Puerto Rico en Veracruz
Hay un hecho cultural sobresaliente: Puerto Rico escribe, educa, dice palabras de amor y mentadas de madre en espa?ol
Hay libros que merecen ¡ªque reclaman¡ª una segunda lectura. Yo hab¨ªa le¨ªdo?La guerra y la paz de Tolstoi a los 21 a?os. Veinte m¨¢s tarde, la novela me pidi¨® que la re-leyese. Busqu¨¦ una manera de volver a las 1.500 p¨¢ginas del libro sin interrupciones. Telefonemas, citas para comer, cartas, di¨¢logos, etc. Lo mejor era embarcarse para un largo viaje de alta mar sin m¨¢s compa?¨ªa que Tolstoi.
Escog¨ª el vapor espa?ol Virginia de Churruca. Zarpaba de Barcelona, con escalas en C¨¢diz, Tenerife, Maracaibo, San Juan de Puerto Rico y Veracruz. Una pintura de desastre marino me recib¨ªa seis veces al d¨ªa: nave incendiada, hombres ahogados, madres salvando ni?os... Muy espa?ol...
Llegamos a Maracaibo donde me recibi¨® mi amigo Michel Otero Silva acompa?ado de 12 se?oritas caraque?as con una pancarta en alto que le¨ªa: ¡°Al llegar Carlos Fuentes en el vapor de Churruca, todas las caraque?as le ofrecieron la cuca¡±. Mal pensado, pronto averig¨¹¨¦ que ¡°la cuca¡± era s¨®lo un dulce.
Al llegar a San Juan de Puerto Rico, un oficial norteamericano, muy parecido a John Wayne, me detuvo al pie de la escalerilla y me impidi¨® bajar.
¨C ?Pero si esta es mi tierra! ¡ªle grit¨¦¡ª ?Puerto Rico es parte nuestra, no de ustedes!
Todas las voces est¨¢n all¨ª y el problema es recuperarlas, mantenerlas, hacerlas de todos
A?os m¨¢s tarde, una iniciativa del senador William Fulbright, m¨¢s la fuerza profesional de mi abogado William Rogers, facilitaron mi entrada a territorio norteamericano. S¨®lo que Puerto Rico era distinto, era nuestro. En Puerto Rico se discute la estalidad: ser un Estado m¨¢s de la Uni¨®n Americana. Se discute la independencia de la isla. Y se discute el mantenimiento del statu quo. Puerto Rico como commonwealth, Estado libre y asociado de los EE UU.
Sea cual sea la decisi¨®n pol¨ªtica, hay un hecho cultural sobresaliente: Puerto Rico escribe, educa, dice palabras de amor y mentadas de madre en espa?ol.
La Universidad Veracruzana en Xalapa ha recibido hace d¨ªas a tres grandes escritores de la lengua espa?ola de Puerto Rico.
Para Arturo Echavarr¨ªa la cr¨ªtica no es un reflejo angilar de la obra criticada. Para Echavarr¨ªa, la cr¨ªtica es propuesta creativa, tan creativa como la obra criticada y convirti¨¦ndose en parte inseparable de la obra misma. ?De cu¨¢ntos ¡°cr¨ªticos¡± entre comillas podr¨ªa decirse otro tanto? ?Cu¨¢ntos ¡°cr¨ªticos¡± s¨®lo nos ofrecen la imagen de s¨ª mismos, olvidando la obra, la relaci¨®n ¨ªntima del cr¨ªtico con lo criticado? ?Cu¨¢ntos no toman la obra como pretexto para decir lo que la obra no dice, pero que el ¡°cr¨ªtico¡± no tiene otra manera de decir?
Echavarr¨ªa, en cambio, escoge una distancia ante la obra que nos permite verla con la misma claridad con la que de lejos vemos una monta?a que, de cerca, parecer¨ªa s¨®lo un terrero. Echavarr¨ªa ha dedicado grandes p¨¢ginas a Henry James y Jorge Luis Borges (o Borgu¨¦s). Subrayo el car¨¢cter de outsiders, de extranjeros o extra?os o intrusos de ambos. James es norteamericano, Borges es argentino y ambos son extra?os en su tierra.
Mediante una suerte de paradoja creativa, Echavarr¨ªa voltea la tortilla y escribe sobre los extra?os en su tierra (Borges, James). Haci¨¦ndolos parte de la literatura latinoamericana desde una patria (Puerto Rico) cuyos ¡°extra?os¡± no son dos escritores (Borges, James) sino los que no se saben extra?os en Puerto Rico: los ocupantes norteamericanos. Delicada, dif¨ªcil operaci¨®n cr¨ªtica que nos hace a los hispanoamericanos due?os de una cultura anterior. En la que caben todos los que se sienten peregrinos en su patria.
De all¨ª que Echavarr¨ªa haya escogido tres novelistas portorrique?os del pasado cuyo sello com¨²n es que no hay final feliz, las cosas acaban mal y la estafeta cr¨ªtica se pasa a los siguientes a sabiendas de que no hay happy ending.
¡°?frica empieza en los Pirineos¡±. No, dice Lice L¨®pez-Baralt, el mundo ¨¢rabe llega hasta Los Pirineos. L¨®pez-Baralt se ha propuesto impedir el divorcio de nuestra cultura com¨²n, que es espa?ola, ¨¢rabe y hebrea, latina y disidente. El mundo ¨¢rabe tambi¨¦n es nuestro. Afirmaci¨®n osada, peligrosa y audaz en un mundo globalizado donde, gran paradoja, asoman las peores diferencias: racismo, chovinismo, intolerancia.
Luce nos recuerda que el mundo ¨¢rabe tambi¨¦n es nuestro. Europa empez¨® en el Toledo musulm¨¢n y el mundo medieval, gracias a los ¨¢rabes, redescubre a la cultura griega, sobre todo a Arist¨®teles y renueva la unidad greco-isl¨¢mica-europea. Lengua. Ba?os. Y la aportaci¨®n jud¨ªa a este mestizaje cultural.
S¨®lo a partir de este mestizaje pod¨ªa Luce hablar de Luis Rafael S¨¢nchez y su transformaci¨®n del humor popular en s¨¢tira melanc¨®lica, en iron¨ªa triste. La solemnidad ha sido una de las caracter¨ªsticas del decir latinoamericano. La gracia de Cantinflas consisti¨® en reducir al absurdo los grandes discursos de la pol¨ªtica latinoamericana. El humor de Luis Rafael S¨¢nchez es un correctivo de esta solemnidad discursiva.
La guaracha del Macho Camacho (1976), sucede durante un gigantesco atasco de tr¨¢nsito en San Juan. La movilidad se inmoviliz¨®. La radio es el ¨²nico contacto con el mundo exterior al embotellamiento. Y la radio son voces, todas las voces en Puerto Rico. Y son las voces de un mundo mestizo. Taina ¨C Awarak, espa?ol y afroamericano.
Todas las voces est¨¢n all¨ª y el problema es recuperarlas, mantenerlas, hacerlas de todos. Recuperar la voz contra la virtud violenta, contra la pompa solemne, aunque la voz sea, a su vez, violenta, salvaje y triste. El ¡°humor¡± de Luis Rafael se revive as¨ª con la melanc¨®lica tradici¨®n de las letras portorrique?as a las que se refiere Echavarr¨ªa.
Hay una tradici¨®n vanguardista en Puerto Rico. El euforismo y el atalayismo de los a?os veinte que Luis Rafael conjuga con la vida sobreviviente, sin la cual estar¨ªamos mudos o nos resignar¨ªamos a hablar ingl¨¦s. Luis Rafael S¨¢nchez salva el castellano, pero lo salva en su impureza, en su mestizaje y en su apertura. De esto nos habl¨® Luis Rafael en Xalapa.
Llegamos al Puerto de Veracruz. Mis amigos de Puerto Rico no ten¨ªan que decirme que se sent¨ªan, al fin, en casa. A Luis Rafael le correspondi¨®, en el Hotel Diligencias, la rec¨¢mara que otrora se le reservaba a Agust¨ªn Lara. Un gran retrato del m¨²sico-poeta, y encima de la cama, la Virgen de Guadalupe. Afuera, la plaza jarocha, la m¨²sica, el ruido, el tr¨®pico.
Luis Rafael S¨¢nchez, Arturo Echavarr¨ªa, Luce L¨®pez-Baralt. Todos ellos forman parte de una cultura que es la nuestra. La del territorio de la Mancha.
Carlos Fuentes es escritor.
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