Wallis Simpson ten¨ªa celos de Marilyn
El editor de la duquesa de Windsor refleja en entrevistas autobiogr¨¢ficas el car¨¢cter dominante de la arist¨®crata y su rivalidad con la actriz
Ser editor y agente literario es mucho m¨¢s que publicar libros y representar a escritores. Significa tambi¨¦n ser su amigo, confidente y hasta ni?ero. Eso es al menos lo que rezuman los archivos de Charles Pick (1917-2000), un hombre que durante 66 a?os represent¨® y edit¨® a autores tan dispares como John Le Carre, John Steinbeck, Monica Dikens (biznieta del gran Charles), Randolph Churchill (sobrino del gran Winston¡), C.S.Forester, No?l Coward, H.E.Bates o escritores meramente ocasionales como Wallis Simpson, entre otros muchos.
Pick nunca public¨® unas memorias, pero grab¨® una larga serie de entrevistas autobiogr¨¢ficas y dej¨® 20 cajas de documentos, desde sus diarios, a cartas, obituarios, fotograf¨ªas y recortes de prensa que su hijo Martin ha donado ahora a la Universidad de East Anglia y que esta ha puesto a disposici¨®n del p¨²blico y constituyen un testimonio ¨²nico del mundo literario brit¨¢nico de la segunda mitad del siglo XX, yo una divertida colecci¨®n de an¨¦cdotas sobre la personalidad de sus protagonistas, incluyendo sus obsesiones y debilidades.
Charles Pick, por ejemplo, no le ten¨ªa especial simpat¨ªa a Wallis Simpson, la divorciada estadounidense que provoc¨® la mayor crisis de la monarqu¨ªa brit¨¢nica al forzar la abdicaci¨®n de su amante, Eduardo VIII. Cuando visit¨® a la entonces duquesa de Windsor en Par¨ªs para discutir con ella sus memorias, ¡°El coraz¨®n tiene sus razones¡±, Wallis se quej¨® ante ¨¦l de que Marilyn Monroe ¡°me est¨¢ empujando fuera de las primeras p¨¢ginas¡±.
Despu¨¦s del almuerzo, Pick comparti¨® una botella de brandy con el duque y tuvo con ¨¦l ¡°una conversaci¨®n ¡®de coraz¨®n a coraz¨®n¡¯ que dur¨® cuatro horas¡±. El duque abord¨® el tema de la abdicaci¨®n ¡°y llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que la relaci¨®n entre el duque y la duquesa era la de una persona muy d¨¦bil dominada por una mujer muy ambiciosa que, al no poder convertirse en reina de Inglaterra, forz¨® al rey a abdicar para poder convertirse en su consorte. Desde luego no me pareci¨® que ella fuera de ninguna manera ni ingeniosa ni entra?able, sino m¨¢s bien una persona inestable, dura y vanidosa¡±.
Pick, un innovador que vio enseguida el potencial de las adaptaciones cinematogr¨¢ficas y fue pionero con No?l Coward en la todav¨ªa vigente costumbre de que los autores acudan a las librer¨ªas a firmar libros y conectar con su p¨²blico, no oculta el temor existente en el mundo editorial a la fuga de autores a la competencia atra¨ªdos por el dinero y reflexiona sobre el trato con los autores. A su juicio ha de ser ¡°una relaci¨®n de lealtad por ambas partes¡±, basada en la confianza y en el respeto. ¡°Tienes que mantener a los autores cerca de ti. Conoces sus problemas maritales. Conoces sus problemas econ¨®micos y de trabajo, sabes cu¨¢ndo est¨¢n bloqueados y no pueden trabajar. Realmente te conviertes en su ni?era¡±, escribe.
Por eso pasaba con ellos tantas horas y no le importaba rastrear el suelo del camarote de Roald Dahl en el Queen Elizabeth cuando su mujer perdi¨® un pendiente de diamantes o ir al hotel Connaught para conseguir una botella de Moet-Chandon y una docena de ostras porque Isak Dinesen, seud¨®nimo de Karen Blixen, la autora de ¡°La reina de ?frica¡±, no le gustaba ¡°la comida de pl¨¢stico¡± que le serv¨ªan en el vuelo de Londres a Nueva York.
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