Intervenci¨®n inicial de Gaspar Llamazares y Joan Herrera

Gaspar Llamazares Trigo

Se?or presidente, se?or¨ªas, un sistema pluripartidista como es el nuestro tiene la ventaja de no tener que situarse necesariamente en la complacencia o en la cat¨¢strofe. Nosotros no nos sumaremos en el debate de hoy al Se?or de los anillos, tampoco nos sumaremos a la ciencia ficci¨®n, a Harry Potter, seremos m¨¢s bien Kent Loach o Almod¨®var, intentando ser al mismo tiempo realistas y con voluntad de cambio.

Se?or¨ªas, el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds ha actuado en esta legislatura como parte de un proyecto que va m¨¢s all¨¢ de los partidos, un proyecto de cambio que viene ya desde el 11 de marzo y que incluye a fuerzas sociales y a organizaciones pol¨ªticas que quer¨ªan un mundo en paz pero que tambi¨¦n apostaban por el progreso y por el cambio en nuestro pa¨ªs, por un cambio de izquierdas. En ese sentido, dimos nuestra confianza al Gobierno en la primera ocasi¨®n, en el debate de investidura y, m¨¢s tarde, durante el primer a?o, apostamos por la estabilidad. Estamos ya en la mitad de la legislatura y, por tanto, no tiene sentido volver a demostrar la confianza ni la apuesta por la estabilidad. A estas alturas, nuestro grupo parlamentario se propone el compromiso y la exigencia. Creemos que es lo que hay que hacer en el d¨ªa de hoy, compromiso con los cambios y exigencia al Gobierno que es el principal responsable de que esos cambios se produzcan. Hemos echado de m¨¢s en la intervenci¨®n del presidente del Gobierno un cierto triunfalismo -dec¨ªa antes Harry Potter, no sabr¨ªa c¨®mo llamarle-, s¨ªndrome de La Moncloa, en relaci¨®n con la situaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica del pa¨ªs, sin lugar a dudas como contrapunto al catastrofismo del Partido Popular, aunque nosotros creemos que hay que entrar m¨¢s a fondo en relaci¨®n con lo que sentir¨ªan hoy los mismos grupos sociales y pol¨ªticos que cambiaron la situaci¨®n del pa¨ªs el 11 de marzo. Estoy seguro de que no est¨¢n de acuerdo -no estamos de acuerdo- con la visi¨®n de una Espa?a tormentosa, dividida, invadida por la inmigraci¨®n, que ha tratado de trasladar el Grupo Parlamentario Popular, pero estoy seguro tambi¨¦n de que esas mismas ciudadanas y ciudadanos no est¨¢n de acuerdo con la visi¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica excelente que ha dado el presidente del Gobierno. Viven en su vida cotidiana situaciones que pueden ser m¨¢s favorables pero tambi¨¦n m¨¢s complejas: tienen dificultades para tener un empleo de calidad -5 millones de personas tienen un empleo temporal o precario-; tienen dificultades para acceder a una vivienda en condiciones dignas -dedican una buena parte de su sueldo al alquiler o al pago de una hipoteca-; buena parte de ellos est¨¢n endeudados -la deuda privada y familiar es muy importante en nuestro pa¨ªs- y ven c¨®mo, a pesar de los cambios, a pesar del giro social, las condiciones sociales todav¨ªa son bastante precarias en materia de jubilaciones, en prestaciones sanitarias, educativas, etc¨¦tera. Por lo tanto, estoy seguro de que esas familias, esos ciudadanos y ciudadanas que apostaron por el cambio no creen todav¨ªa que ese cambio haya llegado. En ese sentido, discrepo de la declaraci¨®n inicial del presidente del Gobierno donde se mezcla una realidad vista desde un prisma bastante favorable que deforma en parte la realidad y tambi¨¦n una mezcla de realidad y de proyecto.

El presidente del Gobierno ha presentado como hechos cosas que solamente son iniciativas, algunas de ellas ni siquiera todav¨ªa tramitadas en el Parlamento. Ah¨ª quiero entrar en otra cr¨ªtica que me parece importante realizarla en este caso. He echado de menos, se?or presidente, un poco m¨¢s de generosidad y un poco menos de monopolio del poder por parte de su partido y por parte del Gobierno. Si este Gobierno ha logrado tomar iniciativas importantes, que las ha hecho, a lo largo de los ¨²ltimos meses de los dos ¨²ltimos a?os, ha sido gracias a una mayor¨ªa parlamentaria de izquierdas a la que usted pr¨¢cticamente no ha nombrado en toda su intervenci¨®n. Creo que es de se?oras y se?ores justos plantear esta cuesti¨®n tambi¨¦n de la generosidad en las intervenciones parlamentarias.

Vayamos a la cuesti¨®n, se?or¨ªas. Nosotros vamos a hacer nuestra intervenci¨®n desde el compromiso y desde la exigencia. En primer lugar, nosotros estamos comprometidos con los cambios democr¨¢ticos y con la regeneraci¨®n democr¨¢tica que ha tenido lugar en estos primeros dos a?os de legislatura, comprometidos con el proceso de paz en el Pa¨ªs Vasco sin ning¨²n tipo de ambig¨¹edad, comprometidos con el desarrollo federalizante de nuestro Estado, en el futuro tambi¨¦n estaremos comprometidos con una reforma constitucional en la que defenderemos no solamente nuestro republicanismo, sino nuestra Rep¨²blica, pero adem¨¢s estamos comprometidos con los giros sociales que se han llevado a cabo en la primera fase de esta legislatura. Con todo eso estamos comprometidos, nos sentimos part¨ªcipes y, por tanto, pedimos nuestra cuota? parte en esos avances sociales, pol¨ªticos y democr¨¢ticos en nuestro pa¨ªs.

Quiero hacer una referencia especial a nuestro compromiso con la paz en el Pa¨ªs Vasco. Se?or¨ªas, independientemente de que en determinado momento el Gobierno traslade a esta C¨¢mara la autorizaci¨®n para el inicio de conversaciones que disuelvan definitivamente la organizaci¨®n terrorista ETA, nosotros consideramos que no ser¨ªa un debate del estado de la Naci¨®n si no hici¨¦semos una referencia a una cuesti¨®n tan importante. En primer lugar, porque se cumplen tres a?os sin atentados terroristas con muertes y sin atentados terroristas cruentos y, en segundo lugar, porque ha habido un comunicado de alto el fuego permanente que nos parece relevante desde el punto de vista pol¨ªtico. Nosotros hoy queremos decir aqu¨ª que seremos parte de los compromisos por la paz y tambi¨¦n de los compromisos por el di¨¢logo pol¨ªtico que termine definitivamente en nuestro pa¨ªs y adem¨¢s este compromiso y esta lealtad con el proceso de paz no nos afecta ¨²nicamente a las fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas que estamos en esta C¨¢mara. Este compromiso y esta lealtad afecta al conjunto de los ¨®rganos del Estado porque ha sido este Parlamento quien ha decidido que va a un proceso de paz y, por tanto, todos los poderes del Estado est¨¢n en clave del proceso de paz, cumpliendo cada uno de ellos su cometido, pero aqu¨ª no hay poderes soberanos, aqu¨ª hay independencia y autonom¨ªa de los poderes del Estado, pero Montesquieu sigue existiendo, se?or¨ªas. Por lo tanto, nosotros comprometemos nuestra colaboraci¨®n leal y, al mismo tiempo, pedimos que haya colaboraci¨®n leal por parte de todos los poderes del Estado y, yo dir¨ªa algo m¨¢s, por parte de los poderes medi¨¢ticos, que tambi¨¦n tienen deberes de lealtad y de prudencia con el proceso de paz, aunque tengan sus propios criterios en esta materia.

Segunda cuesti¨®n, se?or presidente del Gobierno. Nos ha parecido de su intervenci¨®n que hab¨ªa una minusvaloraci¨®n con respecto al proceso de desarrollo auton¨®mico. Da la impresi¨®n de que el desarrollo auton¨®mico es una iniciativa de las comunidades aut¨®nomas a la cual el Gobierno no tiene m¨¢s que responder d¨¢ndole cierta coherencia de Estado y nosotros creemos que es algo m¨¢s. Nosotros al menos estamos comprometidos no solamente con las reformas auton¨®micas, sino con una reforma auton¨®mica del Estado que permita combinar, por una parte, pluralidad y plurinacionalidad y, por otra parte, cooperaci¨®n y solidaridad entre todos los ciudadanos del Estado.

Ese compromiso nos lleva a respaldar las reformas estatutarias, alguna de ellas no, que quedar¨¢ ¨²nicamente como una reliquia del pasado -me refiero al Estatuto de la Comunidad Valenciana, porque est¨¢ fuera de este proceso federalizante-, pero el resto de las reformas estatutarias, la reforma del Poder Judicial o reformas que tienen que ver con la intervenci¨®n de nuestro pa¨ªs en el ¨¢mbito europeo, estamos convencidos de que forman parte de un proceso de redistribuci¨®n del poder, no solamente a las comunidades aut¨®nomas, sino tambi¨¦n a los municipios y a los ciudadanos. En ese sentido, se?or presidente del Gobierno, le emplazamos a que, adem¨¢s de incluir estas reformas en el desarrollo federal del Estado, incluya tambi¨¦n a los municipios. Nuestros municipios deben tener m¨¢s competencias, necesariamente la ley de gobiernos locales debe salir adelante con m¨¢s participaci¨®n y m¨¢s competencias municipales, pero nuestros municipios tambi¨¦n deben tener necesariamente m¨¢s poder pol¨ªtico, m¨¢s competencias, y eso significa una mejora de la financiaci¨®n municipal que hasta ahora el Gobierno no ha comprometido; mejora de la financiaci¨®n municipal que nos parece que forma parte necesariamente del desarrollo federal del Estado.

Se?or presidente, en su intervenci¨®n hemos considerado de m¨¢s el triunfalismo sobre la situaci¨®n econ¨®mica y hemos echado de menos los retos del cambio econ¨®mico, social y ecol¨®gico. Se?or presidente del Gobierno, nuestros datos macroecon¨®micos son positivos. Sin embargo, nuestra econom¨ªa, como no pod¨ªa ser de otra manera, no es sustancialmente diferente de la econom¨ªa que exist¨ªa en Espa?a hace dos a?os. Sigue siendo una econom¨ªa asentada en unos basamentos fr¨¢giles: ladrillo, consumo y sector servicios y sigue siendo una econom¨ªa que basa su competitividad en bajos salarios y en exigencias fiscales menores que la media de la Uni¨®n Europea, es decir, sigue siendo todav¨ªa una econom¨ªa tradicional. En ese sentido, no es muy de recibo que S.S. hable pr¨¢cticamente ya del cambio econ¨®mico, porque a¨²n no se ha producido en Espa?a. En Espa?a no hay todav¨ªa un cambio econ¨®mico. Por eso resulta llamativo, resulta contradictorio con el cambio de izquierdas, por eso para nosotros es un derechazo al cambio la contrarreforma fiscal que ha iniciado su Gobierno. Esta contrarreforma fiscal consolida lo peor de la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs. Por una parte, pretende que la competitividad de la econom¨ªa espa?ola se base en menores requerimientos fiscales, pretende seguir compitiendo con las ventajas competitivas del pasado, precariedad laboral y, por otra parte, tambi¨¦n bajos requerimientos fiscales. Asimismo, se?or¨ªas, es un modelo fiscal injusto porque sigue tratando distintos rendimientos de manera diferente. Es decir, los asalariados, que son quienes contribuyen en mayor medida a la Hacienda p¨²blica, se convierten en quienes contribuyen no solamente a trav¨¦s del IRPF, sino tambi¨¦n a trav¨¦s de los impuestos indirectos pr¨¢cticamente a toda la Hacienda p¨²blica y se desglosa lo que es el impuesto a los asalariados de lo que son los impuestos de plusval¨ªas. Se dualiza no solamente la sociedad espa?ola, sino que se dualiza tambi¨¦n nuestro sistema fiscal.

Se?or presidente, detr¨¢s de las cifras globales hay un sistema econ¨®mico en el que la tarta se reparte de forma asim¨¦trica. De acuerdo con nuestros datos, se reparte no precisamente a favor de los asalariados. La tarta ha mejorado b¨¢sicamente para los sectores empresariales y en mucha menor medida para los asalariados, por eso no comprendemos esta contrarreforma fiscal. No la comprendemos y no la compartimos. Pero es que, adem¨¢s, esta contrarreforma fiscal es un cierre pr¨¢cticamente categorial a las ambiciones sociales del Gobierno y a las ambiciones sociales de la izquierda. F¨ªjese, seg¨²n Vicente Navarro, necesitar¨ªamos m¨¢s de 6.000 millones de euros anuales adicionales para converger en gasto social con la media de la Uni¨®n Europea, m¨¢s de 6.000 millones de euros.

Pues bien, el presidente del Gobierno y el Gobierno con esta contrarreforma fiscal detraen al menos 5.000 millones de euros anuales del erario p¨²blico. Los detraen adem¨¢s en unas condiciones de super¨¢vit fiscal -no existe super¨¢vit social, se?or presidente-, unas condiciones en que va a venir menos dinero de la Uni¨®n Europea. Es en buena parte la limitaci¨®n de las aspiraciones sociales que ten¨ªamos en la izquierda y que hemos iniciado con un giro social en materia de salario m¨ªnimo en relaci¨®n con las pensiones, en relaci¨®n con la atenci¨®n a la dependencia y en relaci¨®n con la educaci¨®n o con la sanidad. Ese inicio de giro social da la impresi¨®n de que se va a quedar a medio camino si sigue este continuismo en la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno que nosotros denunciamos y que nos parece un derechazo a las aspiraciones sociales de la izquierda. Por eso, se?or presidente del Gobierno, a mitad de la legislatura para nosotros no basta tan solo con una legislatura de restauraci¨®n democr¨¢tica o de reformas democr¨¢ticas, no basta con una legislatura reformadora, sino que es preciso una legislatura de cambio de izquierdas y echamos de menos los mimbres para el cambio de izquierdas, porque no solamente hay problemas en la cantidad, en los presupuestos, sino tambi¨¦n en la calidad. Se?or presidente, no basta con la cantidad en pol¨ªtica de vivienda, hay que cambiar la pol¨ªtica de vivienda. La pol¨ªtica de vivienda hoy subvenciona a los promotores, no permite el acceso a la vivienda y el acceso a la vivienda de alquiler, en particular de los j¨®venes, y ustedes con sus propuestas contin¨²an en esa vieja pol¨ªtica de vivienda. La pol¨ªtica cient¨ªfica, por ejemplo, en nuestra opini¨®n no ha cambiado sustancialmente. Es verdad que hemos incrementado el gasto en ciencia en nuestro pa¨ªs, fundamentalmente en cr¨¦ditos, pero realmente el sistema cient¨ªfico no ha cambiado y buena muestra de ello es la situaci¨®n de los investigadores, se?or presidente, que sigue siendo una situaci¨®n insatisfactoria. Por ello, se?or presidente, consideramos que esta pol¨ªtica no es la pol¨ªtica de cambio y por tanto exigimos y emplazamos al Gobierno a que cambie.

Termino, se?or presidente, refiri¨¦ndome a otra materia que a nosotros nos preocupa, que es la que tiene que ver con la pol¨ªtica exterior. Se?or presidente, aqu¨ª no hay s¨ªndrome de la complacencia o s¨ªndrome del continuismo, como ocurre en la pol¨ªtica econ¨®mica. En esta materia nos da la impresi¨®n de que estamos ante una especie de compensaci¨®n -no sabemos por qu¨¦- en relaci¨®n con la guerra de Irak y el Gobierno no puede vivir de las rentas de la guerra de Irak, sino que tiene que hacer una nueva pol¨ªtica exterior. Y nueva pol¨ªtica exterior no es compensar a Estados Unidos en relaci¨®n con los aviones de la CIA ni en Afganist¨¢n. Y nueva pol¨ªtica exterior no es compensar a Marruecos defendiendo la autonom¨ªa del S¨¢hara y poniendo al pueblo saharaui como moneda de cambio de la pol¨ªtica de reconciliaci¨®n con Marruecos. Creemos que esa es una equivocaci¨®n en la pol¨ªtica exterior y por eso queremos transmitir al Gobierno nuestro compromiso con los cambios, pero no aceptaremos un Gobierno ambidiestro, porque en todo caso es un Gobierno en el que las dos manos tienen la misma fuerza y nosotros queremos un Gobierno ambizquierdo, es decir, que las dos manos tengan sobre todo sensibilidad y voluntad de cambio.

Joan Herrera

Se?or presidente, estamos en el ecuador de la legislatura y si hace un a?o cuando abord¨¢bamos el debate sobre el estado de la Naci¨®n se trataba de situar los principales retos, hoy precisamente no es momento de relatar datos macroecon¨®micos, sino de cumplir con aquello del no nos falles, de liderar las ilusiones de izquierdas, no de dejarnos llevar.

Nosotros entendemos que esos retos se pueden hacer respondiendo a tres objetivos. El primero es el del avance hacia un modelo de Estado m¨¢s federal y con el Estatut se progresa, porque se abre un proceso imparable, y lo necesario es que la sociedad, y especialmente la sociedad catalana, lo avale con fuerza. El segundo objetivo es el de la normalizaci¨®n y desarrollo democr¨¢tico, el de la paz, el de los derechos, el de las libertades, para el que se necesita m¨¢s responsabilidad, por un lado, pero tambi¨¦n m¨¢s decisi¨®n. El tercer objetivo es la apuesta por un modelo de crecimiento socialmente justo y ambientalmente sostenible. Eso significa dejar atr¨¢s el modelo de crecimiento del Partido Popular. El primero de los objetivos, avanzar hacia un modelo de Estado m¨¢s federal, tiene en el Estatut su principal aliado. Con el Estatut, Iniciativa Verds e Izquierda Unida tambi¨¦n, pretend¨ªamos mejorar la vida de los catalanes y catalanas. Pretend¨ªamos hacerlo mejorando el autogobierno y, adem¨¢s, aportando una reforma a fondo para nuestro modelo de Estado. Se?or presidente, ha valido la pena, porque hemos incorporado derechos que la ciudadan¨ªa podr¨¢ exigir ante las administraciones. Hemos incorporado competencias que van a cambiar la vida de la gente: competencias en inmigraci¨®n, en inspecci¨®n del trabajo y en cercan¨ªas. Hemos incorporado un modelo de financiaci¨®n que aporta transparencia, suficiencia, introduce criterios de solidaridad y nos da una Agencia Tributaria, que nos permite compartir la gesti¨®n de todos los impuestos. Estas C¨¢maras han votado por primera vez, y para m¨ª es importante, que Catalu?a es una naci¨®n o que el catal¨¢n estar¨¢ equiparado jur¨ªdicamente al castellano. Adem¨¢s de todo eso, adem¨¢s de todo el ruido, hemos conseguido que el Estatut marque una tendencia claramente federal. Buena prueba de ello es la semejanza del Estatuto andaluz o el hecho de que hoy un presidente del PP, el se?or Matas, pida el mismo modelo de financiaci¨®n que algunos dicen que rompe Espa?a. Ello demuestra que el Estatut ya no solo va a cambiar Catalu?a, sino que tambi¨¦n va a cambiar Espa?a. Eso es todo lo que tiene, pero sabe qu¨¦ le ha sobrado a este Estatut, se?or presidente. Le ha sobrado una cosa, a este Estatut le han sobrado las formas. Le han sobrado las censuras previas de muchos dirigentes del PP, tambi¨¦n tengo que decirlo, alguno del Partido Socialista, que ya de partida negaban que el Estatut pudiese hablar de competencias o de financiaci¨®n. Le han sobrado las mentiras, las mentiras del PP, de ver c¨®mo convert¨ªan en odio casi todo y c¨®mo hac¨ªan de eso un instrumento electoral. Sobre todo, sabe qu¨¦ le ha sobrado, le ha sobrado el protagonismo. El protagonismo excesivo que algunos exigieron para sumarse al Estatut y la falta de protagonismo, que fue la excusa, para que algunos se descolgasen del Estatut y dijeran que era malo aquello que dec¨ªan que era bueno, sin ir m¨¢s lejos, el 19 de enero. Pero, todo eso, no puede hacer que el 18 de junio los catalanes -especialmente los catalanes y las catalanas de izquierdas- echemos por tierra un Estatuto que, sobre todo, tiene de bueno los contenidos. El 28 de junio tenemos que avalarlo porque nos jugamos mucho, ya que con un elevado n¨²mero de noes e incluso con una alta abstenci¨®n el se?or Rajoy repetir¨ªa sus mentiras, pero esta vez diciendo que ten¨ªa raz¨®n. Con una alta abstenci¨®n no dar¨ªamos fuerza a un Estatut que la necesita, y que la necesita para que los ministerios dejen de hacer leyes que laminen competencias o que necesita fuerza precisamente para que cuando vayamos a la ministra de Fomento y le digamos que tiene que transferir las cercan¨ªas, pues que lo haga y que lo haga en breve. El Estatuto catal¨¢n, por tanto, va a servir y va a servir mucho. Va a servir para mejorar el autogobierno, va a servir para abrir Espa?a y va a servir, en definitiva, para que se empiece a reflejar Espa?a en lo que es: la realidad m¨¢s plural, m¨¢s pluriling¨¹e y, por tanto, desde mi punto de vista, m¨¢s plurinacional de toda Europa; s¨ª se?or. Nosotros sabemos que el apoyo al Estatut es avanzar, es avanzar hacia un modelo federal, mientras que el no es hacer posible los sue?os de aquellos que solo piensan en un lema: Santiago y cierra Espa?a. Pero si el reto en torno al Estatut es importante, tambi¨¦n se lo digo, es muy importante el reto en torno a la normalizaci¨®n democr¨¢tica. Para la normalizaci¨®n democr¨¢tica, ?qu¨¦ necesitamos? Lo primero la paz, la ausencia de violencia. Por eso celebramos que este Gobierno, como hicieron otros, abra un escenario de di¨¢logo para conseguir que no haya ni m¨¢s muertos ni m¨¢s miedo. Ese es el mejor homenaje que le podemos hacer a las v¨ªctimas. Creemos que ahora las condiciones son mejores que nunca. Si bien, y a diferencia de otros momentos, sobran actitudes, que parecen tener m¨¢s esperanza en un proceso fallido que en el fin de la violencia.

A este elemento de normalizaci¨®n democr¨¢tica queremos a?adir la profundizaci¨®n democr¨¢tica. Hay que decir que hemos avanzado. La igualdad de derechos independientemente de la opci¨®n sexual es un avance y lo valoramos positivamente, pero, en sentido contrario, hay veces en las que aparecen ocurrencias. Le voy a poner un ejemplo. En los ¨²ltimos d¨ªas, a partir de la ola de asaltos en Tarragona, se ha abierto la posibilidad de reformar el C¨®digo Penal para tipificar la asociaci¨®n de malhechores. ?Es que no existe hoy la asociaci¨®n il¨ªcita? La seguridad -y eso lo comparte la izquierda- se basa precisamente en m¨¢s fuerzas de seguridad y no en endurecer las penas. ?Cu¨¢l ha sido la experiencia de la izquierda? Que cuando se hac¨ªan reformas del C¨®digo Penal en funci¨®n de una circunstancia, se acababa incrementando la inseguridad. Ese es el sello de identidad de la izquierda. Se?or presidente, esta puede ser una gran legislatura, puede y debe ser la legislatura, por ejemplo, del derecho a morir con dignidad, del ejercicio de la confidencialidad del voto para las personas invidentes, de una ley de igualdad ambiciosa, de la prohibici¨®n de las donaciones an¨®nimas a los partidos pol¨ªticos en una nueva ley de financiaci¨®n de partidos. Incluso podr¨ªamos tener unos presupuestos que acabasen claramente con el privilegio de la Iglesia para adecuarnos a lo que somos, un Estado aconfesional. Todo esto lo podemos hacer.

En este contexto, se?or presidente, le quiero situar dos retos fundamentales. El primero de ellos es la necesidad de una pol¨ªtica integradora en materia de inmigraci¨®n. Frente a quienes han dado entrada en este hemiciclo al discurso de Le Pen, frente a quienes mezclan de forma obscena inmigraci¨®n con delincuencia solo cabe un discurso y una pr¨¢ctica, una pol¨ªtica que garantice una acogida humanizada, que no militarice fronteras, que conceda el derecho de asilo y refugio cuando corresponda, que nunca expulse de forma improcedente, como ha sucedido en alguna ocasi¨®n, que d¨¦ c¨¦dulas de identificaci¨®n que permitan a los inmigrantes acceder a lo m¨¢s b¨¢sico -hoy no las tienen, se?or presidente-, que revise la vigente Ley de Extranjer¨ªa, una ley hecha bajo el prisma de la derecha, y que reconozca el derecho de voto antes de las pr¨®ximas municipales, porque adem¨¢s de trabajadores, se?or presidente, queremos que sean ciudadanos y eso significa liderazgo en materia de inmigraci¨®n. A ese desarrollo democr¨¢tico le queremos sumar otra propuesta. Usted sabe que la recuperaci¨®n democr¨¢tica es b¨¢sica y que todos los pa¨ªses que han padecido totalitarismo reivindican la memoria democr¨¢tica. En este momento de la legislatura pedimos una pol¨ªtica p¨²blica por la recuperaci¨®n de la memoria. Eso significa una ley de la memoria que impida, por ejemplo, que en el pa¨ªs de Europa que ha padecido m¨¢s a?os de totalitarismo sucedan hechos tan vergonzosos como que en un espacio patrimonio del Estado, el Valle de los Ca¨ªdos, cada a?o se hagan actos de apolog¨ªa del franquismo. No lo critico yo, lo censura la Asamblea de Parlamentarios del Consejo de Europa. Se?or presidente, no hacer nada es rendirnos a ese perd¨®n que la transici¨®n acab¨® confundiendo con el olvido. Se?or Zapatero, para desarrollar estas pol¨ªticas necesita, en primer lugar, la mayor¨ªa progresista fruto del resultado electoral, y en segundo lugar, la voluntad de utilizar esa mayor¨ªa de izquierdas. Lo que pedimos es que haga pol¨ªticas de izquierdas con la mayor¨ªa de izquierdas para profundizar democr¨¢ticamente.

Por ¨²ltimo, el tercer bloque que le quiero plantear es la necesidad de una apuesta por un modelo de crecimiento socialmente justo y ambientalmente sostenible. Se?or presidente, aqu¨ª es donde hace falta un giro. Llevamos dos a?os de legislatura y ustedes se han instalado -como acostumbra a pasar a veces cuando uno est¨¢ un tiempo en La Moncloa- en eso de la Espa?a que va bien. Nosotros creemos que hay que corregir algunas cosas. El caso paradigm¨¢tico est¨¢ en las l¨ªneas divergentes, por ejemplo, entre la pol¨ªtica social y la pol¨ªtica econ¨®mica y fiscal. La Ley de Dependencia pactada con nosotros, ?qu¨¦ supone? Supone que se garantice un derecho subjetivo, universal y exigible, que contar¨¢ con una financiaci¨®n estable y que no incluir¨¢ en su parte asistencial un elemento de gesti¨®n como el copago. Si bien a¨²n quedan aspectos por acordar, esta ley tendr¨¢ signos de la izquierda, si no hacen un vuelco de ¨²ltima hora. Paralelamente a este gran reto, negocian con CIU una reforma fiscal que supone de 5.000 a 8.000 millones de euros menos para pol¨ªticas de equidad y que consagra que tener un sueldo tribute m¨¢s que, por ejemplo, invertir en bolsa. Eso se contradice con su programa, se?or presidente.

Su propuesta continua sin apoyar el alquiler y su principal pol¨ªtica de vivienda pasa a la desgravaci¨®n por compra, independientemente de la renta o del precio de la vivienda, o a primar a los propietarios por encima de los inquilinos. Y nosotros, se?or presidente, en esta pol¨ªtica fiscal no somos los ¨²nicos defraudados. Los defraudados son Comisiones Obreras, Attac, e incluso muchos militantes socialistas que ven que esa pol¨ªtica fiscal puede suponer la fractura de sus objetivos sociales, el reto de acercarnos a Europa en cohesi¨®n y en equidad. Aqu¨ª est¨¢ el principal problema de su Gobierno. Las medidas para corregir un crecimiento basado en el ladrillo, en el endeudamiento familiar son insuficientes y la consecuencia es una profunda huella ecol¨®gica. La consecuencia de nuestro modelo de crecimiento es que, s¨ª, somos campeones en algo, ?saben en qu¨¦? En el incumplimiento en el Protocolo de Kioto. Hemos incrementado los gases de efecto invernadero un 52 por ciento y, adem¨¢s, tenemos niveles de calidad del aire p¨¦simos, con elevados ¨ªndices de ¨®xido de nitr¨®geno, que producen 16.000 muertes al a?o seg¨²n la Comisi¨®n Europea. Ante estos datos no es momento para decir que en lo ambiental vamos bien. Es hora de corregir pol¨ªticas. Porque cumplir con Kioto significa, adem¨¢s, contar con bases mucho m¨¢s s¨®lidas de crecimiento. Usted ha dicho: vamos a reducir el consumo de energ¨ªa primaria un 8,5 por ciento, y nosotros queremos que as¨ª sea, pero la pregunta es: ?Con qu¨¦ pol¨ªticas? Por eso le planteamos pol¨ªticas que pueden cambiar esa realidad. En primer lugar, la fiscalidad verde. Que llegue ya, que llegue este a?o, internalizando costes, haciendo realidad, por ejemplo, la progresividad de la tarifa de la luz; haciendo posible que el que ahorra pague lo mismo, pero que el consume mucho, el que despilfarra pague mucho m¨¢s. Le proponemos revisar el PEIT, el Plan Estrat¨¦gico de Infraestructuras y Transporte, porque no es l¨®gico que con el barril a 60 d¨®lares construyamos 6.000 kil¨®metros nuevos de autov¨ªas. ?No ser¨ªa mejor optar por el tren, y por el tren convencional especialmente, cuando hoy, por ejemplo, los servicios de cercan¨ªas en el ¨¢rea de Barcelona van colapsados?

Se?or presidente, no decidir en materia medioambiental, como dicn P¨¦rez Arriaga y Gim¨¦nez Beltr¨¢n es perder. Por esos nosotros queremos que decida. En este contexto le quiero poner un ejemplo que debe ser precisamente compromiso en estos inicios del siglo XXI: el del horizonte sin nucleares. Usted el a?o pasado me dijo a m¨ª mismo: le invito a este di¨¢logo para una aproximaci¨®n a un horizonte temporal, a un calendario de cierre de la energ¨ªa nuclear en nuestro pa¨ªs. Se?or presidente, ya hemos dialogado. Nosotros s¨ª que no hemos fallado a la mesa por la evoluci¨®n de la energ¨ªa nuclear. Otros hablan de la mesa pero no han ido apenas a esas reuniones. Nosotros le tenemos que decir que tenemos que plantear ya alternativas para el cierre de las centrales antes que est¨¦n obsoletas y nos veamos precisamente obligados a mantenerlas abiertas en condiciones no adecuadas. Debemos ser responsables con el presente y con el futuro. La energ¨ªa nuclear es m¨¢s cara que el resto, pese a la propaganda del sector. Una energ¨ªa que no ha resuelto sus problemas, que genera residuos que duran centenares de millones de a?os. Lo que le pedimos, por tanto, es que demos respuesta a una exigencia de la opini¨®n p¨²blica y que abordemos el calendario de cierre que nos obliga en el campo energ¨¦tico a hacer los deberes. Llevamos muchos a?os hablando de ahorro y energ¨ªa, pero, ?sabe cual es el problema, se?or presidente?, que nunca hemos hecho los deberes en ahorro y energ¨ªa.

Se?or presidente, hace un a?o usted adquiri¨® un compromiso con nosotros. Durante un a?o nuestro grupo ha hecho sus deberes, ha cumplido su parte; ha aportado an¨¢lisis, reflexi¨®n e incluso una propuesta razonable y muy atractiva para ese calendario de cierre. Ahora, se?or presidente, le toca a usted. Adem¨¢s, sabemos y queremos que lo va a hacer. Ayer lo dijo, pese a las influencias y los intereses del lobby. Y lo va a hacer, y esperamos que as¨ª sea, empezando por Garo?a y anunciando que antes de la legislatura y bajo su liderazgo, bajo el liderazgo de Moncloa, va a situar un horizonte de cierre de las centrales nucleares pactando con todos los agentes sociales y haciendo lo que hoy es responsable. Y lo responsable es no dejar que de aqu¨ª a quince a?os tengamos centrales nucleares obsoletas.

Entrando en el cap¨ªtulo de la conclusi¨®n, se?or presidente, yo le dec¨ªa al principio que este no es un debate del estado de la Naci¨®n cualquiera. Es el debate en el momento m¨¢s decisivo de la legislatura y, me atrevo a decir, m¨¢s decisivo de los ¨²ltimos a?os. Estamos en un a?o absolutamente clave para la paz. Estamos a tan solo dos semanas de un refer¨¦ndum trascendente para Catalu?a y para el resto del Estado. Estamos a pocos meses de que en mi pa¨ªs, en Catalu?a, tengamos que abordar unas elecciones donde tendremos que decir entre dos opciones, una de ellas es la de la vuelta de la derecha catalana, que no ganar¨¢, por muchas ganas que tengan algunos, y no ganar¨¢ porque hoy en Catalu?a existe una mayor¨ªa de izquierdas que quiere pol¨ªticas de izquierdas y que tambi¨¦n quieren que cambien algunas formas de este Gobierno de izquierdas que hemos tenido.

Se?or presidente, lo que le digo a usted es que no puede estar al margen. Mi generaci¨®n ha padecido veinte a?os de pol¨ªticas de derechas donde se primaba lo privado ante lo p¨²blico. Su responsabilidad, no como presidente, sino como persona de izquierdas, es contribuir a que mi generaci¨®n y las generaciones que vendr¨¢n crezcan con una mejor sanidad p¨²blica, con una mejor educaci¨®n p¨²blica, con un mejor medio ambiente, con pol¨ªticas de vivienda distintas. Usted sabe que eso solo es posible con mayor¨ªas y pol¨ªticas de izquierdas tambi¨¦n en Catalu?a, porque para cambiar la realidad necesitaremos cambiar las formas del Gobierno catal¨¢n, pero necesitaremos un Gobierno m¨¢s de izquierdas, que contin¨²e escorado en la izquierda.

Adem¨¢s de todo eso, estamos en un momento decisivo, porque algunos se ofrecen de forma reiterada a pactar con usted, otros incluso a veces le empujan a que dejen de pactar con la izquierda, y usted sabe que nosotros cuando estamos convencidos de que se equivocan nos colocamos enfrente. Nuestras diferencias no son coyunturales, nosotros no votamos su presupuesto de Defensa, nosotros nos oponemos al env¨ªo de tropas a Afganist¨¢n, nosotros criticamos su actitud en el Sahara, y nosotros no aplaudimos su reforma fiscal. Pero al lado de eso nosotros hemos sido un acicate para sus mejores pol¨ªticos. Sin nosotros su Gobierno no ser¨ªa el mismo, y sobre todo sin nosotros su Gobierno no hubiese hecho las mismas pol¨ªticas. No olvide, se?or presidente, que sin nosotros tendr¨ªa una LOE menos p¨²blica, el trabajo de Carmen Garc¨ªa hizo que la LOE fuese mejor que el trabajo de diez diputados de Converg¨¨ncia i Uni¨®. Con la derecha acabar¨ªamos con una pol¨ªtica de dependencia pensada para hacer negocio, no para atender las necesidades de las personas. No s¨¦ si sin nosotros los papeles de Salamanca habr¨ªan vuelto, o si otros en la negociaci¨®n hubiesen priorizado, como nosotros hicimos, un incremento de la ayuda oficial al desarrollo. Hoy si la ayuda oficial al desarrollo crece es porque tiene una buena secretaria de Estado, pero sobre todo porque hay un grupo que le exige que la ayuda oficial al desarrollo crezca. Y sin nosotros, se?or presidente, han aprobado una ley sobre la deuda que, seg¨²n la alianza contra la pobreza, adolece de ambici¨®n y le faltan elementos para ser una buena ley de gesti¨®n de la deuda. Segur¨ªsimo, se?or presidente, que sin nosotros no tendr¨ªamos matrimonios homosexuales, no creo que el se?or Duran les hubiese dejado hacer matrimonios entre personas de un mismo sexo, seguro que no. Sin nosotros, se?or presidente, estar¨ªamos con centrales nucleares obsoletas, de acuerdo con lo que dijo ayer el se?or Duran, y adem¨¢s del trasvase del Ebro tambi¨¦n tendr¨ªamos ese disparate que solo interesa a los cementeros, que es el trasvase del R¨®dano.

No solo estamos en el ecuador de la legislatura, sino en el momento del ser o no ser, estamos en el momento del no nos falles. Desde Iniciativa Verds y desde Izquierda Unida vamos a hacer todo lo que est¨¦ en nuestras manos para que sus pol¨ªticas sean de izquierdas, solidarias, sostenibles, y que nos hagan avanzar hacia un modelo claramente federal. Es lo que el electorado nos ha pedido a nosotros pero, es m¨¢s, es lo que el electorado les exige a ustedes.

Se?or presidente, lo que le decimos es que acepte nuestras propuestas, porque ser¨¢ la mejor manera de responder a la gente de izquierdas, a la gente ecologista, tambi¨¦n a la gente catalanista, porque, en definitiva, ser¨¢ la mejor manera de responder a sus compromisos electorales, unos compromisos que eran de izquierdas y que deben de continuar si¨¦ndolo. Por eso le decimos que en algunas cosas, como en pol¨ªtica fiscal y en pol¨ªtica ambiental, lo que tienen que hacer ya es corregir.

Muchas gracias. (Aplausos.)