Despilfarro en la corte de Sarkozy
El presupuesto del El¨ªseo es el doble de los gastos de Isabel II
La presidencia de la muy republicana Francia tiene poco que envidiarle al Palacio de Buckingham brit¨¢nico. El presupuesto del El¨ªseo se elev¨® a 113 millones de euros en 2010. Supone m¨¢s del doble de los gastos de la reina Isabel II y el duque de Edimburgo, que no superan los 50 millones. As¨ª lo recuerda el diputado socialista Ren¨¦ Dosi¨¨re, convertido en el azote de las cuentas presidenciales, en su libro reci¨¦n publicado El dinero del Estado (Editorial Seuil). En este revela los detalles del abultado presupuesto del El¨ªseo y ahonda en la imagen de Nicolas Sarkozy como gran derrochador. Esto a menos de dos meses y medio de unos comicios que se anuncian complicados para el presidente franc¨¦s.
Al mismo tiempo que la prensa se hac¨ªa eco del pol¨¦mico rescate del hijo del mandatario, Pierre Sarkozy, quien sufri¨® una intoxicaci¨®n alimentaria en Ucrania y fue repatriado a bordo de un avi¨®n presidencial por un coste de unos 40.000 euros, el parlamentario presentaba las conclusiones de a?os de investigaciones de las cuentas presidenciales basadas en documentos oficiales y preguntas parlamentarias. A lo largo de las m¨¢s de 300 p¨¢ginas de su libro, Dosi¨¨re denuncia el ¡°mon¨¢rquico¡± tren de vida del mandatario.
Destaca as¨ª la triplicaci¨®n de los coches oficiales desde su llegada a la jefatura del Estado en 2007, de 44 a 121. Adem¨¢s, Sarkozy vuela de media 24 horas semanales, un aumento del 49% respecto a su antecesor, Jacques Chirac. Otro dato destacable es que el presidente galo tambi¨¦n ha disparado el gasto dedicado a los sondeos, de los 500.000 euros anuales bajo la era Chirac a los 2,2 millones.
Pero sin duda, uno de los detalles m¨¢s llamativos es el gasto en restauraci¨®n: unos 12.000 euros diarios. Sarkozy suele invitar a periodistas o personajes del mundo de la cultura a almorzar en el sal¨®n de embajadores del El¨ªseo, donde una c¨®mida t¨ªpica, ¡°cl¨¢sica, ligera, refinada¡±, incluye carpaccio de langostinos de primero, un plato de carne de segundo y un postre de manzana. Todo acompa?ado, pese a que el presidente no bebe alcohol, de un Pouilly-Fum¨¦ Silex de 1995 de la bodega presidencial, que cuenta con m¨¢s de 13.000 botellas.
A estas comidas m¨¢s modestas se suman las grandes y fastuosas cenas de Estado, una tradici¨®n francesa en la que el presidente de la Rep¨²blica hace gala ante sus hom¨®logos de embajador de la gastromon¨ªa del pa¨ªs. Sin olvidar las diversas recepciones de entrega de condecoraciones y la famosa garden party para celebrar el 14 de julio. En 2010, cuando el Gobierno anunciaba dr¨¢sticos recortes debido a la crisis, Sarkozy tuvo que anular esta celebraci¨®n despu¨¦s de que se hiciera p¨²blico que la anterior hab¨ªa costado m¨¢s de 700.000 euros.
Aunque uno de los mayores esc¨¢ndalos de derroche y de lujo fueron los fastos de la Cumbre por el Mediterr¨¢neo en v¨ªsperas precisamente de la primera fiesta nacional con Sarkozy en el El¨ªseo, en 2008. Copresidido por el dictador egipcio Hosni Mubarak, derrocado el a?o pasado, el evento reuni¨® a 43 jefes de Estado en el imponente Gran Palais, que tuvo que ser acomodado para la ocasi¨®n en un tiempo r¨¦cord. El coste total del evento se elev¨® a 16,6 millones de euros, para una conferencia de tres horas. Es decir que cada minuto cost¨® ?58.000 euros! A esto se suma otro mill¨®n de euros para la cena posterior.
Dosi¨¨re reconoce a Sarkozy el m¨¦rito de haber separado por primera vez en 2008 las cuentas del El¨ªseo de las del resto del Estado, permitiendo as¨ª el escrutinio p¨²blico. La tradicional opacidad anterior hace dif¨ªciles las comparaciones, aunque s¨ª permite demostrar que el presupuesto ha subido un 5,8% de 2008 a 2010. Otra anomal¨ªa a la que apunta Dosi¨¨re es la apropiaci¨®n por parte del mandatario del palacete de La Lanterne, situado en las afueras de Par¨ªs. Tradicionalmente destinado al primer ministro, Sarkozy no ha dudado en arrebat¨¢rselo a su jefe de Gobierno, Fran?ois Fillon, y acostumbra a pasar sus fines de semana all¨ª con su esposa, Carla Bruni.
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