El misterio del primer mill¨®n de d¨®lares
El magnate ruso pas¨® de la nada a figurar como una de las grandes fortunas del planeta
Nunca le preguntes a un nuevo rico c¨®mo gan¨® el primer mill¨®n de d¨®lares. Esta es una norma de cortes¨ªa impuesta en los clubes financieros y en las reuniones de alta sociedad para evitar que el sal¨®n se llene de ratas y comiencen a salir cad¨¢veres de los armarios a servir las copas. No un mill¨®n, sino mil millones le cayeron encima en la primera palada al ruso Rom¨¢n Abram¨®vich de la noche a la ma?ana, un enigma no descifrado todav¨ªa. Pasar directamente de ser un pelanas a convertirse de repente en un magnate es un fen¨®meno social que se ha dado en Rusia recientemente. No hab¨ªa que ser un genio de las finanzas: solo se requer¨ªa estar en el sitio exacto mientras las instituciones corrompidas de ese pa¨ªs se desmoronaban y una inmensa riqueza en manos de nadie ca¨ªa en forma de pi?ata. Todo el arte se reduc¨ªa a parar el saco. Eso hizo Rom¨¢n Abram¨®vich, un personaje sin ideolog¨ªa de ninguna clase, salvo la ambici¨®n. Bastaba con ser el m¨¢s r¨¢pido en alargar la mano para apoderarse de una mina de oro, de unos pozos de petr¨®leo, de una siderurgia, de una f¨¢brica de aluminios, del monopolio el¨¦ctrico, de todo el servicio del trigo, de varias l¨ªneas del ferrocarril, de la compa?¨ªa Aeroflot. Pero todo depend¨ªa de la gracia del zar, como anta?o.
Se ha convertido
en un personaje
exaltado y redimido por el brillo del dinero
Con menos de 30 a?os de edad, Rom¨¢n Abram¨®vich pas¨® de la nada a figurar en la lista de Forbes como una de las grandes fortunas del planeta. No era nadie. Hab¨ªa nacido en 1966 en Sar¨¢tov, al sur de Rusia. A los cuatro a?os qued¨® hu¨¦rfano de padre y madre. Primero lo cri¨® un t¨ªo. Luego se fue a vivir a Leningrado con los abuelos y a continuaci¨®n se apagaron los focos sobre su existencia hasta que, al venirse abajo el imperio sovi¨¦tico, aparece casado y con cinco hijos en el entorno del briago y err¨¢tico Boris Yeltsin, para disputar con otros el papel de Rasput¨ªn en esta nueva corte de los milagros. En tiempo de los zares, el pope Rasput¨ªn, por simple precauci¨®n, tomaba cada d¨ªa una ¨ªnfima cantidad de ars¨¦nico para hacerse inmune en el caso de que alguien tratara de envenenarlo. Era muy taimado. Se sab¨ªa todos los trucos para valerse de las debilidades del poder. Alexis, el hijo de Nicol¨¢s II, a causa de su hemofilia, peri¨®dicamente sufr¨ªa un derrame interno de sangre en la rodilla, lo que le causaba unos dolores espantosos. En ese momento Rasput¨ªn se reclu¨ªa en oraci¨®n. Sab¨ªa que esos dolores duraban solo unos d¨ªas hasta que los co¨¢gulos se reabsorb¨ªan. Entonces Rasput¨ªn sal¨ªa de la capilla y se atribu¨ªa el milagro.
Otros, como el magnate Berezovsky, trataron de servirse de las mismas artima?as ante el zar Boris Yeltsin, pero fracasaron y todav¨ªa siguen encarcelados. Abram¨®vich fue m¨¢s h¨¢bil, duro y discreto. Cada mafia tiene sus propios m¨¦todos de an¨¢lisis de la realidad. En el primer asalto a la riqueza la mafia rusa no se contentaba con meter la cabeza cercenada de un caballo entre las s¨¢banas de otro capo, sino que directamente mandaba a la familia la cabeza humana del enemigo dentro de una caja de zapatos. M¨¢s all¨¢ de que el primer mill¨®n de d¨®lares hubiera que conseguirlo o no con metralleta, Rom¨¢n Abram¨®vich hoy se ha convertido en un personaje exaltado y redimido por el brillo del dinero. Su fortuna se calcula en 12.000 millones de euros. Aviones privados, flotas de yates, palacios, el equipo de f¨²tbol del Chelsea, discotecas, obras de arte, recambio de esposas cada vez m¨¢s j¨®venes, m¨¢s bellas, con las piernas m¨¢s largas. De hecho en Rusia todo es como antes, salvo que hoy la riqueza de los megamillonarios es mucho m¨¢s hortera, m¨¢s obscena. En tiempo de los zares, a inicios del siglo XX, algunos arist¨®cratas rusos, como Sergei Shchukin e Iv¨¢n Mor¨®zov, llegaban a Par¨ªs con el ¨²nico deseo de comprar a mansalva cuadros de Matisse y de Picasso. Ambos magnates murieron en la indigencia a causa de la Revoluci¨®n. En cambio, si nadie sabe el origen de la fortuna de Rom¨¢n Abram¨®vich, el famoso primer mill¨®n de d¨®lares, menos aun se puede saber si este bombo de su fortuna reventar¨¢ un d¨ªa, no por otra revoluci¨®n, sino por la propia codicia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.