En el Cuerno de ?frica, los movimientos de poblaci¨®n cuentan con una larga historia, desde la tradicional trashumancia y el pastoralismo, a la emigraci¨®n de mano de obra barata a los Estados del Golfo. Ahora, la inestabilidad pol¨ªtica, los conflictos armados y las privaciones econ¨®micas llevan a la poblaci¨®n a cruzar el estrecho de Ad¨¦n en pateras. El a?o pasado lo hicieron m¨¢s de 50.000 personas.MSFLa situaci¨®n en Somalia es la peor en 15 a?os de conflicto. El recrudecimiento de la violencia es devastador y se ha alcanzado la cifra del mill¨®n de desplazados en todo el pa¨ªs. En Etiop¨ªa, la crisis alimentaria y el conflicto de Ogad¨¦n obligan a miles de personas a abandonar sus hogares. "No tenemos dignidad. Cuando vemos a los militares, temblamos de miedo", relata una mujer et¨ªope.MSFCerca de 300.000 personas viven actualmente en muy duras condiciones en asentamientos de desplazados esparcidos por Bossaso. Esta ciudad portuaria en Putland es el punto de partida a Yemen. El viaje hasta Bossaso desde el resto de Somalia o desde la vecina Etiop¨ªa es largo y peligroso, jalonado por innumerables controles de carreteras, abusos, robos, asaltos e incluso asesinatos.MSFLas pateras no salen de la misma Bossaso, sino de algunos puntos de la costa a unas dos o tres horas de camino de la ciudad. Las mafias del Golfo de Ad¨¦n son conocidas por su brutalidad: los abusos son moneda com¨²n. Barcas como ¨¦sta (abandonada en la costa yemen¨ª) cargan con entre 90 y 150 personas en un espacio para no m¨¢s de 30. Sin agua ni comida, el viaje, de 300 kil¨®metros, puede durar 72 horas.MSFCerca de la mitad de los barcos para lejos de la costa y obligan a los pasajeros a arrojarse al agua y nadar hasta la orilla en plena noche y sin fuerzas. Cuando llegan a la costa, un gran n¨²mero est¨¢ deshidratado y hambriento. Pero no todos tienen esa suerte. "Seis ni?os murieron porque no ten¨ªamos comida ni agua. Les tiraron al mar". Es el testimonio de una muchacha somal¨ª al llegar a Yemen.MSFMuchos de ellos no sobreviven. Un grupo de somal¨ªes cont¨® que su barca de unos ocho metros, hab¨ªa zarpado con 148 pasajeros y volc¨® cuando se negaron a saltar. S¨®lo 49 llegaron a la costa. A lo largo de cinco kil¨®metros de costa, aparecieron hasta 56 cad¨¢veres.MSFLas palizas de los traficantes son tan brutales que m¨¢s de la mitad de las curas son para tratar heridas de golpes. Las armas m¨¢s habituales son palos, tubos, hebillas de cintur¨®n o culatas de rifles. Algunos incluso sufren navajazos. "Los traficantes no tienen piedad ni siquiera si te est¨¢s muriendo delante de sus propios ojos", afirma un yemen¨ª.MSFLa mayor¨ªa de los que emprenden el peligroso viaje tienen entre 20 y 30 a?os. Yemen suele acoger sin problemas a los reci¨¦n llegados, en especial a los somal¨ªes, a los que reconoce como refugiados. Sin embargo, los et¨ªopes se consideran ilegales. Por eso, temiendo ser arrestados, todav¨ªa exhaustos, muchos de ellos emprenden la marcha nada m¨¢s pisar la costa.MSFLas emergencias se atienden en el Centro de Acogida de Ahwar, abierto por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Las condiciones generales del lugar en materia de abrigo y alimento deben mejorarse.MSFLas patolog¨ªas son las mismas que las identificadas en la playa, entre ellos el duelo traum¨¢tico por haber perdido a seres queridos. Son habituales las reacciones de estr¨¦s agudo, la desesperanza y la p¨¦rdida de control, mientras sobreviven en condiciones muy precarias.MSFEn su mayor¨ªa, los somal¨ªes pretenden quedarse en Yem¨¦n y buscar trabajo, mientras los et¨ªopes intentan la entrada en Arabia Saud¨ª. Muchos son deportados y vuelven a intentarlo cada a?o. Todos son conscientes de los riesgos, pero nadie quiere otra cosa, como relata una mujer somal¨ª. "Me encontr¨¦ con mucha gente en Bossaso que esperaba para embarcar para Yemen. No quieren regresar a Mogadiscio. Prefieren morir en el mar antes que volver a la guerra".MSF
