5 fotosResucita la subyugante NefertitiResucita la subyugante Nefertiti 16 oct 2009 - 00:00CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceEl camino de Merkel hasta el museo ser¨¢ menos largo que el recorrido que hizo el busto desde Egipto a Europa, primero, y por distintos emplazamientos en Alemania, despu¨¦s. La canciller y su esposo, el catedr¨¢tico Joachim Sauer, viven enfrente del museo de P¨¦rgamo, tambi¨¦n en la Isla. Nefertiti y la estatua de su esposo, el fara¨®n Akenaton, ser¨¢n ahora sus vecinos, junto con el total de 35.000 piezas y 60.000 papiros que forman la colecci¨®n del Museo Egipcio, repartidos entre las salas de exhibici¨®n y dep¨®sitos del Neues Museum.APA la reina se le ha reservado un espacio de honor, bajo la c¨²pula del ala norte del museo, que s¨ª sobrevivi¨® a los bombardeos. En las restantes tres plantas se distribuir¨¢n las otras piezas, incluido Akenaton, envuelto entre sarc¨®fagos, relieves, joyas y papiros. La recuperaci¨®n del edificio, arrasado por los bombardeos sobre el Berl¨ªn del Tercer Reich entre 1943 y 1945, cost¨® 200 millones de euros. El encargo recay¨® en el arquitecto brit¨¢nico David Chipperfield, quien opt¨® por dejar al aire los estragos del tiempo y no maquillar siquiera los balazos que quedaron en su superficie. Por las mismas razones que a ning¨²n restaurador se le ocurri¨® "recomponer" el ojo izquierdo de Nefertiti, a Chipperfield no le pareci¨® oportuno llevar a cabo una reconstrucci¨®n piedra a piedra.REUTERSLo que se comieron las bombas fue sustituido por nuevos materiales -piedra natural, hormig¨®n y finas maderas escandinavas-, ensamblado con las ruinas y partes originales que s¨ª sobrevivieron. De la escalinata construida en 1843 por Friedrich-August St¨¹ler, flanqueada por frescos de Wilhelm von Kaulbach, no qued¨® nada en pie y en su lugar Chipperfield dise?¨® una imponente r¨¦plica en piedra blanca desnuda, sin sombra de clasicismo. Para los adoradores de las reconstrucciones fieles ser¨¢ una perversi¨®n, pero desde que el museo reabri¨® sus puertas seis meses atr¨¢s, con las salas vac¨ªas, el creativo homenaje a la ruina y la cicatriz de Chipperfield se ha ganado el elogio general. Al pre-estreno del edificio siguieron meses de acondicionamiento interior y hace una semana se produjo el ¨²ltimo proceso de embalaje de Nefertiti, entre grandes medidas de seguridad, a lo que siguieron varios d¨ªas de aclimataci¨®n hasta su presentaci¨®n. Con su inauguraci¨®n se cierra la recuperaci¨®n de la Isla de los Museos, que agrupa el P¨¦rgamo, el Neues, el Altes, el Bode y la Alte Nationalgalerie y que ha costado 1.000 millones de euros. Se espera que concluya aqu¨ª el largo peregrinaje de la Reina del Nilo, a la que las autoridades egipcias reclaman a¨²n como propia por considerar que fue sacada ilegalmente del pa¨ªs.Nefertiti pas¨® sepultada y sin sobresaltos 3.400 a?os en el Valle de Amarna, hasta que fue descubierta por el arque¨®logo Ludwig Borchardt en 1912. Primero fue presentada en el Neues Museum, donde encandil¨® ya al Kaiser Guillermo II, que se llev¨® consigo una r¨¦plica a su exilio holand¨¦s, en 1918. Tambi¨¦n cautiv¨® a Adolf Hitler, que adem¨¢s de negarse a restituirla a Egipto hizo que se la ocultase en una mina de Turingia mientras ordenaba a la poblaci¨®n de Berl¨ªn resistir hasta la ¨²ltima gota de su sangre bajo los bombardeos. (En la imagen, la nueva escalinata principal del Neues Museum)AFPDe Turingia la rescataron las tropas estadounidenses y durante d¨¦cadas fue exhibida en el sector americano del Berl¨ªn dividido por el Muro. Primero, a las afueras de la ciudad y a partir de 1967, en el Museo Egipcio del barrio de Charlottenburg. Tras la reunificaci¨®n vinieron un sinf¨ªn de nuevas mudanzas en varios domicilios provisionales: primero fue colocada en el Kulturforum, entre los neones de un moderno complejo muse¨ªstico, y luego en el Altes Museum, ya en su Isla, mientras Chipperfield le acondicionaba un museo a la altura. El Neues Museum reaparece ahora como un bello tributo a los estragos del tiempo. Y Nefertiti sigue con su inquebrantable poder hipn¨®tico, da igual en cu¨¢ntos museos y vitrinas se la haya visto con anterioridad.REUTERS