Los militares de Mauritania aflojan en su lucha contra la emigraci¨®n hacia Canarias
El Gobierno espa?ol adopta una l¨ªnea blanda ante los golpistas que acabaron con la democracia
El Gobierno espa?ol ha sido el m¨¢s blando, entre los socios occidentales de Mauritania, con los militares que se adue?aron del poder en Nuakchot en agosto. Confiaba en que seguir¨ªa luchando con la misma eficacia contra la emigraci¨®n irregular que zarpa de sus costas rumbo a Canarias.
Dos meses despu¨¦s del golpe de Estado del general Mohamed Ould Abdel Aziz, que puso fin a una singular experiencia democr¨¢tica en el mundo musulm¨¢n, Mauritania ha relajado sus esfuerzos. Prueba de ello es que septiembre fue para el archipi¨¦lago el peor mes de 2008. A sus costas llegaron 1.727 subsaharianos. En total, 7.119 inmigrantes irregulares desembarcaron en Canarias en los nueve primeros meses del a?o.
"Cuando hay situaciones internas complejas la colaboraci¨®n no es toda la que desear¨ªamos", se quej¨® p¨²blicamente hace una semana la secretaria de Estado de Inmigraci¨®n, Consuelo Rum¨ª poniendo de manifiesto el malestar de las autoridades espa?olas.
Mientras que las costas de Senegal est¨¢n controladas, las de Mauritania "se est¨¢n convirtiendo en un punto de salida de cayucos", a?adi¨®. En su secretar¨ªa se tiene la cuasi certeza de que el gran supercayuco, que transport¨® a Canarias en septiembre a 299 inmigrantes, fue recogiendo a subsaharianos a lo largo de la costa mauritana. El buen estado de los pasajeros hace sospechar que su traves¨ªa fue corta.
La "relajaci¨®n mauritana es involuntaria", aseguran fuentes diplom¨¢ticas espa?olas. Es achacable a dos factores. La relativa confusi¨®n que impera en el pa¨ªs tras el golpe y la reciente llegada al ¨¢rea de Nuadib¨² de miles de subsaharianos confiados en que el desorden reinante les permitir¨¢ emigrar r¨¢pidamente.
"Los mauritanos no nos pagan con la misma moneda". La frase ha estado frecuentemente estas semanas en boca de aquellos funcionarios espa?oles que se relacionan con las nuevas autoridades de Nuakchot. Saben que la diplomacia espa?ola no ha ahorrado esfuerzos para evitar ponerlas en la picota en diversos foros.
EE UU, el primero, y despu¨¦s Francia, la Uni¨®n Africana, la Comisi¨®n Europea y el Banco Mundial han sancionado o, por lo menos, han amenazado con castigos a la junta militar si no reinstaura la democracia. Espa?a no la ha sancionado y ni siquiera le ha advertido de que pod¨ªa recortar o suspender parte de su cooperaci¨®n.
Tras el golpe del 6 de agosto, el Ministerio de Exteriores emiti¨® un comunicado en el que lo conden¨® y expres¨® su deseo de "un restablecimiento democr¨¢tico", pero el ministro Miguel ?ngel Moratinos reiter¨® de nuevo, hace una semana en el Senado, que no habr¨¢ sanciones. Su declaraci¨®n fue destacada por todos los medios de comunicaci¨®n oficiales mauritanos.
La cercan¨ªa geogr¨¢fica -300 kil¨®metros separan en l¨ªnea recta a Mauritania de Canarias-, la pesca y el problema migratorio han convertido estos a?os a Espa?a en un socio importante del menos poblado de los pa¨ªses magreb¨ªes. Es ahora el segundo importador, despu¨¦s de Francia, de productos mauritanos y es tambi¨¦n el segundo mayor donante de ayuda no militar (11 millones previstos en 2008).
Deseosa de no enajenarse a los militares, la diplomacia espa?ola diluy¨® incluso en agosto la firmeza del primer comunicado de la presidencia francesa de la UE sobre Mauritania, recuerda un diplom¨¢tico asociado a la negociaci¨®n del texto.
Par¨ªs quiso recalcar, en los mismos t¨¦rminos que la Uni¨®n Africana, que la reinstauraci¨®n democr¨¢tica implicaba la vuelta a la jefatura del Estado mauritano del depuesto presidente, Sidi Ould Cheikh Abdallahi. Espa?a se opuso a esa exigencia pese a que una semana antes el presidente hab¨ªa sido recibido en Madrid con todos los honores. Elegido democr¨¢ticamente en 2007 Abdallahi lleva dos meses encarcelado.
A finales de agosto, la junta militar nombr¨® a un nuevo Gobierno. Washington y Par¨ªs se apresuraron en publicar sendos comunicados tach¨¢ndolo de ileg¨ªtimo, pero Madrid guard¨® silencio.
Exteriores y Trabajo creen que est¨¢ l¨ªnea apaciguadora est¨¢ dando frutos. Prueba de ellos es que el domingo se produjo en Nuadib¨² una gran redada y 97 subsaharianos fueron expulsados del pa¨ªs hacia un lugar no especificado. La junta ha mostrado adem¨¢s su disposici¨®n a reanudar con las readmisiones de emigrantes que zarparon de sus costas incluso sin no son mauritanos.
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