqu¨ª debatiendo la reforma del mismo, no ha venido de las filas de Converg¨¨ncia i Uni¨®, sino que ha venido de los gobiernos y de los grupos mayoritarios de esta C¨¢mara, sea en su ¨¦poca el Partido Socialista Obrero Espa?ol, sea en su ¨¦poca -aunque dur¨® menos tiempo- del Partido Popular. ?Puede decir lo mismo el Partido Popular? ?Ser¨¢ leal a este Estatuto si gobierna? Esa es una pregunta, un interrogante, que tambi¨¦n nos formulamos los ciudadanos de catalu?a.
Por mucho que alguna de SS.SS. se empe?e, no existe en Catalu?a voluntad de segregaci¨®n del conjunto del Estado. No hay ninguna mayor¨ªa que sustente la separaci¨®n. La Generalitat es Estado, un organismo del Estado y est¨¢ comprometida con el Estado. Lo ¨²nico que pedimos es que se nos deje ser lo que somos, porque en eso no vamos a cambiar; que se nos deje pensar que en la pluralidad nacional, cultural y ling¨¹¨ªstica est¨¢ la clave de la unidad. Hay muchas cosas que se pueden negociar, pero nuestros sentimientos son irrenunciables; como irrenunciable es que se nos pida renunciar a lo que somos. Se?or¨ªas, no somos ni peores ni mejores que otros pueblos del Estado; somos lo que somos y a partir de lo que somos podemos compartir un proyecto com¨²n con todos ustedes. Les pido que dejen de utilizar a Catalu?a para intereses que nada tienen que ver con Espa?a, sino simplemente para intereses de partido; simplemente utilizar Catalu?a para intentar erosionar al partido de Gobierno de turno. Basta ya de utilizar a Catalu?a simplemente por fines y cuestiones partidistas.
Han propagado la idea de que la incorporaci¨®n en el pre¨¢mbulo del concepto naci¨®n es equivalente a la ruptura de la unidad de Espa?a. Eso no es as¨ª, se?or¨ªas. Es cierto que el pre¨¢mbulo recoge y reconoce la declaraci¨®n del Parlamento catal¨¢n cuando se afirma que Catalu?a es una naci¨®n. Para algunos eso es insuficiente. Tampoco lo comparto.
En primer lugar, porque esa es una afirmaci¨®n que ni estaba en el Estatuto de 1979 ni por supuesto estaba en el Estatuto de 1932. En segundo lugar, porque qu¨¦ es naci¨®n si no la cultura, la lengua, la historia, pero sobre todo una voluntad de ser; Renan, Maritain, por si a alguien le suena m¨¢s particularmente. ?Qui¨¦n mejor, por tanto, para representar la voluntad de ser que el Parlamento de Catalu?a, que explicita en una de sus declaraciones esa afirmaci¨®n que recoge el pre¨¢mbulo de nuestros estatutos? Se?or¨ªas de esta bancada, algunos de sus portavoces reivindicaban recientemente su condici¨®n hist¨®rica centrista de miembros o dirigentes de la UCD; nada que objetar.
Quiero recordarles el contenido del pacto entre el presidente Su¨¢rez, presidente de la UCD, y la comisi¨®n de la oposici¨®n democr¨¢tica suscrito el 3 de febrero del a?o 1977. Dec¨ªa as¨ª: La justicia y la estabilidad democr¨¢tica pasan por una soluci¨®n adecuada al grave problema de la constituci¨®n de un Estado que asuma la pluralidad nacional y regional de Espa?a, que es una realidad hist¨®rica que las fuerzas democr¨¢ticas se comprometen a mantener y defender. Presidente centrista, a?o 1977, 3 de febrero, pluralidad nacional y regional de Espa?a, que se compromet¨ªan de defender y a mantener. Vamos a ver, se?or¨ªas, cu¨¢ntos centristas quedan hoy a la hora de expresar el voto a favor de la reforma del Estatuto de Catalu?a. No reparto carn¨¦s de centro, simplemente recuerdo lo que los centristas se comprometieron ante los ciudadanos de Espa?a.
Saben SS.SS. que ni es anticonstitucional ni pretende la ruptura de la unidad de Espa?a. Yo hago una pregunta, se?or¨ªas, se?or Rajoy. Si el Parlamento de Catalu?a aprobase el derecho de autodeterminaci¨®n, que, por supuesto, ser¨ªa para ustedes mucho m¨¢s grave que esa proclamaci¨®n de la naci¨®n catalana, me imagino que se romper¨ªa Espa?a, y ustedes proclamar¨ªan a los cuatro vientos que la proclamaci¨®n por el Parlamento de Catalu?a del derecho de autodeterminaci¨®n romp¨ªa Espa?a. Pues bien, el Parlamento de Catalu?a en los a?os 1989, 1991 y 1998 proclam¨® el derecho a la autodeterminaci¨®n para el pueblo de Catalu?a, y no se ha roto Espa?a. Es m¨¢s, lo proclam¨® en 1998. ?Qui¨¦n gobernaba en Espa?a en el a?o 1998? El Partido Popular. ?Con el apoyo de qui¨¦n gobernaba Espa?a en el a?o 1998 el Partido Popular? Con el apoyo de quienes votaban el derecho a la autodeterminaci¨®n en Catalu?a. Gobernaban con autodeterministas. ?Por qu¨¦ entonces ustedes no lo explicaron a la poblaci¨®n espa?ola y renunciaron al apoyo de Converg¨¨ncia i Uni¨®, que era gente que quer¨ªa disgregar Espa?a, dividirla y romperla por aprobar el derecho a la autodeterminaci¨®n en el Parlamento de Catalu?a? ?Por qu¨¦ ahora s¨ª?. Porque son oposici¨®n y quieren erosionar al Gobierno. Digan de una vez por todas la verdad al pueblo espa?ol. Digan que en Catalu?a se pretende simplemente que se les trate como quieren que se les trate, que tengan m¨¢s competencias, que ayudan a resolver los problemas de la ciudadan¨ªa, que tengan una financiaci¨®n m¨¢s justa y que tengan un reconocimiento de lo que son y no piensan dejar de ser.
El Estatuto recoge tambi¨¦n -y es un dato positivo- una referencia a los derechos hist¨®ricos. A partir de ah¨ª, este Estatuto abre la puerta a competencias que, sin duda, son positivas y que no estaban antes reconocidas para el Gobierno de la Generalitat o para el Parlamento catal¨¢n, tanto en lo que se refiere a la organizaci¨®n territorial interna como a la presencia de Catalu?a en la Unesco. ?Es que por el hecho de que a partir de ahora las provincias en Catalu?a se llamen veguer¨ªas estamos rompiendo alguna cosa fundamental del jarr¨®n de esa unidad de Espa?a? ?Es que porque Catalu?a pueda tener presencia directa en la Unesco, que lo permiten los estatutos de la Unesco, se est¨¢ rompiendo alguna cosa? ?O es que tambi¨¦n la Unesco es un nido de separatistas que no pretenden otra cosa que la disgregaci¨®n de Espa?a? Por tanto, esos derechos hist¨®ricos -por cierto, referencia tambi¨¦n recogida en los estatutos de autonom¨ªa de Arag¨®n y de Valencia- solo son un avance en la consolidaci¨®n de las capacidades de Gobierno, de autogobierno y de m¨¢s competencias para Catalu?a.
Se ha hecho tambi¨¦n a lo largo y ancho de la geograf¨ªa espa?ola una profunda campa?a afirmando que este Estatuto incorporaba una clara discriminaci¨®n respecto a las personas que tienen por lengua materna el castellano, y se ha vuelto a suscitar la pol¨¦mica de la escolarizaci¨®n. ?Sinceramente creen se?or¨ªas, sinceramente creen ciudadanas y ciudadanos espa?oles que Catalu?a renuncia al castellano? ?Tan pobres de esp¨ªritu y cortos de inteligencia nos consideran para renunciar a una lengua que, sin duda, m¨¢s all¨¢ de la propia del catal¨¢n, es para nosotros una fortuna poder conocerla en tanto que nos sirve de veh¨ªculo de expresi¨®n y comunicaci¨®n con una parte importante no simplemente de Espa?a sino de otros continentes?
No vamos a ignorar lo que significa la aportaci¨®n de este Estatuto en materia ling¨¹¨ªstica. En primer lugar, sin duda, se sit¨²a el catal¨¢n en las mismas condiciones que el castellano. F¨ªjense que ese gran paso es situar no el catal¨¢n por encima del castellano, sino situar simplemente a efectos legales, de acuerdo con lo que establece como posibilidad el art¨ªculo 3 de la Constituci¨®n, el catal¨¢n en condiciones de conocerlo y utilizarlo como hasta la fecha solo eran requisitos suscribibles para el castellano. Espero que todas SS.SS. entiendan que el catal¨¢n es un patrimonio de todos, no simplemente de los que hablamos catal¨¢n y espero que entiendan que, m¨¢s all¨¢ de ese valor que le damos al castellano, tenemos la obligaci¨®n -ustedes no simplemente de respetarla, sino de ampararla y fomentarla- de que el catal¨¢n sea una lengua que contin¨²e viva, porque como dec¨ªa Steiner cualquier lengua que muera, muere con ella parte de la humanidad. ?Qu¨¦ poco debe entenderse y qu¨¦ poca pedagog¨ªa hemos tenido unos y otros cuando, por ejemplo, hay m¨¢s c¨¢tedras de catal¨¢n en las universidades alemanas que en las universidades espa?olas? ?Qu¨¦ sucede en Espa?a para que exista m¨¢s inter¨¦s en dar a conocer el catal¨¢n en Alemania que en las universidades espa?olas? ?De verdad se puede sostener -sin ruborizarse respecto a esta cuesti¨®n-, como se ha sostenido, que en estos momentos el castellano est¨¢ tratado en Catalu?a como el catal¨¢n se trat¨® en la ¨¦poca de Franco? ?Es que en la ¨¦poca de Franco se pod¨ªa hacer alguna entrevista en la televisi¨®n p¨²blica en catal¨¢n? ?Es que no acaban de hacer al l¨ªder de la oposici¨®n una larga entrevista, por supuesto en castellano, en la televisi¨®n p¨²blica catalana? ?Es que alguien pod¨ªa hacer m¨ªtines? Por supuesto que no y en catal¨¢n todav¨ªa menos. ?Es que hoy alguien le impide hacer alg¨²n acto p¨²blico en castellano en Catalu?a? Para no poderse, ni tan siquiera pod¨ªa rezarse lo m¨¢s ¨ªntimo en la lengua propia de los ciudadanos de Catalu?a. ?C¨®mo y por qu¨¦ hoy puede sostenerse -sin ruborizarse- que el catal¨¢n o que el castellano tiene el mismo trato en la actualidad que tuvo el catal¨¢n en la ¨¦poca de Franco?
Se ha vuelto a resucitar la problem¨¢tica sobre la escolarizaci¨®n. El Estatuto simplemente incorpora todo aquello que hace referencia a lo ya dispuesto en la Ley 7/1983 en relaci¨®n con la oficialidad de la lengua catalana. Por cierto, hablando del Tribunal Constitucional, no de futuribles, sino de pasados, la sentencia 337/1994, de 23 de diciembre, considera plenamente constitucional todo aquello que hace referencia al sistema de escolarizaci¨®n y aquello que hace referencia a la oficialidad del catal¨¢n y a la Ley de normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica que en su d¨ªa se impugn¨®.
Este Estatuto, se?or¨ªas, ciudadanas y ciudadanos que nos est¨¢n escuchando, comporta m¨¢s competencias y mejores competencias. S¨ª, m¨¢s competencias para Catalu?a y mejores competencias. Pero quiero resaltarles, se?or¨ªas, que en cada uno de los procesos auton¨®micos, empezando desde el inicio, cuando Catalu?a ha tenido m¨¢s y mejores competencias, esas m¨¢s y mejores competencias despu¨¦s tambi¨¦n han servido para el resto de comunidades aut¨®nomas. Repito lo que repet¨ªa antes en cuanto al incremento de la autonom¨ªa fiscal: lo que hoy algunos critican, cuando acabe este debate, ser¨¢n los primeros en situarse en la cola para solicitar exactamente lo mismo -de hecho en alg¨²n estatuto ya est¨¢ formulado jur¨ªdicamente- que se le da a Catalu?a en estos momentos.
Se ha puesto el grito en el cielo al decir que nosotros pretend¨ªamos vaciar el Estado, que a partir de ahora el Estado no tendr¨ªa presencia en Catalu?a, porque hab¨ªamos aprobado, entre otras cosas, m¨¢s all¨¢ del blindaje de las competencias, la Administraci¨®n ordinaria. S¨ª, la Administraci¨®n ordinaria. Quiero leer un documento de la Xunta de Galicia sobre la Administraci¨®n ¨²nica, un documento dentro de 12 tomos que en su d¨ªa elabor¨® la Xunta de Galicia, en el que se desgranaban detalladamente, por parte de la Xunta de Galicia presidida por don Manuel Fraga, 117 competencias que el Estado pod¨ªa transferir a las comunidades aut¨®nomas haciendo uso del art¨ªculo 150.2 de la Constituci¨®n. Eran 117 competencias, seg¨²n la tesis propuesta de Administraci¨®n ¨²nica que nace -aunque con el apoyo incluso de Converg¨¨ncia i Uni¨® previo a su desarrollo pol¨ªtico- y se bautiza con ese nombre en boca de don Manuel Fraga. Discurso de 24 de septiembre en la Escola Galega de Administraci¨®n P¨²blica. Don Manuel dec¨ªa: digo que la propuesta no da?a la Administraci¨®n central ni a la unidad de Espa?a y -denuncio- pienso que si lo que parece traslucir esta cr¨ªtica es una confusi¨®n entre el Estado y Espa?a y la Administraci¨®n central, no estoy de acuerdo y, segundo, que esa confusi¨®n no debe pasar inadvertida, porque no se puede aceptar, de ninguna manera -por eso a?ad¨ªa-, la propuesta de Administraci¨®n ¨²nica equipar¨¢ndola como algo que realmente extrapola hacia la desaparici¨®n del Estado.
?Qu¨¦ pasa se?or¨ªas de la bancada popular? ?Es que si lo dice el se?or Fraga es porque, con todo mi respeto y admiraci¨®n, tiene el Estado la cabeza y si lo dice Converg¨¨ncia i Uni¨® es que queremos cargarnos la cabeza del Estado? ?Por qu¨¦ no explican ustedes al pueblo de Catalu?a que est¨¢n utilizando? la Administraci¨®n ¨²nica en contra de lo que ustedes defendieron y de lo que defendi¨® el presidente fundador de su partido? ?Por qu¨¦ explican y enga?an a los ciudadanos del conjunto de Espa?a que queremos acabar con el Estado en Catalu?a cuando ustedes defendieron en su d¨ªa propuestas equivalentes? M¨¢s y mejores competencias, s¨ª, se?or¨ªas; m¨¢s y mejores competencias.
Porque hab¨ªa que dar respuesta a hechos que no exist¨ªan en el momento de elaborar el Estatuto de 1979 y que aparecieron a posteriori, porque hab¨ªa que dar respuesta, entre otras cosas, a la falta de lealtad que el Gobierno y estas propias Cortes tuvieron con el Estatuto de Autonom¨ªa en su desarrollo y porque doctrina reiterada del Tribunal Constitucional ya advierte al legislador de que si bien sobre la interpretaci¨®n que hab¨ªa hecho el Gobierno de turno ante una ley o ante un decreto que cuestionaba como inconstitucional nuestro Gobierno de la Generalitat el Tribunal Constitucional dec¨ªa que se ajustaba a derecho, tambi¨¦n a?ad¨ªa que la interpretaci¨®n que recog¨ªa el recurso planteado por la Generalitat de Catalu?a se ajustar¨ªa a derecho porque hab¨ªa una interpretaci¨®n m¨¢s auton¨®mica, m¨¢s autonomista del Estatuto, de la Constituci¨®n de la que estaba haciendo el Gobierno de turno. Y fue precisamente ese el fundamento, se?or Rajoy, usted no puede olvidarlo, que motiv¨® que Converg¨¨ncia i Uni¨® presentase al Gobierno que usted representaba como vicepresidente un documento donde no se propon¨ªa la reforma del Estatuto. Muchos de nosotros hemos cometido errores, pero tambi¨¦n el PP cometi¨® el grave error de cerrar la puerta a un planteamiento que no era reforma del Estatuto, sino simplemente que se trataba de hacer una relectura distinta de acuerdo con lo que se planteaba en la jurisprudencia inconstitucional.
Se?or¨ªas, quiero acabar, ruego me dispense el se?or presidente por haberme alargado porque me confundi¨® el cron¨®metro pensando que simplemente ten¨ªa marcado el tiempo inicial, despu¨¦s volveremos a la tribuna, agradeciendo el voto a aquellas fuerzas pol¨ªticas nacionalistas, gallegas, vascas, canarias y al PNV que van a apoyar este Estatuto, por supuesto tambi¨¦n el trabajo que los ponentes de los diversos grupos han hecho, ponentes del PP y tambi¨¦n del Partido Socialista que, juntamente con los de Converg¨¨ncia i Uni¨® y otros grupos, hemos hecho un buen trabajo y especialmente al presidente del Gobierno y al portavoz socialista que alg¨²n d¨ªa la historia escribir¨¢ su aportaci¨®n en lo que ha sido y ha hecho posible este Estatuto.
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