15 fotosLa b¨²squeda de John Wayne y otra historias del OesteLa b¨²squeda de John Wayne y otra historias del Oeste 24 jul 2008 - 00:00CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceFritz Lang, 1952. Pel¨ªcula extra?a y desolada, este western pertenece a la ¨²ltima ¨¦poca estadounidense de Fritz Lang, cuando el maestro del expresionismo dominaba todos los recursos que le exig¨ªa Hollywood y era, a la vez, capaz de imprimir su sello personal en cada uno de sus trabajos. Encubridora relata una historia de suspense, venganza y amor imposible. Tras la muerte de su novia en un atraco, Arthur Kennedy emprende la b¨²squeda de los culpables. En su caza, se encuentra con un rancho en el que una mujer (Marlene Dietrich) acoge a fugitivos de todo el Oeste a cambio de un porcentaje del golpe. Kennedy se infiltra en busca de los asesinos, pero no puede evitar enamorarse de una mujer aparentemente despiadada y sin escr¨²pulos. "Ojal¨¢ pudieras irte y volver hace diez a?os", le dice Dietrich en un momento cumbre de este magn¨ªfico western rom¨¢ntico.Es el gran western fundacional, la pel¨ªcula con la que John Ford marc¨® las reglas de un g¨¦nero que, desde entonces, ha bebido de aquel filme. Esta adaptaci¨®n de un cuento de Maupassant no fue ni de lejos el primer t¨ªtulo del Oeste. Antes estuvieron El gran asalto al tren, Tom Mix e incluso El nacimiento de una naci¨®n, adem¨¢s de cientos de t¨ªtulos de serie B, pero con este filme Ford molde¨® un lenguaje, un ritmo y una forma de narrar que ha permanecido hasta ahora. "Ha hecho una pel¨ªcula que canta una canci¨®n con la c¨¢mara", escribi¨® poco despu¨¦s de su estreno el cr¨ªtico de The New York Times. La diligencia ofrece otro factor hist¨®rico fundamental: fue la cinta que convirti¨® a Marion Robert Morrison, al Duque, en una estrella llamada John Wayne. Y sin sus andares de gigante, sin su voz, sin su presencia, no existir¨ªa el cine del Oeste.Anthony Mann,1950. Mann (1906, 1967) es uno de los directores que m¨¢s veces aparecen citados en el magistral libro del inolvidable ?ngel Fern¨¢ndez-Santos M¨¢s all¨¢ del Oeste (Debate). De todos los westerns que dirigi¨® este gran artesano forjado en la ¨¦poca dorada de Hollywood, Winchester 73 es quiz¨¢ el que alcanza mayor hondura, aunque El hombre de Larramie o Cimarr¨®n son tambi¨¦n filmes que se sumergen en la infinidad de los paisajes, en la tristeza de los h¨¦roes, en la violencia sin ¨¦pica, en la soledad de las cabalgadas. En su ensayo, Fern¨¢ndez-Santos recordaba una de las frases que James Stewart pronuncia en el filme, que relata una larga persecuci¨®n. "Mi padre me ense?¨® a cazar, pero a ¨¦l no le ense?aron a protegerse de los que disparan por la espalda. Tengo prisa para que todo esto acabe de una vez y yo pueda volver a ser una buena persona".George Roy Hill, 1969. Nunca dos ladrones tuvieron tanto encanto como Butch Cassidy (Paul Newman) y Sundance Kid (Robert Redford) en este filme dirigido por George Roy Hill y escrito por el gran William Goldman. Frente a la violencia descarnada de Sam Peckinpah, esta cinta ofrece el rostro m¨¢s amable del crep¨²sculo del viejo Oeste. La pareja Redford-Newman arras¨® en taquilla con esta historia de piratas honrados y ladrones buenos, de tipos que nunca se vender¨ªan al ferrocarril. La pel¨ªcula est¨¢ llena de escenas memorables, de persecuciones y asaltos estupendamente filmados, de di¨¢logos punzantes -"si me diese lo que se gasta en tratar de que no le robe, no le robar¨ªa" o "?cu¨¢ntos nos persiguen?", "todos", "?todos? ?Qu¨¦ les pasa a esos tipos?"-, pero son pocos los que olvidar¨¢n la secuencia de la bicicleta, mientras suena Raindrops keep fallin' on my head.Joshua Logan, 1969. Es un western m¨¢s que improbable: un musical de Lerner y Loewe que relata en tono de comedia disparatada una historia de mineros, duros como rocas y cafres como ellos solos, que fundan una poblaci¨®n en medio de la nada. Sus protagonistas son Lee Marvin y Clint Eastwood que, contra todo pron¨®stico, cantan bien y con mucha gracia. La presencia de la siempre maravillosa Jean Seberg le aporta encanto a una pel¨ªcula deliciosa sobre la amistad, el amor, la anarqu¨ªa y la construcci¨®n del Oeste. En el momento cumbre, Lee Marvin descubre c¨®mo la localidad de mineros va a convertirse en breve en una ciudad civilizada, con escuela, iglesia y casas blancas. Y decide partir mientras canta "nac¨ª bajo una estrella errante". "Soy un ex ciudadano de ninguna parte y a veces siento a?oranza de mi hogar". Eso es el Oeste.Sam Peckinpah, 1969. La frase que acompa?aba el p¨®ster de esta obra maestra de Sam Peckinpah lo resum¨ªa todo: "Cuando ellos llegaron, el cielo se ti?¨® de sangre". A los protagonistas de este filme (William Holden, Ernest Borgnine, Warren Oates, Robert Ryan) se les pod¨ªa aplicar una cita de otra pel¨ªcula de Peckinpah: "Los tiempos cambian, pero ellos no". Western crepuscular por antonomasia, cuando se estren¨® en los sesenta, con la guerra de Vietnam como tel¨®n de fondo, provoc¨® un intenso debate sobre sus explosiones de violencia, sobre todo por la larga matanza final. Sin embargo, han pasado los a?os, y este filme se ha convertido en un cl¨¢sico, en una apuesta cinematogr¨¢fica radical que ha ido ganando fuerza y hondura con los a?os. Sus im¨¢genes, como sus personajes, se quedan clavados en la retina para siempre. Y eso s¨®lo lo consiguen los grandes.Walter Hill, 1980. "A todo el mundo le gustan los forajidos. Por alguna maldita raz¨®n los recuerdan". Esta frase de Jesse James resume Forajidos de leyenda, un inmenso western que dirigi¨® Walter Hill en su ¨¦poca dorada, los tiempos en los que cambi¨® el cine de acci¨®n con filmes como Calles de fuego o The Warriors, antes de que se perdiese para la causa en una de las carreras m¨¢s extra?as y err¨¢ticas que se recuerdan. Protagonizada por los hermanos Carradine, la pel¨ªcula sigue las andanzas de la banda de Jesse James, con sus guardapolvos, sus asaltos a diligencias y sus tiroteos a c¨¢mara lenta con explosiones de sangre. Curiosamente Hill ha vuelto a recuperar el pulso cinematogr¨¢fico con el viejo Oeste gracias a Los protectores (2007), un magn¨ªfico western crepuscular de grandes paisajes en el que Robert Duval borda una de las grandes interpretaciones de su vida.Joseph L. Mankiewicz, 1970. S¨®lo Joseph L. Mankiewicz podr¨ªa mezclar en una misma pel¨ªcula la comedia negra, el cine del Oeste y el g¨¦nero carcelario (en la modalidad de fugas) creando una narraci¨®n totalmente original. El realizador de El fantasma y la se?ora Muir o de Eva al desnudo logra respetar las normas de los tres g¨¦neros, pero siendo totalmente fiel a su cine con una trama llena de sorpresas y de giros. Henry Fonda interpreta a un alcaide que trata de humanizar una despiadada prisi¨®n, y Kirk Douglas a un tipo, un consumado ladr¨®n, que no conoce lo que son los escr¨²pulos, que se define a s¨ª mismo en el siguiente di¨¢logo: "?Por qu¨¦ tratas de demostrarle a todo el mundo que eres un hijo de puta?", le pregunta el alcaide. "Porque lo soy. Es mi profesi¨®n y soy el mejor", responde Douglas. Brillante, inesperada, El d¨ªa de los tramposos es Mankiewicz en estado puro.John Huston, 1961. Es de las pel¨ªculas m¨¢s tristes que se hayan rodado: no s¨®lo por lo que cuenta -la historia de seres perdidos y desarraigados que luchan por mantener un modo de vida que saben que ha desaparecido-, sino porque represent¨® la eleg¨ªa cinematogr¨¢fica de dos de las tres estrellas que la protagonizaron: Clark Gable y Marilyn Monroe. A Montgomery Clift, m¨¢s torturado que nunca, le quedaban todav¨ªa tres pel¨ªculas y cinco a?os por delante. En un sereno blanco y negro, John Huston como director y Arthur Miller como guionista narran la historia de los ¨²ltimos cowboys de Nevada, que tratan de hacer negocio convirtiendo a caballos cansados, como ellos mismos, en comida para perros. Marilyn Monroe -"eres la chica m¨¢s triste que he conocido", le dice Gable- tratar¨¢ de evitar la matanza. Una pel¨ªcula dura, imborrable, legendaria.Richard Brooks, 1966. El director construy¨® esta inolvidable pel¨ªcula en torno al viejo tema cinematogr¨¢fico de "hay que reunir a la banda". Lee Marvin encarna a un veterano soldado, curtido en mil batallas, que recibe el encargo de viajar a M¨¦xico para rescatar a una mujer (Claudia Cardinale) secuestrada por Raza (Jack Palance), un caudillo guerrillero con el que combati¨® en la revoluci¨®n. Marvin recurre a viejos y nuevos compa?eros de armas, encarnados por Burt Lancaster, Robert Ryan y Woody Strode, para adentrarse en un terreno infernal con una misi¨®n que ni siquiera tienen clara. Como dice el personaje que interpreta Lancaster, uno de los mejores c¨ªnicos creados por el cine, "Raza y yo ser¨ªamos capaces de hacer cualquier cosa por dinero, pero raptar a una mujer no es nuestro estilo". Llena de escenas y di¨¢logos inolvidables, es un espect¨¢culo grandioso.David Milch, 2004-2007. ?Una serie de televisi¨®n entre los mejores westerns de la historia? Puede parecer extra?o, pero se merece un espacio. Esta serie de la HBO traslada el esp¨ªritu de Los Soprano al viejo Oeste y devuelve a la peque?a pantalla un g¨¦nero en el que hab¨ªa tenido bastantes tardes de gloria (Bonanza o Kung Fu). Mezcla de personajes reales, como Juanita Calamidad o B¨²falo Bill, e imaginarios, transcurre en un pueblo de Dakota del Sur al que ha llegado el hombre pero no la ley. Realista hasta el extremo, violenta y apasionante, los episodios de Deadwood (36 divididos en tres temporadas) plantean desde los temas cl¨¢sicos del cine del Oeste, como los duelos, los mitos y los tipos duros que s¨®lo se duchan una vez al a?o, hasta asuntos mucho m¨¢s pol¨ªticos, sobre la construcci¨®n de un pa¨ªs en medio del caos o la corrupci¨®n haci¨¦ndose fuerte mientras avanza el Estado.Nicholas Ray, 1956. Johnny. Dime una mentira, dime que me has esperado durante todos esos a?os. Vienna. Te he esperado durante todos esos a?os. Johnny. Dime que hubieses muerto si no hubiera vuelto. Vienna. Hubiera muerto si no hubieses vuelto. Johnny. Dime que me sigues queriendo como yo te quiero. Vienna. Te sigo queriendo como t¨² me quieres. Johnny. Gracias, muchas gracias. S¨®lo con esta escena entre Sterling Hayden y Joan Crawford (homenajeada por Pedro Almod¨®var entre muchos otros), con toda su carga de soledad y dureza, de tristeza y amor olvidado, de tiempo perdido y nunca recuperado, esta obra maestra de Nicholas Ray merece estar entre los mejores westerns de la historia.John Ford, 1962. Aunque seguramente no era consciente, John Ford invent¨® con esta pel¨ªcula el western crepuscular. James Stewart interpreta a un senador que regresa a un pueblo del Oeste para enterrar a un hombre del que nadie parece saber nada, Tom Doniphon (John Wayne), pero que es el aut¨¦ntico protagonista oculto de la historia. Al final, el director del diario local acabar¨¢ pronunciando una de las frases m¨¢s famosas de todas las pel¨ªculas del hombre del parche en el ojo: "Cuando los hechos se convierten en leyenda, imprime la leyenda". El hombre que mat¨® a Liberty Valance plantea, en medio de una narraci¨®n fascinante, un gran dilema moral: ?hay un momento en que es necesario utilizar la fuerza, cuando el derecho y la raz¨®n no pueden hacer nada frente a un enemigo que representa el mal absoluto? La respuesta recorre todo el cine de Ford.Clint Eastwood, 1992. Con la historia de William Munny, ladr¨®n de trenes, asesino de ni?os y mujeres, pero rehabilitado por el amor ("?te acuerdas de aquel tipo al que dispar¨¦ en la boca? Aquel tipo no me hab¨ªa hecho nada, pero yo ya no soy as¨ª. Claudia me cambi¨®", dice en un momento del filme), Clint Eastwood realiz¨® la ¨²ltima obra maestra del wester, sac¨® el g¨¦nero del letargo y se forr¨® de oscars. El propio Eastwood (Munny es un personaje creado a su medida), Gene Hackman, Morgam Freeman, Richard Harris y Frances Fisher forman un reparto magn¨ªfico al servicio de una historia triste, cansada y violenta, salvaje en algunos momentos. Con un conocimiento del oficio y del g¨¦nero digno de los grandes artesanos, comparable a Ford o Hawks, Eastvwood narra como dos pistoleros retirados vuelven al camino para cobrar la recompensa que ofrecen unas prostitutas.Howard Hawks. 1966. Pen¨²ltima de uno de los grandes artesanos de Hollywood. El Dorado condensa lo mejor del cine del maestro Howard Hawks: la comedia, las aventuras, el western cl¨¢sico. El film relata, en un tono crepuscular, una historia de amistad entre Cole Thornton (John Wayne) y el sheriff Harrah (Robert Michum), que lleva tres a?os borracho y que necesita la ayuda de los mejores pistoleros del Oeste para enfrentarse a un terrateniente que es la encarnaci¨®n misma del fascismo. La pel¨ªcula es una sucesi¨®n de escenas geniales, con algunos momentos de humor inolvidables y di¨¢logos perfectos, que encajan como mecanismo de relojer¨ªa en la trama. Un ejemplo: "Solo hay tres hombres tan r¨¢pidos en el Oeste: uno est¨¢ muerto, el otro soy yo y el tercero es Cole Thornton". Al final, los pistoleros cansados y cascados demostrar¨¢n que siguen siendo los mejores.